No está permitido que una mujer hable en la Iglesia, ni le está permitido enseñar, ni bautizar, ni ofrecer la eucaristía, ni reclamar para sí una participación en las funciones masculinas y mucho menos en el sacerdocio.
Tertuliano, padre de la iglesia.
«Cuando nos quedamos solos, me dice: ‘Tu madre ha escrito, tu gato ha muerto’. Normalmente, la muerte de un gato no significa gran cosa para la mayoría, y mucho para bien pocos, pero para mí, tratándose de ese gato, y no miento, sinceramente fue como la muerte de mi hermano pequeño. Quería a Tyke con todo mi ser. Era mi niño, de pequeño se dormía en la palma de mi mano con la cabeza colgando, se pasaba horas ronroneando mientras le sujetaba así, andando o sentado. Era como un trozo de pelo blando alrededor de mi muñeca, bastaba con enrollarle alrededor de mi brazo y empezaba a ronronear y a ronronear, e incluso cuando creció seguía sujetándole así, podía sujetar a ese gato grande con ambas manos y alzarle por encima de mi cabeza y seguía ronroneando, confiaba totalmente en mí. Cuando dejé Nueva York por mi cabaña en el bosque, le besé con cuidado y le pedí que me esperara: ‘Attends pour mue kittingoo’ (N.T.: Espérame, gatito). Pero mi madre decía en la carta que murió LA NOCHE DESPUÉS DE IRME».
Big Sur - Jack Kerouac
“Hay culturas periféricas donde el ser algo es más importante que el tener algo. Mientras que aquí no se es más que lo que se tiene y el que no tiene, no es”.
José Luis Sampedro
“Hay ciertas personas que jamás se despojan de su orgullo, cuando pasan revista a sus defectos, lo hacen a caballo”.
Atribuida a Paul Masson-Oursel
Un rey muy poderoso, que un día se aburría, convocó a un derviche y le pidió que le contara una historia.
- Majestad – respondió el derviche – le contaré la historia de un rey que fue el más generoso de todos los tiempos, porque si os parecéis a él seréis ciertamente el más grande de todos los reyes vivos.
Se sintió crecer una gran tensión entre los que escuchaban este intercambio de palabras, porque nadie hablaba así al rey. Era costumbre regalarle los oídos diciéndole que ya era el más grandioso rey vivo, porque por su puesto poseía las más grandes cualidades en un grado nunca igualado.
- Cuéntame esa historia – replicó el rey, visiblemente enfadado – pero ten mucho cuidado, porque si tu historia no está a la altura de tus palabras se te cortará la cabeza por haber calumniado a tu rey.
El derviche, sin dejarse intimidar lo más mínimo, contó entonces la larga historia de un rey que sacrificó su reino e incluso su propia persona para que nunca nadie pudiera sufrir por su causa.
Después de escuchar esta historia, que le había cautivado, el rey olvidó sus amenazas y declaró:
- He aquí un excelente cuento, derviche, del que sabré sacar buen provecho. Tú no puedes sacar partido de él porque no posees nada y no tienes nada para dar. Has renunciado a todo y no esperas nada más de esta vida. Pero yo, yo soy un rey, rico y poderoso, y verás que puedo mostrarme el más generoso de todos, más de lo que jamás podrías imaginar. Sígueme y mira bien lo que voy a hacer.
El rey se fue a lo alto de una colina que podía verse desde toda la ciudad y convocó allí a sus mejores arquitectos, ordenándoles construir una inmensa edificación compuesta por una gran sala central rodeada por un muro con cuarenta ventanas. Después ordenó que se trasladara una parte importante de su tesoro al interior de este edificio. Todos los medios de transporte fueron movilizados para transportar montones de piezas de oro, lo que llevó mucho tiempo.
Una vez que todo estuvo listo, el rey hizo anunciar por todo el reino que cada día él aparecería en cada ventana con el fin de distribuir sus riquezas entre los indigentes del reino.
Rápidamente la noticia se extendió, y cada día los necesitados se presentaban alrededor de las numerosas ventanas para recibir algunas monedas de oro de las manos del soberano.
