Hace 15 días | Por Andaui a yorokobu.es
Publicado hace 15 días por Andaui a yorokobu.es

Decir que en política la verdad es una sustancia maleable no es decir demasiado. El sentir popular —y, a veces, con toda la razón— es que los políticos mienten. O que, en el mejor de los casos, al menos retuercen la realidad en la dirección en que soplan los votos. Pero las grandes mentiras no se encuentran en la cocina de encuestas, ni en la elección de unas cifras económicas, ni siquiera en culpar al vecino. Las grandes mentiras son aquellas que erosionan lo que la filósofa Hannah Arendt llamaba «el tejido de la factualidad».

J

Sí. Siguiente pregunta.

c

El artículo es bueno, se basa en la política americana. La política en el sur de Europa y norte de Europa difiere un montón.
Sobre todo me ha llamado la atención una frase que dice: Creen a Trump antes que a su familia. España un país muy tradicional en algunas costumbres; creer en lo que dice un amigo es una competencia grande frente a tu familia. En España siempre te quedarás con tu familia por muchas faenas que te haya hecho, en contraste con los americanos cuyo tejido social es diferente ya depende. Aunque hay que decir que entre estados de EE.UU. también hay mucha diferencia.
Hay una mentira española universalmente conocida y aceptada, todos los políticos mienten. Repito, es mentira que mienten todos.
Podría poner muchos políticos locales que han gobernado sus ayuntamientos y la gente valora la persona y su equipo. Se fijan en hechos y no palabras. Evidentemente, es más tangible para los vecinos ver los hechos. En política que va más allá del municipio es mucho más difícil. Y para la comunidad en general muy difícil, porque no tienen medios para comprobarlo ni interés.
Sin embargo, en España siempre hemos sido muy proclives al trumpismo desde antes que este se dedicara a la política. Todos los presidentes (casi) han tenido un trumpista en sus filas tipo M.A.Rodriguez. Se me ocurre a Alfonso Guerra en su época, pero no me voy a extender por ahí.
En mi ámbito se dice: La mentira es la madre de todos los negocios. Supongo que la política también es un negocio. Y lo dejo ahí.

Aergon

#2 Me apunto la frase con la que acabas. Pienso que tenemos una carencia educativa enorme tanto para detectar mentiras como para negociar bien porque al final lo seguimos confiandolo a la moral al adoctrinamiento catolico que fomenta justo lo contrario: creer mentiras y aceptar sin rechistar para no pecar de codicia, soberbia, pereza u otra de las falacias que usan para manipularnos.

GuillermoBrown

#4 Efectivamente, somos manipulables.
Además de que es muy cierto el dicho:
Es más mucho más fácil engañar a alguien, que convencerle de que ha sido engañado.

aupaatu

La ley mordaza prometida es una clara evidencia de como se pueden escaquear,pasándole el muerto a sus socios de gobierno.
La de redactar una ley, en el ministerio de justicia, sin una transitoria clara, es otra manera de quitarse socios incómodos
El bipartidismo tiene claro lo que les conviene.

ToBeOrNotToBe

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