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"Dentro de un cuarto de siglo, la inteligencia no-biológica va a igualar el alcance y la sutileza de la inteligencia humana. Luego la va a sobrepasar, debido a la aceleración continua de las tecnologías de información, así como la capacidad de las máquinas para compartir instantáneamente su conocimiento. Los nanobots inteligentes estarán profundamente integrados en nuestros cuerpos, nuestros cerebros, y nuestro entorno, venciendo la polución y la pobreza, brindando una longevidad enormemente extendida..."
Imagínense por un momento al hombre entrando a un ascensor para salir de la atmósfera terrestre; las cuentas regresivas y los dolorosos e ineficientes viajes en cohetes son reemplazados por un sistema de cables más resistentes y livianos que cualquier fibra tejida hasta ahora (aproximadamente cuatro veces más resistentes que los nanotubos de carbono y 180 veces más resistentes que el acero), atados a la tierra y desapareciendo más allá de la atmósfera para acoplarse a una estación satelital en órbita geosincrónica por encima de la tierra...
Un material basado en nanotecnología es capaz de detener las hemorragias e inclusive prevenirlas. Esta es una técnica de la cual se abren diversas posibles aplicaciones, desde darle un stop rápidamente a hemorragias como prevenirlas, reducir el riesgo de focos infecciosos como evitar fugas ahorrando tiempo y disminuyendo el coste de transfusiones posteriores.
Biología e informática unen sus fuerzas en el desarrollo de nuevos sistemas informáticos. De hecho, tras los ordenadores de ADN, se plantea ahora la posibilidad de crear computadores cuyo sistema operativo esté basado en el sistema visual humano. Para ello, se ha diseñado un ‘sistema visual' en el que los input serán las representaciones visuales y los output las percepciones. En este nuevo planteamiento, no exento de dificultades, el propio sistema visual equivaldría al hardware y el estímulo visual sería equivalente al software
"Debajo de mis pies, en una caverna a 100 metros de profundidad, lejos de las perturbaciones de la superficie, descansa el Large Hadron Collider, en español, Gran Colisionador de Hadrones. Tomó 25 años y más de 6 mil millones de dólares concebir, diseñar y construir esta colosal máquina, que se compone de un anillo superconductor dentro de un túnel que tiene un perímetro de 27 kilómetros. El tamaño del túnel es tal que un pequeño automóvil podría circular por él..."
Al frente estaba el avatar de Charles Stross. Era un poco más delgado que el personaje real, pero fácilmente reconocible: cabeza rapada, gafas de marco negro, barba prominente y un nick delator: Autopope Writer (su web se llama antipope.org, nombre que un administrador de sistemas borracho le asignó por error en los inicios de Internet luego de que Stross le dictara “Autopope”). El autor de Cielo de Singularidad, Accelerando y Halting State estaba sentado en el escenario del Salon Room, Central Nexus junto a dos moderadoras de Extropia...
HOPE (Hackers on Planet Earth) es un congreso de hackers y un grupo de trabajo que desarrolló un proyecto de redes sociales concientes-de-la-localización usando tecnología RFID. El proyecto Attendee Meta-Data (AMD) fue usado el pasado fin de semana para que los asistentes al congreso rastreen y se encuentren con otros hackers basados en una enorme lista de intereses similares. Quienes fueron a la conferencia pudieron conectarse con gente nueva, encontrar las conferencias que más les interesaba, ver qué pasaba y dónde en tiempo real...
George Dyson escribió una ficción especulativa sobre Google. Sobre cómo Google adquiere conciencia y podría convertirse en la primera inteligencia artificial real. En la introducción al texto, Steward Bran explicó que la historia era demasiado técnica para publicarse en una revista de ciencia ficción y demasiado especulativa para publicarse en una publicación técnica (incluida Wired). Por eso fue publicada en The Edge, un newsletter independiente sin ánimo de lucro en el que participan algunas de las mentes más brillantes del mundo.
