Un colegio de Orihuela inicia su octavo curso consecutivo sin edificio: desde su creación en 2002 las clases se imparten en aulas prefabricadas en contenedores. Sobre un colegio definitivo los padres solo tienen vagos rumores sobre la construcción de uno a mucha distancia del actual. Cuando acaban, los alumnos pasan a un instituto de secundaria... también en barracones. Alumnos que llegarán a la universidad sin haber conocido otra cosa que los contenedores.
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