Publicado hace 16 años por Charlie_Brown a fogonazos.blogspot.com

Aferrados a una ligera estructura de madera, los pilotos de los primeros dirigibles subían a los cielos dispuestos a jugarse el tipo por el mero placer de volar. Sin ningún tipo de protección, aquellos primeros hombres recorrieron el mundo para demostrar que no había límites a la imaginación humana.