Buscamos información que ni siquiera nos interesa de forma compulsiva, actualizamos nuestros Twitter obsesivamente, y el 'ring' que avisa de un nuevo mensaje en nuestro correo nos hace babear como al perro de Pavlov. ¿Nos estamos volviendo locos? El neurotrasmisor llamado dopamina es el que hace que seamos adictos a la búsqueda. Nuestros cerebros están hechos para que sea más fácil estimularlos que satisfacerlos. Si los humanos somos máquinas de buscar, hemos creado los artefactos perfectos para permitirnos buscar sin cesar.
|
etiquetas: google , internet , e-mail , psicologia