Este es el debate que no quiere oír, pero que solo podrá rehuir hasta el 21-N, el país que atesora más de la tercera parte de los billetes de 500 euros que circulan por la Unión. El país donde pagar es de bobos y los cobros se facilitan con IVA o sin IVA con la misma simpatía con que en los bares te ofrecen el café, solo o cortado; con la misma naturalidad con que un gobernante renuncia a cobrar patrimonio mientras despide profesores.
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