Pues yo no puedo opinar sobre este muchacho porque debo ser de los pocos españolitos que no quiere dedicarles ni media décima de segundo de mi tiempo a los carroñeros, zafios y barriobajeros programas del corazón.
También soy de la opinión que tenemos la Televisión que la mayoría de la audiencia quiere ver, por lo tanto, llamarme ingenuo pero el único modo que se me ocurre para cambiarla programación es no engrosar su lista de audiencias.
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Pues sinceramente, me he tomado la molestia en leerme la carta del Vicealmirante. No soy nada pródigo con el ejército pero no puedo unirme a vuestros comentarios porque tampoco he leído ningún comentario de reprobación hacia estos familiares. Es más, al final de la misma, se despide dedicándole un afectuoso recuerdo a las víctimas. Este Señor, entiendo yo, que lo que procura es defenderse del ataque constante al que se ha visto sometido, aclarando cuales eran sus responsabilidades y como él siempre procuró atenerse a las mismas. Es decir, si realmente hubo un despropósito no fue porque el no hiciese correctamente su trabajo y quizás deberíamos mirar más arriba, sobre otras personas que si deciden realmente las medidas a tomar y han quedado totalmente impunes a su actuación.