Realmente puedo afirmar que ese río es el asco más grande que he visto en mi vida, y es cierto lo que digo porque paso dos veces por día de lunes a viernes cruzando ese río que al Estigia no tiene nada que envidiarle.
Como pocos sabrán apreciar aquél rió denominado vulgarmente "Riachuelo" pero conocido desde siempre como Matanza -no, su nombre no hace honor a su putrefacto estado, es pura ironía- está custodiado por innumerables ejércitos de fábricas, sobre todo por curtiembres (http://es.wikipedia.org/wiki/Curtidur%C3%ADa). Desde siempre estas queridas empresas se alojaron en la rivera a unos 20 metros del río pero con tubos de desagüe que desagotan líquidos color morado, verde e incluso azulados; acompañados claro está de la típica espuma sospechosamente tóxica. Si bien dicen tratar sus residuos en su totalidad no veo cual es el caso por el cual siguen desagotando líquidos contaminantes al río. Pero así es este país: "qué importa si se ensucia un poco más, total ya está sucio".
Antiguos gobiernos ya prometieron labores de sanitización sobre el río, algo en lo que poco dinero y esfuerzo se ha invertido. Incluso creo haber escuchado que una empresa japonesa quería propiciar su limpieza a muy bajo costo pero puede tratarse de una especulación mía porque nada sucede aún.
Al mismo tiempo el río divide dos zonas de un muy marcado contraste socio-económico y que se rigen por diferentes leyes: la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. Pues es sabido que la mayoría de las empresas que aportan perpetúan la contaminación sobre el río se encuentran sobre la zona más autoritariamente débil, librándose a su paso con sobornos destinados a intendentes y gobernadores.
He tenido la oportunidad de ver de cerca aquél líquido viscoso, el cual no deja de emanar un olor nauseabundo al son de burbujas semejantes a las de los pantanos de alquitrán y que son producto de las bacterias que depredan el poco oxígeno que puede haber allí.
Les dejo el link a Google Maps: http://maps.google.es/?ie=UTF8&ll=-34.678111,-58.327789&spn=0.126204,0.351562&t=k&z=12 El río es aquél que se extiende desde la parte inferior izquierda del mapa hasta desembocar en el Río de la Plata, desde donde se transfieren todos los deshechos al Mar Argentino y luego al Océano Atlántico. Creo que es un problema que nos afecta a todos. No se como el tribunal de La Haya aún no ha penado semejante acoto de vandalismo y corrupción hacia la naturaleza. Ni siquiera mi abuelo, quien llegó a tener la posibilidad de nadar en las aguas cristalinas del propio río en épocas de antaño, creyó tener que explicarme cómo nuestros corrompidos gobiernos toleraron y permitieron tan atroz acto de corrupción.
Les recomiendo la película "A Civil Action" (1998). Puede que ahí encuentren un final feliz porque por el momento nosotros lo seguimos esperando. Y yo, por el momento, cada vez que cruzo por puente ese río me identifico aún más con el aborigen que aparece llorando en los spots publicitarios americanos de los '70 (The Crying Indian).
Portada
mis comunidades
otras secciones
Realmente puedo afirmar que ese río es el asco más grande que he visto en mi vida, y es cierto lo que digo porque paso dos veces por día de lunes a viernes cruzando ese río que al Estigia no tiene nada que envidiarle.
Como pocos sabrán apreciar aquél rió denominado vulgarmente "Riachuelo" pero conocido desde siempre como Matanza -no, su nombre no hace honor a su putrefacto estado, es pura ironía- está custodiado por innumerables ejércitos de fábricas, sobre todo por curtiembres (http://es.wikipedia.org/wiki/Curtidur%C3%ADa). Desde siempre estas queridas empresas se alojaron en la rivera a unos 20 metros del río pero con tubos de desagüe que desagotan líquidos color morado, verde e incluso azulados; acompañados claro está de la típica espuma sospechosamente tóxica. Si bien dicen tratar sus residuos en su totalidad no veo cual es el caso por el cual siguen desagotando líquidos contaminantes al río. Pero así es este país: "qué importa si se ensucia un poco más, total ya está sucio".
Antiguos gobiernos ya prometieron labores de sanitización sobre el río, algo en lo que poco dinero y esfuerzo se ha invertido. Incluso creo haber escuchado que una empresa japonesa quería propiciar su limpieza a muy bajo costo pero puede tratarse de una especulación mía porque nada sucede aún.
Al mismo tiempo el río divide dos zonas de un muy marcado contraste socio-económico y que se rigen por diferentes leyes: la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. Pues es sabido que la mayoría de las empresas que aportan perpetúan la contaminación sobre el río se encuentran sobre la zona más autoritariamente débil, librándose a su paso con sobornos destinados a intendentes y gobernadores.
He tenido la oportunidad de ver de cerca aquél líquido viscoso, el cual no deja de emanar un olor nauseabundo al son de burbujas semejantes a las de los pantanos de alquitrán y que son producto de las bacterias que depredan el poco oxígeno que puede haber allí.
Les dejo el link a Google Maps: http://maps.google.es/?ie=UTF8&ll=-34.678111,-58.327789&spn=0.126204,0.351562&t=k&z=12 El río es aquél que se extiende desde la parte inferior izquierda del mapa hasta desembocar en el Río de la Plata, desde donde se transfieren todos los deshechos al Mar Argentino y luego al Océano Atlántico. Creo que es un problema que nos afecta a todos. No se como el tribunal de La Haya aún no ha penado semejante acoto de vandalismo y corrupción hacia la naturaleza. Ni siquiera mi abuelo, quien llegó a tener la posibilidad de nadar en las aguas cristalinas del propio río en épocas de antaño, creyó tener que explicarme cómo nuestros corrompidos gobiernos toleraron y permitieron tan atroz acto de corrupción.
Les recomiendo la película "A Civil Action" (1998). Puede que ahí encuentren un final feliz porque por el momento nosotros lo seguimos esperando. Y yo, por el momento, cada vez que cruzo por puente ese río me identifico aún más con el aborigen que aparece llorando en los spots publicitarios americanos de los '70 (The Crying Indian).