Lamentablemente vuestra profesionalidad y credibilidad como colectivo está -COMO MÍNIMO- tan a la deriva como la de los políticos que tan alegremente criticais, según qué línea editorial os pague, o qué sigla política os patrocine, o cuán ambicioso sea el objetivo semanal de ventas... y sí estáis en un medio público lo mismo de lo mismo con las correcciones oportunas. Vosotros, ilustres, también estáis en el mercado, parag mal de todos nosotros, pobres consumidores-lectores-votantes.
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AA BELÉN, PASTORES!
Independientemente de qué sigla política "patrocine" a cada quién, me acojona un poco, la verdad, eso de "juzgar" -aún suavemente- al cuarto poder.
Acostumbrados a dictar sentencias sobre los demás, encajáis bastante mal la crítica ajena. De vuestra egolatría colectiva, me parece una excelente muestra el episodio PASTOR-COSPEDAL. Aflorará siempre mucho antes vuestro secular sentido de la conservación como gremio especialmente corporativista, que el más mínimo amago de autocrítica.
Y es que es muy fácil abusar de ciertos tópicazos ya archi-prostituídos gracias a esa cacareada "profesionalidad" del colectivo. EL socorrido amparo en el derecho a la información os vale tanto para denunciar a la más satánica de las organizaciones criminales, como para violar el derecho a la intimidad de las personas, la presunción de inocencia, o cualquier otro difuso concepto del Estado de Derecho.
ANA PASTOR: eso de que los profesionales de tu colectivo, y en particular de TVE son poco menos que impolutas criaturas soezmente calumniadas en este caso por "la diabólica” Cospedal, sacerdotes custodios de la virginidad ideológica -norma de la Casa amén que del colectivo- ES DECIR DEMASIADO A ESTAS ALTURAS. Podemos atribuirlo a demagogias oportunistas y baratas o a qué no tenéis abuela, pero no a esa objetividad qué decís tener como bandera. También podemos atribuirlo a que además de incisiva periodista, creo que te “pone” un poquitín eso de ser tú la noticia, y autorepresentar alegremente a tus socios de pastel.
Lamentablemente vuestra profesionalidad y credibilidad como colectivo está -COMO MÍNIMO- tan a la deriva como la de los políticos que tan alegremente criticáis, según qué línea editorial os pague, o qué sigla política os patrocine, o cuán ambicioso sea el objetivo semanal de ventas... y sí estáis en un medio público Lo mismo de lo mismo.
Vosotros, ilustres, también estáis en el mercado, para mal de todos nosotros, pobres consumidores-lectores-votantes que hemos de leer y releer la misma noticia en diferentes medios para medio enterarnos de qué parece suceder en el país.
Ave.