Reino Unido se dirige hacia un colapso económico y ayuda del FMI. Las previsiones muestran que el "endeudamiento desenfrenado" ha creado un déficit presupuestario de 50 mil millones de libras, y en caso de acudir al FMI, los pagos de intereses de la deuda solo aumentarían, enviando a Reino Unido a una larga recesión con estanflación. Se espera que para cubrir el déficit, el gobierno británico vuelva a subir los impuestos, a pesar de las advertencias de que esto "frenará aún más el débil crecimiento de Gran Bretaña".