Hace 17 años | Por robertoC a bidegorri.blogspirit.com
Publicado hace 17 años por robertoC a bidegorri.blogspirit.com

Cuando oímos noticias sobre un hispano, un negro o una mujer africana que son ejecutados por haber cometido un asesinato hace 30 años o incluso por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio enseguida nos ponemos en contra de la pena de muerte por la terrible crueldad que supone que la Administración pueda decidir acabar con la vida de una persona. ¿Nos parece igual de repugnante una ejecución cualquiera en la Florida de Jeb Bush que la ejecución de Sadam o unas hipotéticas condenas a muerte contra Pinochet, Franco, Hitler…?

Comentarios

dulcino

La pena de muerte -reconocido por quienes la defienden y aplican- sólo busca la venganza. Un intento de resarcir a las víctimas o sus allegados. Por eso es inmune a arrepentimientos o reinserciones. Por eso niega la naturaleza humana. Por eso es injusta.

Saludos.

luces

#4: pues no estaría de más que esa gente corriente escuchara alguna vez a los filósofos, porque los instintos, la sed de venganza y todo aquello que nos hace menos humanos han de aplacarse con la sabiduría de los que tienen por oficio el pensar. Creo que los filósofos deberían convencer a esa gente corriente de que el "ojo por ojo, diente por diente" no es el mejor camino a seguir.

robertoC

Totalmente de acuerdo. Lo que conseguimos con la ejecución de Sadam es ponernos a su misma altura.

D

Hombre a su altura a su altura no, por que hay diferencias entre el atacador y el ajusticiador, más bien sería ser incoherentes, ya que matar a alguien por matar a otro... ¿tendrían que matar tambien al verdugo de saddam?

pacoss

#2 Se mataría él, hombre, que para eso es el verdugo y cobra.

Todo eso está muy bién, pero cuando uno habla de casos brutales, abusos infantiles, ... en un bar o con amigos, la opinión siempre es unánime: que le peguen un tiro, que lo cuelguen de los 0_0 hasta desangrarse, etc, etc, etc.
Y jamás he oído a nadie que defendiera la vida del asesino o violador, es mas, absolutamente todo el mundo opinaba aquello.
Este es el típico debate entre los filósofos y la gente corriente.