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1:11 de la mañana. En cinco horas cojo el coche para llegar a tiempo a una declaración en sede judicial, en calidad de imputada, de una chica muy joven a la que mi cliente, siguiendo mi consejo, ha denunciado. Y, como soy masoquista y estoy con este tema, en vez de dormir algo, voy a intentar enseñaros uno de los delitos más desconocidos que existen: el de receptación.Antes de nada, la ley. Así lo define el Código Penal, artículo 298.1:El que, con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales efectos, será castigado con la pena de prisión de 6 meses a 2 años.Y esto, siendo claros, suele dejar confuso al que lo lee. En román paladino, viene a decir que si algo es demasiado bueno para ser cierto, no lo es, y lo sabes. Así que cuidado con esos chollos sospechosos, aguililla.El caso típico es el de aquella persona que compra en Wallapop un iPhone nuevecito, última generación, auténtico, por 200 euros. Dicha persona sabe que, a narices, ese iPhone ha tenido que ser robado, porque es lo que se llama un "precio vil" (luego explicaremos esto), un precio tan ridículo que por fuerza el bien ha tenido que ser obtenido de forma ilícita para que al vendedor le compense venderlo a esa cantidad.Si tú compras un iPhone nuevecito, de última generación, valorado en 1.100 euros, a un precio muy, muy inferior, y es razonable tener aunque sea una mínima sospecha de que ese iPhone no fue adquirido de forma legítima, estás cometiendo un delito de receptación. Sí, tú, que no has robado ni un chicle en tu vida.Pero luego llega una citación a casa. "Y a mí por qué me meten", me dicen indignados. "Ni que lo hubiese robado yo, yo qué sabía". Y uno tiene que decir diplomáticamente: "Ya, claro, tú ahora eres gilipollas, seguro que no sospechaste en ningún momento de dónde venía". Pero hay que decirlo con otras palabras, claro. Insultar al cliente nunca compensa, salvo que seas un político y tu cliente sea el votante medio.Al lío. Fijaos en las negritas del artículo, que ahí está la chicha.1- Con ánimo de lucro: -"Eh, yo no lo voy a revender, qué lucro ni qué hostias". Ya, hombre, pero el lucro se define en este caso como cualquier beneficio o utilidad que tengas con la receptación. No es necesaria la reventa posterior (que sería una receptación en cadena) para que tú, Pascual, no hayas obtenido un lucro. Tener un objeto de 1.100 euros a 200 es lucro. De toda la vida de Dios.2- Con conocimiento: -"Y yo qué iba a saber que lo había robado, eh, no lo ponía en el anuncio precisamente".Y tú ahora eres un pobre inocente que no sabe el precio de las cosas, por eso no te abalanzaste sobre esto. Es normal, en estos casos, que se pretenda tirar por esta vía: el desconocimiento del origen ilícito del bien, que mantendremos en que es un iPhone para que sea más sencillo de seguir el ejemplo.Este tipo de delitos necesita a huevos el dolo, no basta con la imprudencia. Y no es necesario que sepas con total certeza que tiene origen ilícito, es más: la acusación no tendrá que probar tu conocimiento a este respecto. Simplemente, y criterios jurisprudenciales, cuando haya sido perfectamente posible que tú te hubieses imaginado el origen ilícito, o cuando se presente con alto grado de probabilidad en función de las circunstancias (te lo vende un misterioso tipo que en su perfil no para de vender cosas a precios de derribo; algunas cajas están sospechosamente embaladas como en los comercios).Como es enormemente difícil probar qué pensabas o no pensabas al comprar, se va a criterios objetivos tan variados como tu personalidad, la del vendedor, el carácter clandestino o sospechoso del contacto, y, fundamentalmente, el "precio vil". Ese precio irrisorio que cualquiera sabe que es más que de coste, más que de dumping: es un precio que sólo es rentable para el vendedor si lo ha obtenido gratis y quiere librarse rápido de él (porque si tu abuelita te regala el último iPhone y no lo quieres, no vas y lo vendes a 200 lereles porque no eres tonto).Vaya, que el tribunal no se chupa el dedito. Sabe que no eres subnormal, sabe que nadie da duros a cuatro pesetas, y sabe que tú lo sabes. 3- Ni como autor ni como cómplice.Evidente, porque si fueses autor o cómplice de ese delito contra el orden socioeconómico irías por las otras vías. De hecho, este requisito negativo es una forma de evitar según qué concursos de delitos y no sobrepenalizar otros tipos del mismo título (algún día explicaré los concursos de delitos, que tela).Lo que pretende es castigar a quienes ayuden o se aprovechen de los efectos de los responsables, y recibir, adquirir u ocultar esos efectos, a cambio de beneficio económico o patrimonial. Podría ser receptación, también, "colocar" en mercado una parte de las joyas robadas a cambio de un porcentaje. Entonces, la gente lista me preguntará: "Pollo, ¿cuál es entonces la diferencia con el encubrimiento en el caso de las joyas?" Y yo responderé: lo que lo motiva es el ánimo de lucro (punto 2) y no la voluntad de ayudar altruistamente. Sí, los ladrones y estafadores pueden tener familia y amigos que los aprecien. Conclusión: Es un delito que no suele perseguirse per se. Pero sí se persiguen otros, como el robo, el hurto o la estafa, y si tirando del hilo apareces al final de la cadena, amigo, se te puede caer el pelo. Los delitos leves, antiguas faltas, entre otras cosas dejan antecedentes. Y eso no mola nada._____________________________________________________¿Por qué no se persigue más entonces el delito de receptación, dado que, seamos sinceros, es muy común? Y es común: los mercadillos son un monumento ambulante a la receptación (por parte del cliente) y falsificación.Pues porque sólo se suele conocer de forma colateral, cuando investigas robos o estafas y a partir de ello sigues el rastro de los bienes (que es el caso que tengo mañana). La Policía no está repasándose Milanuncios o SegundaMano todo el día buscando gangas, o paseándose por los chiringuitos del mercadillo buscando esas marcas a precio rebajado de gente poco sospechosa de ser distribuidores oficiales de Gucci. O igual sí, pero para comprarlas ellos en su tiempo libre, vaya usté a saber.Pero me conviene: la chica que ha recepcionado el bien es una tonta útil. Espero charlar con el fiscal y con su abogado y conseguir que me identifique al estafador a cambio de una retirada del procedimiento. Al fin y al cabo, no tengo interés en hacer que una adolescente tenga antecedentes penales por haber sido, de tan lista, tonta.(Estoy haciendo un enfoque utilitarista antes que retribucionista, y antes de que me digáis que mercadeo con la ley, Filosofía del Derecho extra-breve: qué somos cuando hablamos de la prisión permanente revisable)1:56. Creo que ha sido el artículo que más rápido he escrito. Si tenéis curiosidad, ya os comentaré qué tal ha ido (va por videoconferencia, además... y siempre es gracioso ver a los señores juristas apañarse con las tecnologías; tengo la teoría de que el Código Penal elimina la parte del cerebelo encargada de saber qué cable se enchufa a dónde, y cuando te aprendes uno lo otro ya no cabe...).
Esta es la historia de un buen hombre, al cual unos padres bastante desprovistos de cariño lo abandonaron a su suerte a causa de una enfermedad dada en la primera infancia. Ése hombre creció siempre con ésa rémora; conviviendo con una enfermedad que con el tiempo tampoco le ha dado problemas para desarrollarse en todos los ámbitos, pero cuyas negligencias vividas en la crianza, le han marcado y mucho. Ése hombre es mi padre y la verdad, es la persona más noble que conozco. Ser abandonado por sus padres biológicos no ha sido un trance fácil; su vida no ha sido sencilla; tuvo que ser un hombre cuando debía ser un niño. Y después de muchos años con una depresión silenciosa pero cronificada, los sufrimientos que le ha derivado tener a un hijo como es mi caso, con TOC, padecer el tormento de que su mujer tuviese cáncer y demás historias que serían largas de contar...Hace unos meses, éste buen hombre, desarrolló un cuadro patológico caracterizado por delirios, irritación/hostilidad, agitación y oscilaciones muy marcadas (ciclotimias) en el estado de ánimo. Fue un trance complejo, sobre todo durante los dos primeros meses. Pero ahora, tras recibir muchos buenos consejos, se ha llegado a un abordaje de tipo psiquiátrico con unas pautas adecuadas a seguir y desde hace unas semanas, los síntomas han remitido casi por completo.El diagnóstico (la psiquiatría no es una ciencia exacta) prácticamente se sitúa cercano a un trastorno delirante. No suele ser infrecuente dicha casuística pues a edades posteriores a la jubilación, los estudios médicos documentan un porcentaje nada despreciable de personas que lo padecen. El trastorno delirante, encuadrado dentro de los trastornos del espectro de la esquizofrenia, se caracteriza por delirios que pueden ser de diverso tipo, como síntoma principal. Y dichos delirios no entorpecen ninguna actividad ni causan deterioro cognitivo ni físico a ningún nivel. Al principio, tuvimos miedo; podía ser una demencia de tipo delirante, pero para que ello se confirmase síntomas como la pérdida de memoria o el lenguaje incoherente, amén de un aplanamiento absoluto, deben concurrir siempre. Como no ha sido el caso y la evaluación neuropsicológica no ha revestido ninguna preocupación al respecto, con el tiempo, en casa, nos hemos habituado a dicha perspectiva y lo tomamos con normalidad. Recalco, ha sido complicado, pero también es verdad que desde hace unas pocas semanas, la sintomatología está prácticamente ausente (esperemos que dure). De ser así, aún será necesario continuar el tratamiento por tiempo prolongado.Para mí, ha sido otra experiencia de vida y una lección para lo que debe ser la comprensión y la convivencia con una persona querida que tenga éste tipo de problemas.Estaré encantado de responder a lo que gustéis conocer sobre ésta enfermedad.
