Septiembre ya está aquí. Y con él, los siempre bienvenidos coleccionables de quiosco. Olvídense de los soldadillos de plomo, las maquetas de galeones y los relojes de bolsillo. Basta de consumismo ateo ¿Por qué no hacer de la peregrinación "fascicular" un motivo de gozo espiritual y encuentro con la fe? ¿No sería hermoso coleccionar auténticos símbolos de la devoción cristiana? Todos los jueves tra-la-la de peregrinación a nuestro quiosco para hacernos con el hermoso rosario. Hoy el rosario misionero, la semana que viene el de la Virgen...
Comentarios
Todos esos coleccionables son un puñetero timo. Para comprobarlo basta con coger una calculadora.
#3 Nada hay de malo, por supuesto. El interés de la noticia reside en la evidente mercadotecnia de tales fetiches religiosos, lo que pone de manifiesto, primero, un curioso proceso de "desacralización", y, segundo, la transformación de elementos de la religiosidad popular en simples productos de consumo.
Todos los años los mismos coleccionables: La serie Érase una vez, El equipo A, Coches de Colección, Motos antigüas, etc, etc... Todos los años las mismas cosas....
Si hay quien colecciona muñecas chochonas, qué hay de malo en coleccionar rosarios, soldados de plomo o la caravana del far west?
dejavu o todos los años se menea algo de esto a principio de temporada de coleccionables?