Al cabo de varios días, el rey reparó en la jugada de un hombre, claramente un derviche, que cada día venía, cogía una pieza de oro y después se iba, sin siquiera dar las gracias al rey, al contrario que los demás mendigantes.
El rey se sorprendió de ver a tal hombre venir así para coger piezas de oro. Al principio, encontró buenas razones, diciéndose que era sin duda para distribuir aquellas piezas a algunos pobres, que era una forma de caridad. Pero la sospecha fue tejiendo lentamente su red, y al final de una cuarentena de días, su paciencia al límite, el rey se irritó abiertamente de este jueguecito e interpeló al derviche:
- ¡Especie de ingrato! ¿No sabes dar las gracias por lo que hago? ¿No puedes inclinarte como los otros? Vienes día tras día a recibir una pieza de oro, ¿no podrías por lo menos sonreír como signo de agradecimiento? ¿Hasta cuándo va a durar esto? ¿Es que por casualidad te aprovechas de mi generosidad para hacerte rico, o para practicar la usura? ¡Tu comportamiento no es digno de un derviche! ¡Llevas ese atuendo remendado para engañarnos mejor!
En cuanto hubo pronunciado esas palabras, el derviche sacó las cuarenta piezas de oro de su bolsa y las tiró a los pies del rey:
- ¡Recupera tu oro, rey generoso! Y sabed que la generosidad no tiene sentido sin tres condiciones.
Dar sin experimentar el sentimiento de ser generoso.
Dar sin esperar nada a cambio.
Dar sin dudar nunca de nadie.
¿Sabrás tú, jamás, ser generoso?
Cuento sufí
¿Esperamos siempre algo a cambio?
“Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante.“
José Luis Sampedro
“Hay millones de personas que suspiran por la inmortalidad cuando no saben qué hacer una tarde lluviosa de domingo”.

"Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores están llenos de apasionada intensidad."
The best lack all conviction, while the worst are full of passionate intensity.
William Butler Yeats. Poeta Irlandés.
13 Junio 1865 - 28 Enero 1939
Pues no se ha producido la transición desde el nacionalcatolicismo al Estado no confesional. Pero es que, además, para mí son lo mismo. Lo que pasa es que la derecha política y la jerarquía católica establecen esa diferencia, según la cual el Estado no confesional posibilita las relaciones con las religiones, mientras el laico va contra la religión. Es una construcción ideológica que no responde a la realidad. ¿Qué es el Estado aconfesional? El que establece el artículo 16.3 de la Constitución, es decir, el que no tiene religión oficial. ¿Y qué es un Estado laico? El que no tiene religión oficial. Lo demás es una guerra del lenguaje, para no usar la palabra "laico".
Juan José Tamayo
"Es muy fácil echar la culpa a los políticos y a la ambición, de todos los conflictos que ha habido a lo largo de la historia -dijo-, y naturalmente, han tenido parte del protagonismo, pero la religión ha sido siempre el fuego que ha mantenido encendida la hoguera de la intolerancia y el odio, y que nos ha impedido avanzar y lograr cosas mejores, pero, sobre todo, nos ha impedido aceptar en qué nos hemos convertido realmente, aprovechar todo lo que la ciencia nos ha enseñado y todavía nos enseña, y obligarnos a ser responsables de nuestros actos."
Raymond Khoury, "La orden del temple" (2005)
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta en un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas…
Había una vez un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente.
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañars, haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, entraron al estanque.
La furia, apurada, como siempre está la furia, urgida, sin saber por qué, se bañó rápidamente y, más rápidamente aún, salió del agua. Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró.
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza, y así, vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro, o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo, con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad, está escondida la tristeza.
Cuento zen
"La idea de que la gente abandonará sus creencias irracionales ante la solidez de la evidencia presentada ante ella es en sí misma una creencia irracional, no apoyada por la evidencia".
“Comprendí que el orgullo y la arrogancia, aunque son una defensa para ser diferente, son una lamentable defensa.”