Voy a probar una cosa: intentar explicar la parte más compleja, intricada y a la vez divertida y polémica que hay en el derecho penal, si le coges el gusto. Ver a dos buenos abogados discutiendo esto es una auténtica delicia.Si hay una palabra que en lo jurídico tiene una acepción muy distinta que en lo coloquial, es "concurso". La primera vez que oímos hablar de un concurso de delitos nos imaginamos un Tú Sí Que Vales en el que Risto Mejide o su sucedáneo diría "Me ha gustado el apuñalamiento, pero te ha faltado sentimiento en la decapitación". O un concurso de acreedores: "Con la I, suceso en el que una empresa no puede hacer frente a sus gastos corrientes".Sin embargo, según la RAE, "concurso" en el término más habitual está en la última acepción. La primera se limita a establecer un sinónimo: "concurrencia".En este artículo (probablemente el más difícil que he escrito) intento condensar una discusión interminable, sin conclusiones establecidas, de cientos de años, que trajo y trae de cabeza a los mejores juristas del mundo, para que vosotros intentéis pillar de qué va el asunto. Sed pacientes y recordad que si no entendéis algo, ha sido culpa mía por no explicarlo bien y no vuestra, porque es el tema más complejo y filosófico de toda la teoría del derecho, junto, tal vez, con las teorías del nexo causal.Para eso están los comentarios: para solicitar aclaraciones y recriminarme que no me posicione sobre la LIVG y traer la LIVG a palestra, a pesar de que ya van varios artículos escritos, porque parece imposible últimamente que no salga algo de LIVG en cualquier tema penal, el otro día no pasé la escobilla del váter y me salió un meneante pidiéndome explicaciones sobre cómo encajaba el frenazo en la porcelana con la teoría de género.CONCURSO DE DELITOSHay tres tipos de concurso de delitos: el ideal, el real y el medial. Este último da un poco de problema. No, todos dan problema. Lo cierto es que todo este asunto lo explicaré muy, muy por encima, porque es, probablemente, el tema más complejo de toda la teoría jurídica del delito. Las colisiones, ramificaciones, interpretaciones y problemas siguen a día de hoy dando lugar a estudios de cientos de páginas. Así que, como siempre, si hay algún compañero en la sala que me perdone las generalidades. Y si eres estudiante de Derecho, no creo que esto te sirva como sustituto de los apuntes, pero, espero, te sea útil para entenderlos un poco mejor.Al turrón.Concurso idealSe da cuando una sola acción provoca dos o más delitos. Por ejemplo: cometes un incendio adrede y sale quemada una persona: concurso ideal entre delito de incendio y delito de lesiones. Sin embargo, el ejemplo clásico es el de la bomba, que ayuda además a diferenciar concurso ideal homogéneo (infringes el mismo precepto varias veces) y heterogéneo (con un único acto infringes varios preceptos distintos).1- Pones una bomba que hieres a varias personas (civiles). Concurso ideal homogéneo: un único acto (poner una bomba) crea varios delitos (lesiones), pero todos son idénticos.2- Pones una bomba que hiere a varias autoridades. Concurso ideal heterogéneo: delitos de lesiones y delito de atentado, mediante un único acto.En el concurso ideal heterogéneo no se acumulan las penas sin más, sino que se sigue la teoría jurídica de la absorción agravada: coges el delito más grave por la pena y lo limitas a su mitad superior. Así, con el ejemplo anterior: delito de atentado contra autoridad: de 1 a 4 años. Delito de lesiones: de 3 meses a 3 años. Cogemos el más grave de los dos, el de atentado, y lo limitamos a su mitad superior, así que el culpable deberá ser castigado con una pena de entre dos años y seis meses y cuatro años por cada uno de los heridos.Abogados haciendo mates. Divertido.Concurso realCuando varias acciones independientes dan lugar a varios delitos que, aquí viene lo importante, son juzgados en un mismo proceso.De lo que va es de la acumulación de las penas. De uno o varios hechos conectados en el tiempo y en el espacio de alguna forma que se sustancian en el mismo procedimiento. Un ejemplo sería el de un fulano que roba un comercio, y al huir le pega a un tipo para robarle el coche, escapando a toda velocidad en el coche y siendo apresado al final. Tenemos aquí un concurso real de robo con violencia, lesiones, robo de vehículo y delito contra la seguridad vial.El concurso real permite que todos estos hechos se sustancien en un único procedimiento, ante un único juez, para proteger la agilidad procesal. Imaginad el caos que supondría tener cinco procesos abiertos al mismo tiempo. ¿Y si sale antes la sentencia que considera no probado que el tipo hubiese robado? ¿Y si sale al mismo tiempo una condena por lesiones pero una absolución por robo de vehículo? ¿Y si todo eso tuviese "hechos probados" contradictorios? Sería el equivalente jurídico a un multiverso o el reo de Schödringer donde el acusado al mismo tiempo lo hizo y no lo hizo.En este caso, a diferencia del concurso ideal, no se absorben las penas sino que se acumulan. Si es posible, se cumplirán al mismo tiempo todas; en caso de no serlo, se hará un cumplimiento sucesivo según el orden de gravedad.Ah, pero hay dos límites con el concurso real:1- La pena máxima total por todos los delitos no puede superar los 20 años (o 25, 30 o 40 en situaciones de emergencia). Esta excepción tiene otra excepción en el caso de la prisión permanente revisable.2- La pena total no puede ser mayor que el triple de la pena del delito individual más grave.Concurso medialEste, según algunos autores, es un subtipo de concurso ideal; según otros, es un tipo de concurso de delitos distinto. Va de que se cometen varios hechos delictivos, pero con una relación de causalidad: cometes un delito para poder cometer otro. Falsificas un documento público para estafar: concurso medial. Allanas un domicilio para robar y violar: concurso medial.Y es complicado porque muchas veces resulta difícil de separar del ideal (hay unidad de propósito) y del real (varias acciones, varios delitos). Es difícil, por ejemplo, saber si el tipo allanó un domicilio para robar y violar, o sólo para robar y una vez que vio que las circunstancias le eran propicias, pues violación. Y la cosa, como veréis, cambia mucho.En el ejemplo que puse de concurso real, puede considerarse que el delito de lesiones concursa de forma medial con el delito de robo de vehículo, porque le cascó al tipo para quedarse su coche. Concursos dentro de concursos. Que no se entere Nolan de esto.Así, el concurso medial es una especie de híbrido entre los dos anteriores, enormemente polémico, que ha sido, de hecho, retocado en la reforma del 2015. Y esto ha creado un quebradero de cojones a los jueces.Veréis, hasta antes del 2015, concurso ideal y medial se trataban de la misma forma: coges la pena más grave y la aplicas en su mitad superior. Así que los jueces no tenían que romperse demasiado la cabeza sobre si un delito era ideal o medial, porque la pena era la misma.-Señoría, oiga, que usted dice que esto es medial y no, es ideal.-Letrado, deje de hacer el gilipollas, si total la pena para su cliente es la misma.-Pos es verdad.Pero ahora los criterios de pena son distintas, porque para el delito medial la pena es imponer una pena superior de al menos un día a la que habría correspondido por la infracción más grave. Lo que quiere decir que se castiga mucho más el concurso medial que el ideal. Así que ahora, los jueces van a tener que justificar mucho (y andarse con pies de plomo) si el concurso es medial o ideal. Gajes del oficio, anda el Supremo cabreado por esto y los abogados han visto un filón en argumentos de apelación que dan lugar a teorías realmente fascinantes para conseguir rebajar la pena a su cliente.Resumen de las penas hasta ahora:Concurso ideal: Se coge el delito más grave y se pena en su mitad superior.Concurso medial: Se pena siempre más que el delito más grave.Concurso real: Se acumulan las penas de todos los delitos.Vale, estos son los tres clásicos concursos de delitos. Pero tenemos un tipo de concurso distinto a estos tres que, para complicar más la cosa, es muy dado a confundirse: el concurso de leyes. CONCURSO DE LEYESSi los distintos tipos de concursos de delitos (ideal, medial, real) se basaban en una o varias acciones lesionando más de un precepto penal, los concursos de leyes van de un hecho que puede ser encuadrado en varios preceptos penales distintos, en el que uno de ellos "desplaza" al resto. Y esto se hace para cumplir el "non bis in idem", latinajo que quiere decir que no se puede castigar a alguien más de una vez por el mismo delito.Así que el concurso de leyes va de decir: "Vale, este hecho cuadra en tal, tal y cual artículo a la vez. Vamos a ver en cuál cuadra mejor y nos olvidamos del resto". Por esto hay señores que dicen