Blindar por completo la información es una misión casi imposible. Ni siquiera cuando se cuenta con un presupuesto de 232.000 millones de euros. Esto le acaba de pasar al Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Claro que la entidad militar es el reto máximo para cualquier hacker que se precie.Sobre todo si lo que se trae entre manos es el proyecto Joint Strike Fighter, responsable de la fabricación del caza F-35.Noticia original
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