Andrzej Sapkowski, “El último deseo” (1992)
“Las guerras no tienen memoria y nadie se atreve a comprenderlas hasta que ya no quedan voces para contar lo que pasó, hasta que llega el momento en que no se las reconoce y regresan, con otra cara y otro nombre, a devorar lo que dejaron atrás.”
Carlos Ruiz Zafón, “La sombra del viento” (2001)
“A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.”
Anónimo (Atribuida a Marcel Proust)
Existía, en un país muy lejano, un rey que no era capaz de mantener el equilibrio entre la alegría y la tristeza. Cuando algo bueno le sucedía, no cabía en sí de gozo, lo celebraba por todo lo alto y de forma incluso desmedida; pero, en cambio, cuando algo malo ocurría, se deprimía tanto que podía pasar varios días en cama.
Harto de esta situación, prometió mil monedas de oro a aquella persona capaz de fabricar un anillo que le ayudara a tolerar mejor las malas situaciones y a no celebrar de forma tan exagerada las buenas. Un anillo para encontrar el equilibrio en sus emociones.
Durante semanas fueron pasando por palacio todo tipo de personas: famosos joyeros, magos, hechiceros, artesanos… Todos ellos le trajeron centenares de anillos distintos: fundidos en oro, en plata, con piedras preciosas, de distintas formas y colores… pero ninguno de ellos era capaz de proporcionar al rey el equilibrio que necesitaba.
Cuando habían pasado ya casi dos meses y todos se habían dado por vencidos, llegó al reino un viajero que solicitó audiencia.
—¿Qué deseáis? —le preguntaron los guardias.
—Quiero ver a su majestad, pues tengo el anillo que ha estado buscando durante todo este tiempo.
Extrañados, le comunicaron la noticia al rey y este finalmente aceptó.
Aquel viajero entró en palacio ante la mirada de todos los cortesanos. Avanzó lentamente hasta el trono, y, con una voz suave, dijo:
—Majestad, tengo aquí el anillo que necesita. A mí me ha servido desde hace años para mantener el equilibrio en todo momento. Cada vez que me encontraba muy triste o muy alegre, lo observaba durante unos minutos.
Lentamente se lo quitó para dárselo al rey.
Este, nada más cogerlo, se dio cuenta de que era un simple anillo de bronce, sin ningún valor económico aparente y sin ninguna característica especial hasta que, de pronto, se quedó mirando las tres palabras que había escritas en su superficie. Las leyó, sonrió y se lo puso.
—Gracias, viajero, este es justo el anillo que necesito.
Y dirigiéndose a todos los cortesanos exclamó:
—Este hombre ha traído el anillo que tanto tiempo he estado buscando. Un simple anillo de bronce, un anillo que tiene tres palabras escritas, las mismas tres palabras que quiero que a partir de ahora se incluyan en mi escudo real: «Esto también pasará».
Adaptación de Eloy Moreno de cuento sufí.
(Dedicado a un buen usuario y mejor persona que nos lee y nos acompaña en silencio.)
“El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad” - José Saramago
“Cuando la burguesía - particularmente sus capas más reaccionarias- no pueden seguir dominando por procedimientos democráticos, apela a los métodos de la dominación fascista.”
Tres años de lucha. José Díaz Ramos
"La lógica y las matemáticas no son más que las estructuras lingüísticas especializadas."
Jean Piaget.
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, yo tomé el menos transitado, y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
“No te muevas a menos que veas una ventaja; no utilices tus tropas a menos que haya algo que ganar; no luches a menos que la posición sea crítica.”
Sun Tzu - El arte de la guerra
Hay tantos mundos distintos,
tantos soles diferentes.
Y solo tenemos un mundo,
pero vivimos en diferentes.
Mark Knopfler (Dire Straits)
“La pasión y el prejuicio gobiernan el mundo, pero bajo el nombre de la razón”.
Atribuida a John Wesley

¿Cuál es el sentido de ser capaz de perdonar si, muy dentro de ti, tienes que admitir que no eres capaz de olvidar?
Atribuida a Jodi Picoult.
menéame