que el concurso de leyes realmente es un "concurso aparente", dado que al final sólo se juzga un delito. Yo seguiré llamándolo concurso de leyes en aras de la simetría conceptual y porque veo problemas:Pongamos que un hombre mata a otro a cambio de dinero. A priori, encaja en homicidio, pero también en asesinato. Y como el asesinato recoge específicamente el homicidio a cambio de precio, promesa o recompensa, este concurso de leyes se resuelve a favor del asesinato.Y por eso no lo llamo "concurso aparente", porque el homicidio no se desvanece sin más. Si luego no se considera probado o cambian las circunstancias y el tipo no lo mató por dinero, el homicidio "renace". No se elimina, se desplaza. Así que aunque la definición es fácil, separar concurso de leyes y concurso de delitos es un follón de cojones. Llevo unos minutos rompiéndome la cabeza intentando poner un ejemplo claro y actual, pero he repasado mis antiguos apuntes y lo que mejor lo muestra fue el follón jurídico que hubo entre el parricidio (ya derogado) y su relación con el asesinato. Así me entró a mí en la mollera y así espero que os entre a vosotros:Un padre mata alevosamente a un hijo. ¿Parricidio a secas? No estás castigando la alevosía. ¿Asesinato a secas? No estás castigando el parentesco como es debido. ¿Asesinato con agravante genérica de parentesco? El castigo con agravante genérica es mucho menor. ¿Parricidio con agravante genérico de alevosía? Mismo problema.Vale, el concurso de leyes no está funcionando. ¿Concurso ideal de delitos, entonces? Juas, entonces estás castigando dos veces por un delito de muerte a alguien que sólo ha matado una ; es como si ese muerto contase por dos (recordad: non bis in idem). ¿Veis el enorme problema, y por qué esto lleva siglos trayendo de cabeza a los mejores juristas?El Supremo al final se decantaba por el parricidio. Lo cual daba lugar a una paradoja curiosa: la pena por parricidio era más pequeña que por asesinato, lo que en la práctica la agravante por parentesco se convertía en una especie de ¿atenuante por parentesco?En fin. Un follón de tres pares de cojones.La cosa se pone más graciosa. Como he dicho en alguna ocasión, nuestra teoría del delito se basa en la teoría de los Bienes Jurídicos Protegidos (BJP). Se castiga el asesinato porque el BJP es la propia vida. Se castiga la violación porque el BJP es la indemnidad y libertad sexual. Se castiga el robo porque el BJP es la propiedad. Me seguís, ¿verdad?Vale, ahora recordad el ejemplo del ladrón que huye y roba un coche. Pongamos que mientras huye a toda velocidad provoca que otros coches se salgan de la vía y sufran daños, o gente se aparte de él haciéndose daño. El tipo ha lesionado varios BJP (la seguridad del resto de viandantes y conductores, y las lesiones) mediante un único acto. ¿Concurso ideal de delitos? Meh, estarías castigando dos veces un único hecho, según algunos. Así que aplicas concurso de leyes, y lo metes todo como un delito contra la seguridad vial porque también es susceptible de causar daños lesivos.Sé que ahora os pide el cuerpo decir que eso es medial de toda la vida. No os lo voy a discutir. Nadie lo tiene claro. Recordad: Intento condensar cientos de años de discusión interminable en un artículo que no os reviente la cabeza. La diferenciación entre el concurso de leyes y el concurso de delitos ideal es casi la más complicada de la más complicada de las materias. La diferencia entre ellos es el perjuicio completo: se aplica el concurso ideal si el perjuicio o desvalor únicamente se puede incluir completamente si, a cojones, concursas los delitos.Así que, en teoría, si el concurso de leyes es una infracción a la que se le pueden aplicar varios artículos, el concurso ideal de delitos es una acción que da lugar a varias infracciones.Pero luego llega la práctica: Un contable que sisa de la caja de su cliente. ¿Concurso ideal entre apropiación y deslealtad? ¿Concurso de leyes, subsumido todo a apropiación con agravante? De hecho, casi todos los ejemplos que he puesto de concurso ideal pueden discutirse como concurso de leyes.Recordad esto cuando penséis que el trabajo de juez es sencillo: en un supuesto de pluridad, primero tienes que diferenciar si es un concurso de leyes o de delitos. Luego, si es el segundo, diferenciar si es ideal, medial o real. Y si eliges ideal, asegúrate de que no es realmente medial. Creo que es la labor más difícil del derecho penal. Y son estas cosas, con tantos matices, tan complejas e intricadas, que justifican nuestro trabajo. Me gusta pensar en estas cosas cuando siento la tentación de cuñadear sobre sentencias que no me he leído.
Parece una chorrada, pero la respuesta a esta pregunta está detrás de muchos aciertos y errores, detrás de muchas euforias y depresiones y, sobre todo, detrás de la respuesta que damos a muchas preguntas.Hay gente que a los cincuenta años aún se acuerda de una humillación que sufrió en el colegio, o de la semana que participó como actor, a los veinte, en una compañía de barrio. La identificación con aquella versión de él mismo llega al punto de hacerse una tarjeta en la que figure su nombre y la palabra actor debajo.Otro, en cambio, ven su anterior trabajo de mecánico de camiones, abandonado hace cinco años, como algo alejado y que pertenece a la biografía de otra persona, porque ya no se sienten identificados con lo que fueron, ni con las ideas y las aspiraciones de aquel que fueron ellos mismos hace tan sólo cinco años.Todos cambiamos, pero no todos interiorizamos del mismo modo ni al mismo ritmo esos cambios y lo último que cambia es la percepción de nosotros mismos. Hay quien tiene un día de la bisagra, o de la mudanza, y hay también quienes se convencen de que han seguido siendo los mismos con pequeñas modificaciones que no cambian la esencia ni tampoco la identidad.¿Pero qué es lo más sano? ¿Aferrarse a lo que fuimos, manteniendo inmutable nuestra identidad, como si de una bandera se tratase, o reconocer que ya no nos gusta lo que nos gustaba, no nos mueve lo que nos movía y a los mejor ni siquiera saldríamos de copas con el que fuimos hace veinte años?No lo sé. No vengo a dar una respuesta. Vengo sobre todo a leer, si queréis, vuestras opiniones sobre el tema.Para esto, creo yo, y no para debates políticos estériles, es para lo que están comunidades como esta.Gracias de antebrazo.
Explorando la dolorosa historia de la violencia hacia los pueblos indígenas en América del Norte. Durante siglos, los pueblos indígenas de Norteamérica han sufrido violencia, opresión y genocidio a manos de los colonizadores europeos, de los Estados Unidos y de otros países. Las masacres son solo una parte de la historia de esta opresión, pero son particularmente impactantes debido a su brutalidad y su escala. Estos eventos han dejado cicatrices profundas en las comunidades nativas americanas, y su impacto se siente hasta el día de hoy.
Si habéis tenido discusiones sobre temas de actualidad en estos últimos tiempos (y si estais en menéame asumo que es así) os habréis dado cuenta que el debate ha caido en un momento en el que antes de discutir sobre los hechos hay que hablar sobre lo que son los hechos.Se aprueba una ley, sale una noticia relacionada con la pandemia, un informe ecónomico. Y el debate no suele ser sobre las consecuencias de la noticia, sino en intentar centrar en lo que se está diciendo.He leído mucho que hay un problema de comprensión lectora. Pero disiento. No hay un problema de comprensión lectora, porque para poder comprender un texto primero hay que tener la intención de querer entender lo que se nos está diciendo.El problema es que desde hace años cada vez más personas tiende a opinar sobre los hechos y la realidad no en base a dichos hechos, sino en base a lo que opinamos sobre quien está detrás.El ejemplo es obvio. Si la derecha dice algo, mucha gente de izquierdas intentará darle la vuelta para que lo dicho o hecho encaje con el prejuicio previo. Y al revés, si la izquierda dice algo, la gente de derechas le dará la vuelta.Los que son anti UE tenderán a ignorar los hechos para buscar la interpretación peor de leyes y directivas, aunque los propios textos digan lo contrario. Al reves también. Esto se ha visto mucho durante el Brexit.¿Qué ocurre? Que mucha gente directamente no tiene la intención de querer comprender lo que se dice, la gente quiere retocercer los hechos para que encajen con sus prejuicios. O lo que es aun peor, la gente retuerce los hechos para que encajen con lo que su lider de opinión de referencia le dice que piense. Aunque después todos nos auto engañemos con la idea de que pensamos por nosotros mismos.Como puse hace unas semanas en una nota, el pensamiento mayoritario actual desde hace unos cuantos años es:- Van a hacer esto.- No, mira la ley, no pone eso.- Eso será tu opinión.
