Para Abi y Emma Moore, el rosa es el símbolo de la obsesión por el culto al cuerpo, de los límites que una niña no puede transgredir, de lo que significa ser femenina. Y están en contra. Por eso, el año pasado iniciaron una campaña contra la "rosificación" de los regalos para niñas que han renovado para estas Navidades. Porque PinkStinks (El rosa apesta), dicen.
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