El sistema de patentes estadounidense es un despropósito. Creado para proteger y fomentar la innovación, se ha acabado convirtiendo en un freno para el desarrollo de nuevos productos. La Oficina de Patentes y Marcas de EEUU ejerce un control prácticamente nulo y aprueba por defecto el 95% de los documentos que le llegan, de ahí que cada vez haya más empresas que se dediquen a presentar propuestas de los más variopintas con el único propósito de conseguir un cheque en blanco para demandar a continuación a multinacionales por utilizar sus "ideas"
|
etiquetas: patentes , innovación , eeuu