En mi experiencia de escritor como afición conocí a muchos otros escritores aficionados. Es un mundillo lleno de gente de todas las edades que comparten sin embargo ambición, una que me temo es de ese tipo de ambición genérica que se lleva desde principios de siglo donde YouTube es el máximo exponente.Aunque de lo que quiero hablar es de una similitud que todos compartimos.Formé en su momento por WhatsApp y posteriormente por Telegram un grupo de escritores. Llegamos a reunirnos una cantidad bastante considerable, y el aprendizaje fue constante. Conocer gente es vital para mejorar como escritor, pero... cómo decirlo, existía un problema de concepto sobre qué es escribir. Ahí está el asunto, que escribir tiene de norma básica escribir bien, sin faltas y con buena gramática, pero no se avanzaba de ese paso.El 100% de los escritores que allí conocí sólo evaluaban los textos de los demás en relación a cómo estaban escritos en cuanto a ortografía y gramática. Ahí estaba el problema. Nos gustaba compartir relatos de autores reconocidos, pero todos, todos, nos quedabamos en la superficie, surgía además una especie de idolatría que no ahondaba en qué quería decir el texto. Nunca hubo un debate en torno a una temática, sólo se discutía sobre cuándo puntuar sólo y cuándo no, qué coma estaba bien colocada y los porqués de alargar y acortar frases. ¿Pero qué hay de las emociones e ideas expresadas? Con respeto a la lengua, escribir bien es una prioridad por debajo a tener algo que decir. Si un texto te habla de una verdad universal, te deja pensando y hace rebartir, te enseña, llena el pecho y hace gesticular tu rostro, es que es un buen texto, independientemente de que, sí, debe de estar bien escrito para no sacarte de la concentración, pero es un aspecto menor en comparación.De aquel chat grupal comprobé que se escribía mucho. Eran escritores, sin duda, y llenaban aquellos días con cientos y cientos de mensajes que sumados equivaldrían en número de palabras al libro que algún día deseaban escribir. Siempre fue mi ironía favorita. A la larga me percaté que todo aquello era un juego social, que muchos escribían textos sólo por intentar impresionar o por acumular número de lecturas para presumir. Los que de verdad se tomaban en serio la literatura no estaban allí, no perdían el tiempo porque estaban centrados en escribir.Por eso quien confude escribir bien se le abre todo un mundo cuando va a un curso de escritura. Si tiene suerte con el profesor comienza a aprender que escribir bien también significa tener algo que contar, lo que sea, nada de ser superficiales sobre qué está bien puesto y qué no. Por otro lado nunca creí en este tipo de cursos, porque son un negocio después de todo y aprender a escribir se debe conseguir conociendo gente y viviendo toda experiencia posible. ¿Cómo vas a tener algo que contar si te pasas el día puliendo tu estilo sin salir de casa? Si lees mucho, lograrás mejorar y ampliar horizontes mentales, pero todo resultará en imitaciones con otras palabras y deducciones limitadas a lo leído.Lo suyo es un punto medio. Leer mucho, escribir mucho y conocer al mundo y sus gentes. Quedarse encerrado aprendiendo a escribir bien ayudará a que otros les guste lo que dices, pero no calará y con el tiempo nadie recordará lo que escribiste. El camino es otro.Por lo que, de acuerdo, te has esmerado en que el camino sea pulido y bonito, pero ahora te toca transitarlo.
Ahora que parece que resurge el coaching para ligar, quiero daros algunos tips que, seguro, os serán útiles, solterones:-No lleves a tu madre a una cita y si vas a hacerlo, pregúntale a la chica antes. Si te dice que sí, luego no te lleves a tu madre. Ese giro de guion te hará parecer independiente y seguro y ella caerá a tus pies.-Si habla demasiado y no te deja intervenir, sacate el pene y golpéalo contra la mesa como si fueses un juez con su mazo y grita, con cara muy seria y solemne: “¡Silencio en la sala, ahora me toca hablar a mí!”.- No hagas el signo de las comillas especialmente mientras haces el amor. Si ella lo usa, es mala señal, especialmente si lo hace justo después de que te desnudes.-Si vas a la cita en coche, mira siempre debajo, sobre todo si vives en el País Vasco de los 70-90.-Si es ciega, no le escribas whatsapps, solo audios. Sé que es un coñazo, pero al menos piensa que por primera vez podrás enviarle fotopollas a una chica sin que se ría de ti.-Háblale compulsivamente durante horas de tus ex, incluso inventando historias de lo más tortuoso. Si ella te escucha atentamente o te cuenta las suyas, huye de allí. Si es ella la que huye, es tu chica ideal pero ya no podrás tenerla. Tengo que afinar un poco este consejo, lo siento.-A las chicas le gustan que les digan cosas bonitas, pero también les gusta la honestidad. Si la chica no te parece para tanto, siempre puedes recurrir a piropos de bajo perfil, pero completamente sinceros. Te doy algunos que podrán servirte de ayuda: “Nunca he visto a ninguna chica con los tobillos anchos tan guapa como tu”, “Tu creencia absoluta en los horóscopos no te hace parecer tan subnormal como presuponía”, “Eres la subdirectora de proyectos del Banco Compostelano más guapa con la que me he tomado una caña”. No fallan.-Mastúrbate antes de la cita. Te ayudará a liberar tensiones ante el gran momento. Además, ellas también lo hacen. Incluso una buena forma de romper el hielo es preguntarle: ¿Tú también te has masturbado compulsivamente antes de la cita? Podéis intercambiar webs de porno. Si todo ha fluido de forma natural, al salir de la cita, borra su número y bloquéala en todas las redes sociales y no vuelvas a verla. Si en cambio te ha amenazado con denunciarte y/o te ha abofeteado sigue insistiendo, dejando claro que estabas nervioso o que estás pasando por un mal momento y que no te reconociste en esa cita. El que no arriesga, no gana.-Habla constantemente de ti en tercera persona, te hará parecer más seguro y atractivo.-Si eres un poco frío y soso, lleva una mascota a la cita. Recuerda que, aunque tengan un cociente similar a un perro o un gato, tus amigos no son mascotas, así que, si no tienes una, puedes cazar una cucharacha, meterla en una caja de cerillas y ponerle el nombre de un filósofo existencialista francés o alemán. No falla nunca. Se les hace el coño pepsicola y es bastante barato. Te hará parecer intelectual y tierno. Además, las cucarachas comen cualquier cosa.-Si eres un poco agarradete o estás pasándolo mal económicamente y crees que no vas a poder pagar la cuenta (o ni tan siquiera, la mitad), aprovecha sus idas al baño para cogerle dinero de la cartera. No te preocupes por los otros clientes del restaurante, si lo haces con naturalidad, todos pensarán que sois pareja desde hace tiempo o que estáis casados y que es algo normal coger el monedero de la pareja. Eso sí, procura coger solo lo que necesites, porque si coges más puedes entrar en una espiral de cleptomanía y los psiquiatras te van a costar un pico. Sé de lo que hablo. Si ella se lleva el bolso al baño, hablamos de un código rojo y solo te quedará una solución: largarte corriendo.-Cambia el condón de tu cartera. Te recuerdo que los preservativos tienen una caducidad máxima de 6-7 años. Si no puedes despegarlo de la cartera, compra otra nueva. Si le has cogido demasiado cariño, plantéate si no será mejor tomarte algo con el condón y conocer en profundidad a alguien que ha estado contigo desde hace tanto tiempo, que tener una cita con una chica con la que apenas has hablado.-Si es una cita a ciegas y ella te parece fea, vete al restaurante del baño, ponte la canción más triste que tengas en el móvil, desnúdate y mírate al espejo durante 5 minutos. Sal y la verás con otros ojos. No olvides volver a vestirte antes de salir del baño o el fracaso será seguro.-Si la táctica del espejo no sirve, recurre a la táctica clásica de la llamada urgente. Cúbrete siempre las espaldas diciéndole a un amigo que te llame tras una señal por whatsapp y finge recibir una información que te obliga a abandonar la cita de forma irreversible. Te doy algunas excusas 100% seguras que garantizan el éxito: "me han llamado a filas para la Guerra de Azerbayán", "la casa de mi abuela ha comenzado a arder y tiene varios Picasso y Monet que debo salvar" o "acaban de ver a Juan Pardo en la calle y soy muy muy fan, tengo que pedirle un autógrafo".-Si la primera cita acaba en desastre y te dice que no quiere volver a verte más, nos vemos abocados a la solución más disruptiva, lo que los expertos en amor llaman: “huida hacia delante”. Es muy sencilla: compra un anillo de compromiso con su cajita, ve a su trabajo un lunes por la mañana y preséntate ante ella para pedirle en matrimonio con la rodilla hincada en el suelo. Procura que haya mucha gente, si están sus jefes delante, mejor. Si esto no funciona, yo ya no sé qué lo hará.
