Las arcas públicas sufragaron en subvenciones 1.738 millones de euros de los gastos de las televisiones públicas. Todas, sin excepción, arrojan perdidas millonarias. Sorprendentemente, la segunda más barata es CRTE. Un déficit que se acrecentará con la recesión económica y la consiguiente caída en los ingresos por publicidad. Pese a la crisis, en los últimos meses se han abierto hasta cinco canales nuevos dependientes de las autonómicas. Cuadro:
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