"Dentro de un cuarto de siglo, la inteligencia no-biológica va a igualar el alcance y la sutileza de la inteligencia humana. Luego la va a sobrepasar, debido a la aceleración continua de las tecnologías de información, así como la capacidad de las máquinas para compartir instantáneamente su conocimiento. Los nanobots inteligentes estarán profundamente integrados en nuestros cuerpos, nuestros cerebros, y nuestro entorno, venciendo la polución y la pobreza, brindando una longevidad enormemente extendida..."
Imagínense por un momento al hombre entrando a un ascensor para salir de la atmósfera terrestre; las cuentas regresivas y los dolorosos e ineficientes viajes en cohetes son reemplazados por un sistema de cables más resistentes y livianos que cualquier fibra tejida hasta ahora (aproximadamente cuatro veces más resistentes que los nanotubos de carbono y 180 veces más resistentes que el acero), atados a la tierra y desapareciendo más allá de la atmósfera para acoplarse a una estación satelital en órbita geosincrónica por encima de la tierra...
Un material basado en nanotecnología es capaz de detener las hemorragias e inclusive prevenirlas. Esta es una técnica de la cual se abren diversas posibles aplicaciones, desde darle un stop rápidamente a hemorragias como prevenirlas, reducir el riesgo de focos infecciosos como evitar fugas ahorrando tiempo y disminuyendo el coste de transfusiones posteriores.
Biología e informática unen sus fuerzas en el desarrollo de nuevos sistemas informáticos. De hecho, tras los ordenadores de ADN, se plantea ahora la posibilidad de crear computadores cuyo sistema operativo esté basado en el sistema visual humano. Para ello, se ha diseñado un ‘sistema visual' en el que los input serán las representaciones visuales y los output las percepciones. En este nuevo planteamiento, no exento de dificultades, el propio sistema visual equivaldría al hardware y el estímulo visual sería equivalente al software
"Debajo de mis pies, en una caverna a 100 metros de profundidad, lejos de las perturbaciones de la superficie, descansa el Large Hadron Collider, en español, Gran Colisionador de Hadrones. Tomó 25 años y más de 6 mil millones de dólares concebir, diseñar y construir esta colosal máquina, que se compone de un anillo superconductor dentro de un túnel que tiene un perímetro de 27 kilómetros. El tamaño del túnel es tal que un pequeño automóvil podría circular por él..."
Al frente estaba el avatar de Charles Stross. Era un poco más delgado que el personaje real, pero fácilmente reconocible: cabeza rapada, gafas de marco negro, barba prominente y un nick delator: Autopope Writer (su web se llama antipope.org, nombre que un administrador de sistemas borracho le asignó por error en los inicios de Internet luego de que Stross le dictara “Autopope”). El autor de Cielo de Singularidad, Accelerando y Halting State estaba sentado en el escenario del Salon Room, Central Nexus junto a dos moderadoras de Extropia...
HOPE (Hackers on Planet Earth) es un congreso de hackers y un grupo de trabajo que desarrolló un proyecto de redes sociales concientes-de-la-localización usando tecnología RFID. El proyecto Attendee Meta-Data (AMD) fue usado el pasado fin de semana para que los asistentes al congreso rastreen y se encuentren con otros hackers basados en una enorme lista de intereses similares. Quienes fueron a la conferencia pudieron conectarse con gente nueva, encontrar las conferencias que más les interesaba, ver qué pasaba y dónde en tiempo real...
George Dyson escribió una ficción especulativa sobre Google. Sobre cómo Google adquiere conciencia y podría convertirse en la primera inteligencia artificial real. En la introducción al texto, Steward Bran explicó que la historia era demasiado técnica para publicarse en una revista de ciencia ficción y demasiado especulativa para publicarse en una publicación técnica (incluida Wired). Por eso fue publicada en The Edge, un newsletter independiente sin ánimo de lucro en el que participan algunas de las mentes más brillantes del mundo.