De niños y jóvenes, sucede a menudo que no sabemos que somos felices cuando lo estamos siendo. Es una sensación que analizamos y valoramos en retrospectiva, sobre todo cuando ya han pasado muchos años.Delibes decía que hay dos formas de madurar: aprendiendo a ser conscientes instantáneos de nuestra felicidad o aprendiendo a saber qué es lo que nos puede hacer infelices. Solemos escoger la segunda, porque tenemos más miedo al dolor que amor a la alegría.Eso nos lleva a que, conforme nos vamos haciendo mayores, nos convirtamos en máquinas juiciosas y sensatas de recordar o de proyectar, más pendientes de aquello que hicimos o de lo que haremos, que de lo que podemos hacer ahora.No hablo de ese "vivir el momento presente" del mindfulness, una pseudociencia peligrosa, cuya principal conclusión es que la causa subyacente de la insatisfacción y la angustia está en nuestra cabeza. No, no hablo de esa mierda magufa posmoderna. Sino de nuestra tendencia a vivir de momentos que ocurrieron y se quedaron para siempre, a volver a ellos de forma constante. Y de esa manía que nos lleva a volverlos a buscar en el futuro, sino idénticos, muy similares (algo muy común en las relaciones amorosas). Extrañamos, melancólicos, el pasado. Proyectamos, ansiosos, el mañana. El hoy se vuelve un fastidio.Y no, no soy partidario de esa publicitaria idea del tempus fugit a la que se acogen muchas personas que confunden inmadurez y egoísmo con valentía y autenticidad. Hablo de algo más sencillo: de que no nos paramos a pensar qué es la felicidad o al menos, cuales son los caminos que nos llevan a ella.Gramsci decía que uno de los pocos espacios de libertad que ha dejado el capitalismo al ser humano es su concepto de la felicidad. Una idea profundamente personal que debemos defender a capa y espada. Hoy en día, ese último reducto de libertad, de autenticidad, está siendo profundamente atacado por la sociedad de consumo. Vivimos en un estado narcótico, propiciado por la prisa de los días y el estrés. Creamos escenarios idílicos para que “la felicidad” llegue de forma rápida e instantánea, acotada por las vacaciones u ocasiones especiales, nos adaptamos o incluso deseamos entornos que no son dados, vendidos, impuestos sutilmente, pero que, realmente, no son nuestros.Viajes que todo el mundo emprende, planes que todo el mundo hace, experiencias gastronómicas que todo el mundo prueba, películas que todo el mundo ve, celebraciones que todo el mundo festeja, parejas que todo el mundo escogería, canciones que todo el mundo bailaría. Hoy, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda.Pero si me pongo a pensar en los momentos más felices de mi vida, ninguno cumple con esos estándares clásicos que todos conocemos. Fueron chispazos que llegaron de forma absurda, cuando menos me lo esperaba, en lugares que jamás podría imaginar. Y en cambio, no recuerdo la mayoría de esos instantes o hitos vitales en los que se suponía que debía ser más feliz. No recuerdo mi graduación, ni mi primer beso. Tampoco recuerdo bien la primera vez que vi el Caribe o que viajé en avión, ni el día que terminé mi carrera o mi primer polvo. No me he casado y tampoco quiero. Supongo que tener un hijo será maravilloso, pero creo que hay cosas muchísimo más hermosas y memorables que vivir con tu hijo que su nacimiento, o al menos eso espero.Puedo llegar a entender que el momento más feliz de la vida de mucha gente sea su boda o su graduación. Pero creo que esa gente no está siendo sincera consigo misma. ¿De verdad puede ser una boda, estresante, preparada, estandarizada, más feliz que ese, tal vez, estúpido, inesperado y maravilloso momento en el que descubriste que era esa la persona con la que querías estar sin ningún género de duda?Uno de los momentos más felices de mi vida ocurrió después de una catástrofe. Estaba con mis padres y mi hermana, viendo la tele en el salón. Una noche cualquiera. Días antes habíamos estado a punto de morir en un accidente de coche. Estábamos todos bien. Tranquilos. Recuerdo ese momento como una experiencia amniótica y vuelvo a ella muchas veces cuando estoy nervioso o no me van bien las cosas. Otro momento que recuerdo es de hace pocos años. Había muerto mi abuelo y de la tristeza inicial, pasamos a cierta alegría mientras lo recordábamos y luego a la risa. Fueron dos días maravillosos, cálidos. Incluso su entierro lo fue. Extrañamente reconfortante, pleno, sencillo, feliz. Dudo que haya alguien en mi familia, ni una sola persona, que pueda definir ese momento como uno de los más felices de su vida. La felicidad es extraña. Y en el momento que deje de ser extraña, en el momento en que tengamos que darle constantemente al botón de rebobinado o al de avance, es que hay algo que estamos haciendo mal.Ayer, leí una frase maravillosa que la afición del Nápoles escribió en la tapia del cementerio de la ciudad cuando conseguía sus dos primeros títulos con Maradona en sus filas: “No sabéis lo que os estáis perdiendo” y la lúcida reflexión que el portero argentino Vivalda hizo sobre aquel pintoresco acto de vandalismo: “La felicidad puede ser o no ser. Puede ser mucha o ser poca. Eso, en realidad, no importa. Lo único que importa es que sea nuestra. El día que deje de serlo, será mejor dejarlo todo y decir adiós”.Dudo que Vivalda leyese a Gramsci, lo que sí sé es que se tomó su reflexión al pie de la letra y dijo adiós en 1994 arrojándose a un tren en marcha en Mitre (Argentina), acuciado por un presente del que no era dueño, con graves problemas económicos y una fuerte depresión. En su casa, la policía encontró una escueta notita de despedida: “Fui feliz. Y tal vez lo podría ser algún día. Pero hace ya demasiado tiempo que la felicidad ha dejado de depender de mi y cada día presente es una tortura, así que lo mejor es irse. Adiós y lo siento”.
Breaking Bad, The Wire, Los Soprano, Hermanos de sangre...todos disfrutamos esas cumbres de la ficción, pero hay gran cantidad de series, de una calidad extraordinaria, que mucha gente no conoce (o tal vez sí).Comparto con vosotros un recopilatorio de mis joyas favoritas y os invito a compartir las vuestras en los comentarios.Todos conocen a Ricky Gervais por la primigenia The Office (UK), los Globos de Oro, o After Life, pero no todos se han asomado a la que es, para mí, su obra magna: EXTRAS. Con cameos de Samuel L. Jackson, Depp, Kate Winslet...es una de las mejores telecomedias de la BBC.El trabajo de Gervais continuó con Life´s too short, una telecomedia cáustica como el amoniaco, que sigue la decadente y delirante vida de Warwick Davis, ese actor con enanismo que protagonizó un blockbuster de culto en los 80, Willow.Life´s too short contiene alguna de las escenas más ácidas y descacharrantes de la historia de la telecomedia inglesa y eso es decir mucho...Aquí tenéis una muestra subtitulada con un cameo del gran Liam NeesonAntes de que Armando Ianucci se mudase a EEUU para grabar series multipremiadas como Veep, tuvo el valor de crear The Thick of it. Una actualización corrosiva y despiadada de Yes Minister que te hará llorar de la risa.El personaje de Malcolm Tucker (en la foto anterior, arriba a la derecha) fue definido por Larry David como "uno de los hitos de la comedia televisiva de este nuevo siglo" y creo que no exagera. Malcolm es DIOS.Spaced es una rareza, una serie que comenzó siendo muy pequeñita y acabó convirtiéndose en un hito en UK. Es amable y ácida a la vez, y te hace reír de una forma difícil de explicar. Diálogos ágiles, surrealistas e inteligentes. Muy recomendable.Coupling es la versión gamberra (inglesa) y negra de Friends y, aunque adoro el humor blanco de Kauffman y Crane, matadme si os digo que yo me quedo con los ingleses. La serie tiene momentos insuperables. Puta obra MAESTRA para llorar de la risa.A veces anárquica, a veces surrealista, otras estrambótica...pero siempre descojonante, Black Books es uno de los buques insignia de la telecomedia inglesa de los 00. Un homenaje a la vergüenza ajena que se mea en "Búscate la vida".Si ahora Jesse Armstrong despunta como guionista jefe de uno de los mejores dramas de esta década, Sucession, antes despuntaba como actor y guionista de una telecomedia que descansa en el Olimpo del humor negro británico: Peep Show. IMPRESCINDIBLE.Y terminamos la comedia británica con una rareza cálida, amable, sencilla que te hará sonreír dejando un pose de melancolía complejo de explicar. Detectorist es una serie sobre buscadores de metales, sí amigos, y es la pura definición de lo entrañable.Pasamos a las series dramáticas inglesas, y en este caso al género histórico, donde destaca la descomunal Wolf Hall, una serie capital sobre Thomas Cromwell en tiempos de Enrique VIII. Actuaciones antológicas y ambientación de diez. La tenéis en Filmin.Little Dorrit adapta la novela de Dickens. Ganó un Globo de Oro a la mejor serie y despuntó en los Emmy con 7 premios de 11 nominaciones. Una demostración de que los ingleses son insuperables aprovechando su legado. Ojalá pudiésemos decir lo mismo aquí. Y cierro el drama histórico inglés con otra adaptación literaria en forma de serie, en este caso de Elizabeth Gaskell. Os hablo de Cranford, una oda costumbrista a la sencillez que genera un universo en el que querrías quedarte a vivir. Adictiva y lacrimógena como pocas.Pasamos al género policiaco británico donde hay auténticas joyazas de altísima calidad. Empezando por Inside Men. Tres empleados de un depósito de seguridad planean un robo de varios millones de libras. Más adictiva que la heroína y solo 4 capítulos que verás en una tarde.Otro monumental homenaje de la BBC al thriller, The Shadow Line, un éxito de audiencia en su estreno