Lo que también es humillante es ser nobel, respetar las normas, ceder el paso y conducir con precaución y que luego un tragaldabas no nobel y gilipollas haga que te juegues la vida contra los guardarrailes por llevar un coche humilde y una L en la luna trasera, lo que, evidentemente, le da derecho a intimidarte, presionarte y burlarse de ti.
No generalicemos.
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Jeje, el primero del que tengo noticias que se llama como yo, Ángel David.