allá por 2011, aunque algo compleja e imperfecta al principio, se acaba convirtiendo en un clásico del género.Siguiendo con el drama, tenemos The Missing, una serie indecentemente adictiva, que narra la desaparición de un niño y el progresivo deterioro de la relación de sus padres. No soy nada fan de este tipo de series, pero esta es ORO. Éxito de audiencia en UKSouthcliffe es profunda, escalofriante y durísima. Una miniserie que transcurre en un pueblo del norte de Inglaterra y en el que una tragedia provoca un torbellino de tramas y subtramas que se te pegarán como el puto Despacito de Luis Fonsi. Calidad y entretenimiento a partes iguales.Si estáis buscando una serie policiaca profunda, con un guión milimétrico y actuaciones de alto nivel, Broadchurch es vuestra serie. La serie ya tiene dos remakes (Francia y EEUU). La americana no le llega ni a los talones.Si el género "ciencia ficción para post-adolescentes" existe, Misfits es la reina inglesa. Una serie palomitera para verse en una tarde, que te tendrá bien pegadito al sofá. Una delicia que no trata a los espectadores como idiotas, aunque puedan serlo.Y terminamos en UK con una de mis series favoritas. This is England, de la que existen tres temporadas ambientadas en los años 86, 88 y 90 y que cuentan las andanzas de una pandilla de jóvenes punks que acabarán siendo parte de tu familia (te lo aseguro).La trilogía parte de una aceptable película del gran Shane Meadows, que decidió extender el microuniverso a una obra magna de 3 temporadas que son pura antropología de la clase obrera inglesa de loso años 80. Ojo a la BSO, que es GLORIOSA.Pasamos a Francia, con una de mis series desconocidas favoritas. No puedo entender como ninguna plataforma ha comprado los derechos de emisión de Les Revenants, serie ULTRAPALOMITERA para pasarlo teta. No podrás dejarla hasta terminarla.Pasamos ahora a Italia. ¿Os gusta la mafia? Yo no soy un fanático de su sobreexplotación en tele y cine, pero Roma Criminal es, probablemente, una de las mejores series de la historia sobre la Mafia. Absolutamente IMPRESCINDIBLE.Vamos con España. ¿Había vida antes de Patria y Antidisturbios? Poca pero sí, la había. Comenzamos con una de las mejores telecomedias que se han rodado en este país y en el mundo en general: ¿Qué fue de Jorge Sanz? ATENTOS A ESTE CAMEO.¿Qué fue de Jorge Sanz? Es la versión española de Life´s too short o de la argentina (otra joya) "Todos contra Juan". Un actor pasado de años y kilos, que fue un icono generacional (Jorge Sanz hace, claro, de Jorge Sanz) y ahora es un juguete roto en la que es, probablemente, la mejor actuación del actor español en toda su carrera. No puedes parar de reir. Secundarios de LUJO.Y en España, poco más que destacar, tal vez Crematorio, la adaptación literaria de una de las obras cumbres de Chirives. La serie está rodada con valentía y tiene un guión de calidad. Fue el primer y meritorio intento del plus por hacer ficción seriada de calidad.Y vamos, claro a EEUU. Comenzamos con una serie de animación que muchos conocerán: Más allá del jardín es un cuento preciosista, con una estética singular, que, tengas la edad que tengas, invita a soñar. Está en Netflix.Seguimos en los EEUU. Y aquí me detengo en la compleja Transparent, una serie de una intensidad descomunal que aborda temas como la identidad de género con tintes de dramedia.Continuamos con un drama hipnótico histórico, The Knick, que sigue las andanzas de un cirujano cocainómano en una época crucial para la medicina, el comienzo del siglo XX. Ambientación histórica INSUPERABLE, tramas trabajadas y consistentes y sobre todo, CLIVE OWEN.Olive Kitteridge le valió a McDormand el Emmy a mejor actriz y a Cholodenko el de mejor miniserie. Es uno de los dramas más importantes de la última década y en España pasó sin pena ni gloria. Triste, desoladora, profunda. Deja poso y duele, y tiene a Bill MurrayDejaos de productos documentales netflixeros de consumo rápido. The Jinx cuenta en su haber con ser la primera y única serie en la historia de la TV que resolvió un crimen. Esta es la historia del puto Satanás y no podrás dejarla hasta que llegues al final. Es apabullante.Seguimos con LA SERIE MÁS ENTRAÑABLE EVER. Freaks and geeks, la serie que lanzó a Judd Apatow. Una dramedia adolescente con un jovencísimo James Franco que jamás entenderé como no pudo estrenarse en España. NO OS LA PERDÁIS.Seguimos ahora con un drama histórico de altísima calidad, muy cuidado pero también entretenido. Paul Giamatti alcanzó la fama con John Adams, una miniserie que reconstruye la vida del segundo presidente de los EEUU. Colosal, puro HBO.De las series fundacionales de la HBO, una de las grandes desconocidas es OZ, un drama carcelario que se MEA MIL VECES en la sobrevaloradísima Prison Break. Caviar del bueno que ya avisaba sobre la revolución seriéfila que protagonizaría la cadena estadounidense.Y concluyo con un territorio donde los descubrimientos son casi imposibles. En la tierra de Louie, Seinfeld, The Office o Larry David, destacar telecomedias desconocidas es complejo, pero allá van las mías.Bored to death, simpatíquisima y entrañable telecomedia detectivesca con secundarios de verdadero lujo. Es una de esas series que, como ocurre con Fraisier o la propia Seinfeld, te reconcilia con el mundo, por jodido que estés.Y concluyo con Portlandia, una serie de sketches descojonantes que ataca, sin piedad, la línea de flotación del posmodernismo de la generación hipster. Una jodida maravilla.
Como para muchos, 2020 no ha sido un año fácil para mí, y no solo por la dichosa pandemia. No soy muy de contar mi vida en internet, por eso no voy a entrar en detalles, pero sí me gustaría compartir un poco lo que me pasó y sobre todo lo que aprendí de ello.No pretendo dar lecciones de vida a nadie, simplemente quiero contar mi experiencia.El año pasado, antes de que empezase todo el tema del confinamiento, mi madre se marchó a la casa del pueblo ya que veía que la cosa se empezaba a complicar y pensaba que en el pueblo las cosas estarían más tranquilas. Para que os hagáis una idea, se trata del típico pueblo del norte que está un poco perdido. Me pareció una buena idea y cuando empezó el confinamiento me alegré de que estuviera allí y no en Madrid encerrada en el piso.El problema empezó cuando en mayo me llamó un vecino del pueblo diciéndome que mi madre se había roto la cadera al caerse por las escaleras de la casa. Yo no había recibido llamada alguna del hospital ni de mi madre, y no podía coger el coche e irme hasta allí porque la capital estaba cerrada. Tras varios intentos conseguí contactar con mi madre que me explicó lo que había pasado. Al parecer ya la habían operado y estaba bien, pero con todo el tema de los contagios el hospital estaba hasta arriba y no me habían podido avisar. Os voy a ahorrar los datos de los líos del hospital, los altas y las visitas con todo lo del COVID, pero finalmente conseguí desplazarme hasta allí y llevar a mi madre de vuelta a casa. Dejarla de nuevo en la casa del pueblo era inviable, no solo porque yo tenía que volver a la ciudad y no se podía quedar sola, sino porque como os podéis imaginar es la típica casa antigua con escaleras que para una persona recién operada de la cadera, no es habitable. La llevé a su casa en Madrid y me trasladé allí para poder estar pendiente de ella en todo momento. Tengo que decir que el tema del teletrabajo me ayudó con esto porque si no la situación hubiera sido más complicada. Yo pensaba que toda esta historia había terminado hasta que me di cuenta de los mil obstáculos que hay en una casa para una persona con movilidad reducida. El andador no pasaba por varios huecos, o más bien no tenía ángulo para girar correctamente, meter a mi madre en la bañera era una tarea casi imposible… todo mal. Si ya estaba agobiada por estar encerrada en casa todo el día, la situación se convirtió en un infierno, y claro, no podía quejarme porque mi madre estaba peor.Harta de todo decidí hacer una pequeña reforma en la casa para adaptarla rápidamente todo lo posible para facilitar las cosas. Os podéis imaginar el terror que fue conseguir que hicieran toda la reforma en tiempos de pandemia. El principal cambio, y el más sencillo fue cambiar la bañera por un plato de ducha, para así facilitar el acceso y que en un futuro mi madre no tuviera problemas en ducharse sola. El otro cambio importante que hicimos fue ampliar el tamaño del hueco de las puertas a 80 cm, para que el andador pasase sin problemas. No quiero enrollarme con el tema obra porque no es lo principal. Lo que quiero decir con todo esto es que aunque muchas veces nos quejamos por lo difícil que están las cosas, no pensamos en que, tristemente, pueden ponerse peor. Hay que aprovechar el día a día y celebrar lo que tenemos. Con esto no me refiero a que tengamos que aceptar la difícil situación en la que nos encontramos ahora como si fuera fantástica, porque no lo es, pero tampoco podemos dejar que la preocupación nos absorba por completo y no nos deje disfrutar la vida, principalmente porque no sabemos cuando las cosas se van a poder poner peor. Seguramente todos nosotros rechazamos planes el marzo pasado pensando “bueno, ya otro día” y luego nos hemos arrepentido de ello. Tan solo quería compartir esta pequeña reflexión tras el duro año que ha sido el 2020. Espero que este año sea un poquito más tranquilo, no pido mucho más.
Vargas Llosa entrevistó a Borges. Le comentó que le llamaba la atención la austeridad de su casa, de su cuarto, y lo "precario" de todo ello. Después Borges comentó: "Vino un peruano, que debe trabajar en una inmobiliaria, porque quería que yo me mudara".
Hay un filósofo alemán de apellido Habermas que identifica la calidad de la democracia con su carácter deliberativo. Votar, por sí mismo, no es sinónimo de democracia, por cuanto si alguien introduce en una urna una papeleta que ha escogido con los ojos vendados, no está realizando un acto de voluntad verdaderamente libre y, por tanto, no está votando en puridad.Para que la democracia sea deliberativa es clave que todas las posiciones políticas gocen de un altavoz de similar potencia que les permita comunicar a los ciudadanos su perspectiva de la realidad, para que éstos la analicen y decidan si la hacen suya total o parcialmente, o si simplemente la rechazan. Del mismo modo, es clave que se generen foros accesibles a la ciudadanía donde esos agentes políticos puedan debatir y ofrecer a la gente la oportunidad de juzgar sus batallas dialécticas.Igualmente esencial es que existan medios de comunicación donde se muestren los hechos noticiosos que den a los ciudadanos la oportunidad de juzgar el estado de su país y la responsabilidad que cada agente político tiene en aquel.Estos dos objetivos, que formalmente todo el mundo acepta, generan importantes discrepancias cuando llega el momento de discutir sobre cómo lograrlos. Hay quien dice que cada sujeto, empresa o centro de poder debe gozar de plena libertad para crear su medio de comunicación, y los ciudadanos elegirán cuál les convence más. Otros consideran que el Estado debe imponer a cualquier medio de comunicación exigencias de pluralismo informativo a través de leyes que le obliguen, por ejemplo, a ofrecer debates políticos donde participen todas las opciones políticas de forma equitativa (se han hecho leyes a este respecto en países como Venezuela). Y hay quien considera que, siendo imposible obligar a los medios privados a gestionarse de una determinada manera, deben potenciarse una televisión y una radio públicas solventes, plurales y atractivas, en cuyo seno se logren los ideales de la democracia deliberativa y que sean capaces de llegar a la inmensa mayoría de la población.Está claro que en España cada medio privado tiene una línea editorial propia y, en muchos casos, profundamente marcada. La Razón es un panfleto del PP, Intereconomía es altavoz de la ultraderecha y La Frontera TV de Monedero es una fuente de propaganda inagotable para Pablo Iglesias y Maduro. Y desde mi punto de vista debe ser así. Obviamente, Monedero nunca dará una noticia que perjudique a Podemos, del mismo modo que La Razón silenciará cualquier noticia que perjudique a Casado. Y tienen derecho a hacerlo, por mucho que a los demás nos parezca burda manipulación.Sin embargo, se da el problema de que Antena 3 o Tele 5 (que intentan ocultar su línea editorial de una forma un poco más disimulada, aunque no demasiado) poseen una capacidad de difusión muy superior a la de La Frontera TV. Y en esas cadenas es muy difícil que aparezca una noticia que pueda hacer reflexionar al ciudadano sobre los problemas sociales del país (siniestralidad laboral, salarios de miseria, evasión fiscal, brecha entre ricos y pobres más alta de la Europa occidental...) y, a la vez, es prácticamente imposible que en ellos aparezca alguien opinando sobre soluciones a esos problemas que puedan perjudicar a los intereses de los poderosos. Por tanto, los diferentes discursos políticos no gozan de una igualdad real para presentarse ante los ciudadanos, y eso deteriora la calidad de la democracia.Desde mi punto de vista hay tres soluciones elementales a estos problemas. La primera es democratizar y potenciar los medios públicos, a fin de evitar que se conviertan en altavoz propagandístico del partido del gobierno y alcancen un nivel de prestigio y pluralismo que atraiga a la población a sus pantallas, donde deberán reflejarse cualquier suceso noticioso y las opiniones de los distintos agentes políticos sobre cómo solucionarlo. A este respecto podría ser interesante que al Director de RTVE lo eligieran los periodistas (trabajadores de la casa o incluso periodistas colegiados de toda España) en lugar de los políticos.La segunda sería que a la hora de dar licencias de emisión a los medios televisivos, se examinase su línea editorial y se tuviera muy en cuenta para que, las que se sacasen, se concediesen a medios de todas las tendencias y de forma equitativa (si se sacan 6 licencias, lo ideal sería 2 para medios conservadores, 2 para medios centristas y 2 para medios claramente de izquierdas). A este respecto, la ONU ya ha tirado de las orejas a España más de una vez https://www.eldiario.es/sociedad/medios_comunitarios-licencias-ONU_0_749275971.htmlY la tercera sería negar cualquier subvención pública o publicidad institucional a los medios que no reúnan unos requisitos elementales de pluralismo informativo e inclusión de las opiniones de los diversos agentes políticos. Para evitar que este criterio fuese aprovechado por el partido del gobierno para beneficiar a los suyos, debería crearse una Comisión integrada por periodistas destinada a dilucidar qué medios cumplen estos requisitos, y cuyos integrantes fuesen elegidos por los periodistas colegiados en España. Nótese que a día de hoy los medios reciben bastante dinero por esta vía https://recyt.fecyt.es/index.php/EPI/article/view/epi.2018.may.21Dicho lo cual, nadie debería cuestionar el derecho de cualquiera a montar su chiringuito informativo que, desde un punto de vista ético o estético, podrá criticarse duramente, pero que es premisa de la libertad de prensa (siempre que se complemente con las medidas que he citado anteriormente). Plantear el cierre de un medio por su vomitiva línea editorial o calidad informativa, es el primer paso para la censura, porque cuando se cruzan ciertas líneas rojas no hay vuelta atrás. Los tribunales deben dilucidar si una concreta información vulnera el derecho al honor o la intimidad de quien denuncie y sancionar en su caso a quien lo difunda pero, más allá de eso, nadie tiene derecho a tomar represalia alguna contra ese medio...salvo no verlo.A este respecto, yo he dejado de ver La Sexta Noche por Marhuenda e Inda. Marhuenda es un niño malcriado en el cuerpo de un adulto. Pone caras raras, hace tonterías, pica al oponente y, cuando alguien le contesta con una mínima contundencia, se enfurruña y no respira. Ésas son sus armas para defender de forma tan obscena como incondicional al PP. Y luego está Inda, que es la perfecta definición de un patán. Interrumpe, grita, falta al respeto y suelta las consignas más burdas que puedan imaginarse de forma machacona. Lo más patético es cuando alguien se las desmiente con razones y su respuesta es volver a repetirlas como si no hubiera oído nada. Es grosero, desagradable, carente de inteligencia y de escrúpulos. Es, como Marhuenda, un payaso-mercenario dispuesto a revolcarse por el fango para que su jefe no se manche los pies de barro.Pero la solución no es censurarles y abrir una Caja de Pandora que se cargaría la libertad de prensa. La solución es, simplemente, cambiar de canal y buscar otros foros donde se ofrezca un auténtico debate serio sobre los asuntos públicos. Con gente de todas las tendencias pero (eso sí) con la calidad intelectual y moral mínima para sentarse en un plató.
Día 26 de octubre, Barrio de Pan Bendito (Madrid) en Estado de Alarma. 9 de la manaña y 7 grados centígrados en un día ventoso. En un sofá colocado en plena calle, una mujer llamada Adoración, con una niña tomada sobre su regazo y 3 de sus hijos, todos menores, sentados a su lado. Adoración mira al vacío pensativa, mientras unos periodistas de Telemadrid se acercan a entrevistarla. Entre lágrimas y rodeada por una televisión vieja y varios muebles, cuenta que perdió la Renta Mínima de Inserción y no pudo tramitar el Ingreso Minimo Vital y la Sareb le impidió firmar el alquiler social. El de Adoración es uno de los 12 desahucios que se practicarán ese día en Madrid, en pleno Estado de Alarma.Día 26 de octubre, Fiesta del Quinto Aniversario de El Español. El Casino de Madrid. En uno de sus grandes salones estilo Versalles corre el vino y el champagne. Acuden a la cita miembros distinguidos de la élite española política, empresarial, bancaria y deportiva. Salvador Illa, Pablo Laso, Florentino Pérez, miembros de las Fuerzas Armadas, Isidro Fainé, Margarita Robles. Jose Luis Martinez Almeida, Begoña Villacís, Cuca Gamarra, Ana Pastor, Teodoro García Egea…en el interior del casino las celebrities escuchan los discursos trufados de valores y ética en cada entrega de los Premios León, mientras beben vinos caros con una lujosa cena. Las normas de separación social brillan por su ausencia y la fiesta se alargará más allá del toque de queda. El último premio entregado, el León a la Solidaridad que recae sobre las Fuerzas Armadas. El maestro de ceremonias, Pedro J. Ramírez, director de El Español, comienza el discurso final. Se llama “Patriotismo en tiempos del COVID”.
«Yo también te quiero, pero sólo como amigos». Pocas frases hay más demoledoras sentimentalmente que esta. Acabamos de quedar al descubierto, de desnudar nuestro corazón frente a la persona que amamos y esta nos significa que no siente lo mismo por nosotros, que sólo desea nuestra amistad. Es lo que se ha dado en llamar «la friendzone», y lo primero que hemos de saber de ella es que, en realidad, no existe.«¿La friendzone no existe?» Exacto. No existe ninguna «zona de la amistad» en la que nadie te coloca para que sufras y te lamentes viendo cómo el objeto de tus deseos sale y se acuesta con otras personas mientras que tú, que lo respetas, eres víctima de su indiferencia y padeces amargura y dolor. Y no existe porque nadie te obliga a estar allí. Sólo TÚ te pones ahí porque así lo quieres y decides permanecer en un lugar que te hace daño y que has creado tú mismo para intentar hacer sentir culpable a tu amor platónico o despertar la compasión de algún modo. Debes tener en cuenta que nadie, absolutamente nadie, es por entero dueño de sus afectos, sino esclavo de los mismos. El proceso de enamoramiento se debe a muchos factores físicos y psicológicos. El que una persona no tenga por ti los mismos sentimientos que tú por ella, no lo convierte en una mala persona, en alguien ingrato, ni te debe nada por mirarle con afecto. No estamos obligados a querer a nadie en concreto, y nadie puede exigírnoslo.«Pero yo siempre he sido muy amable». Veamos, ¿me estás diciendo que, para ti, tratar a una persona con amabilidad es darle un trato especial que debe agradecer enamorándose de ti? Pues partes de un error de base: tratar a los demás con respeto y amabilidad, no es nada especial, es sólo nuestra obligación como integrantes de una sociedad. Sostener una puerta, mantener abierto un ascensor, ayudar a alguien con una carga pesada o dar los buenos días son normas básicas de convivencia que hemos de respetar todos, eso en primer lugar. En segundo lugar, las personas no funcionamos como máquinas expendedoras: no puedes darnos amabilidad, educación, respeto o atención y que a cambio salga amor. No funciona así. Desde luego que siempre es más fácil sentirse atraído por alguien que se conduce con urbanidad y educación que por un patán borde y malcarado, pero la atracción no está intrínsecamente ligada a los buenos modales, como no lo está a la higiene personal. Son cosas que debemos hacer todos y que se dan por sentadas, no es algo único y extraordinario que pueda convertirnos en algo irresistible para nuestro amor platónico.«Pero yo siempre le he hecho favores, siempre he estado ahí cuando me ha necesitado». Primero, ¿alguien te exigió esos favores, o llegó contigo a algún trato del tipo «haz tal cosa por mí y seremos novios»? Porque a no ser que tengas menos de diez años, no puedes esperar que nadie acepte un trato así. En caso de que te pidieran esos favores, tú, ¿los hiciste porque querías, porque realmente deseabas ayudar a esa persona, o sólo por ver si así conseguías algo de ella? Si fue el primer caso, no cabe reclamación, tú lo hiciste porque querías, y si fue el segundo, tampoco hay lugar para reclamos: no hiciste ese favor por amistad, sino por interés, y el interés no tiene por qué materializarse. Las esperanzas te las pusiste tú. Antes de decirle a nadie la extraordinaria persona que eres y lo ingrato que es tu amor platónico, haz un poco de examen de conciencia. Un favor hecho por interés no es tal favor, es una factura, y no habla mucho de tu pureza de corazón. Los favores han de hacerse siempre desinteresadamente, jamás con la idea de que la otra parte se sienta en deuda hacia nosotros. Si algo no te nace de dentro, si haces un favor pensando en que la otra persona debe sentirse obligada a corresponderte de algún modo, NO LO HAGAS. En realidad no quieres hacerlo.«Pero yo he pagado en muchas salidas». Al igual que en el caso anterior, ¿has invitado a esa persona con la idea de que se enamore de ti o que se acueste contigo? Párate a pensar en qué lugar os deja eso a ambos y si a ti no te gusta, te garantizo que a tu amor platónico le gustaría menos aún. Cuando pagas la consumición de alguien o le haces un regalo, desde la clásica Fanta hasta un collar de perlas, debes hacerlo porque quieres hacerlo, pero nunca, jamás, bajo ningún concepto, porque esperes sacar rédito amoroso o sexual de ello. Habrá quien diga «pero es que las otras personas no deberían dejarse invitar, eso es interés». ¿Dónde está escrito, en qué código figura que una persona que acepta una invitación de otra está aceptando una posible relación? Yo nunca lo he visto. Y no podemos esperar que esa persona tenga nuestro mismo código no escrito respecto a las invitaciones que nosotros. Si nos ofrecemos a invitar a algo, la otra persona no tiene por qué sentirse mal si no se siente atraída por nosotros, ni encontrarse en la disyuntiva de pensar que su invitador crea que puede comprar sus atenciones a cambio de una bebida. Los reproches aquí se contestan con la copla de La Bien pagá: nada te pido, nada te debo.«Pero es que se ha aprovechado de mí pidiéndome cosas, sabe que me gusta y no me puedo negar”. Eso se llama «baja autoestima» y tu amor platónico no tiene la culpa de que no te quieras. Si amas a una persona que lo sabe y lo utiliza para aprovecharse de ti, ¿realmente te parece una persona a quien valga la pena querer? A mí me parece que no. Aquello del romanticismo del amor no correspondido, del «amado enemigo», queda muy bonito en las novelas, pero en la vida real es una gran tontería. Nadie te va a dar puntos por algo así, ni el Universo te lo va a recompensar, ni el Karma te lo va a devolver ni nada semejante. Jamás permitas que una persona se aproveche de ti, te haga daño o te maltrate porque «lo quieres». Deshazte de ese pensamiento y empieza a pensar que hay otra persona que te necesita más y a quien debes querer por encima de todo: A TI.«Pero es que se va con otras personas que no le quieren como yo lo hago». Ese es su problema, no el tuyo. No mandas en su corazón ni en su cerebro, no puedes hacer nada. No sabemos realmente por qué una persona está con otra, ni podemos influir en sus gustos. Y si presumes de querer a una persona, deberás sentirte feliz porque sea feliz con alguien, aunque ese alguien no seas tú. Desear que rompan, intentar boicotear una pareja, alegrarte de que les vaya mal para intentar buitrear o para sentir satisfacción por su sufrimiento, sólo demuestra que no somos tan buenos como creemos ser, ni de verdad queremos al otro tanto como decimos. De nuevo, hay cosas que pueden quedar bonitas o divertidas en una novela o en una película, pero en este lado de la realidad, sólo demuestran bajeza moral.«Una persona me dice que la he friendzoneado y ahora me siento mal, ¿qué puedo hacer?» Ten clara una cosa: no es culpa tuya. Tú no eres responsable de sus sentimientos hacia ti, no eres responsable de que haya visto atractivos en ti, y no puede obligarte a corresponderle porque se siente muy triste. Si lo único que tú deseas de esa persona es amistad, no puede hacerte ningún tipo de chantaje sentimental para que aceptes otro tipo de relación, ni tú debes aceptar responsabilidad en unos sentimientos que no son tuyos. Es posible que te digan «dame una oportunidad» y te coloquen en una situación incómoda en la que prefieras aceptar para no sentirte mal: NO LO HAGAS. Nunca, pero nunca empieces una relación por «dar una oportunidad» a una persona por quien no sientes nada especial y por quien tu corazón no te dice nada. Si estás con esa persona una semana o un año, siempre te dirá que no ha sido suficiente para ver si cuajáis o que tú no pusiste de tu parte. Sé que es duro porque nos han hecho pensar que el amor siempre gana y que alguien que no corresponde a los sentimientos de otra persona, es una mala persona, es alguien frío, ingrato y cruel. No es así. Es tan sencillo como que el amor no se puede forzar y no hay más. No debes tener miedo a decirle a una persona que no le amas. Si realmente te quiere, lo comprenderá por más que le duela. Y si te hace reproches, te insulta o te desea algún mal, ya sabes que en realidad no te quería. Resumiendo y para terminar: la llamada «friendzone» no existe como tal. Es un sitio que nosotros mismos decidimos crear al no saber gestionar adecuadamente un rechazo amoroso, y en el que nos situamos en un intento por despertar la compasión de una persona y comprobar si mediante pena y culpa, conseguimos algo de ella. Es el «debo de ser adoptado, mis verdaderos padres me comprarían esa chuche» de los adultos, una llamada a la compasión. Y nada bueno saldrá de una relación que se inicia por compasión. La compasión mata el amor, jamás lo crea.
cada uno tiene lo que vota y se le puede engañar muchas veces pero no siempre, los andaluces votan al ppsoe pues a seguir asi muchos años
En pleno febrero, mientras algunos se abrigan contra el frío invernal, un fenómeno inusual sacude las cálidas aguas del Atlántico tropical: las temperaturas superficiales en la región donde se incuban los huracanes han alcanzado valores típicos del pico del verano. Esta situación, desconcertante para los científicos, plantea un escenario inquietante. La Región Principal de Desarrollo del Atlántico es el área crítica donde se gestan la mayoría de los huracanes mayores en el Atlántico, temperatura superficial del mar superior a 26 °C
#74 Pues hace como 10 minutos estaban hablando del Real Madrid en la TV, eso sí, interrumpieron un momento la celebración para decir que había habido un atropello en una calle en el centro de Londres.
Vamos que me puse a ver la BBC que al menos les entiendo la mitad de las cosas pero ya es bastánte más de lo que visto lo visto me iba a enterar en el canal 24h