“En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial. La segunda todavía nadie la ha encontrado”.
Oscar Wilde, libro Frases y filosofías para uso de la juventud (1894)
“Si no soy yo, ¿quién?
Si no es así, ¿cómo?
Y, si no es hoy, ¿cuándo?”
Atribuida a Alejandro Jodorowsky
Nota sobre la autoría de la cita
"Cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!".
La ética de Taleb.
En el famoso cuento de Ahiqar, más tarde recogido por Esopo (luego nuevamente por La Fontaine), el perro alardea ante el lobo de todos los artilugios de comodidad y lujo que tiene, casi incitando al lobo a alistarse. Hasta que el lobo le pregunta al perro sobre su collar y se aterroriza cuando comprende el uso. “De todas tus comidas, no quiero ninguna.” Se escapó y sigue hoy corriendo. La pregunta es: ¿qué te gustaría ser, un perro o un lobo? La versión aramea original tenía un asno, en lugar de un lobo, mostrando su libertad. Pero a ese asno se lo come un león. La libertad conlleva riesgos: hay que poner la carne en el asador. La libertad nunca es gratis. Hagas lo que hagas, simplemente no seas un perro que dice ser un lobo.
Nunca intentes falsear un rango, lección por todos conocida en el reino animal.
Entre gorriones, los machos desarrollan rasgos secundarios que se correlacionan con su capacidad de lucha. El color más oscuro está asociado con el dominio. Sin embargo, el oscurecimiento experimental de los machos más claros no afecta su estado, porque el comportamiento no se altera. De hecho, estos pájaros más oscuros son asesinados, como me dijo una vez el investigador Terry Burnham: los pájaros saben que uno debe caminar el camino. [You need to walk the walk].
Los perfiles corporativos son los que, de forma contraintuitiva, corren mayor peligro. Mayor es la fragilidad cuanto más alto es su cargo.
Otro aspecto del dilema del perro contra el lobo: la sensación de falsa estabilidad. La vida de un perro puede parecer tranquila y segura, pero en ausencia de un dueño, un perro no sobrevive. La mayoría de las personas prefieren adoptar cachorros, no perros adultos. En muchos países, los perros no deseados son sacrificados. Un lobo está entrenado para sobrevivir. Los empleados abandonados por sus empleadores, como vimos en la historia de IBM, no consiguen reincorporarse.
En el National Mall se halla el sobrecogedor memorial de la Guerra de Corea, obra del escultor Frank Gaylord. 19 soldados de acero y una inscripción en la piedra: Freedom is not free.
La libertad tiene un precio.
Merece la pena pagarlo.
Había una vez un niño pobre que vivía en China y estaba sentado en la acera, a la puerta de su casa. Lo que más deseaba en este mundo era un caballo, pero no tenía dinero.
Justo ese día pasó por su calle una manada de caballos con un potrillo incapaz de acompañar al grupo. El dueño de la manada, que conocía el deseo del niño, le preguntó si quería el potro. Exultante, el niño aceptó.
Un vecino, al saber lo ocurrido, dijo al padre del niño que su hijo tenía mucha suerte.
El padre le preguntó por qué, y el vecino respondió:
-Su hijo quería un caballo, pasa la manada y le regalan un potrillo, ¿no es eso suerte?
-Puede ser una suerte o una desgracia, contestó el chino padre.
El niño cuidó el caballo con celo, pero un día ya crecido, el animal huyó. Esta vez el vecino dijo:
-¡Su hijo no tiene suerte! Le regalan un potro, cuida de él y cuando crece, huye.
-Puede ser una desgracia o también una suerte, repitió el padre.
Pasó el tiempo y un día el caballo regresó acompañado de una manada salvaje de 100 caballos.
El niño, que ya era un muchacho, consiguió cercarlos y adueñarse de todos. Y el vecino dijo:
-Su hijo tiene suerte, recibe un potro, lo cría, éste huye y vuelve con una manada de 100 caballos salvajes.
-Puede ser una suerte o una desgracia, respondió de nuevo el chino padre.
Más tarde, el joven se rompió una pierna mientras domaba a uno de los caballos.
El vecino entonces dijo:
-¡Su hijo no tiene suerte! El potro huye, vuelve con una manada salvaje y al domar a uno de los caballos se rompe una pierna.
-Puede ser una desgracia como puede ser una suerte, insistió el padre.
Días después, el reino donde vivían declaró la guerra al reino vecino. Todos los jóvenes fueron reclutados menos el que estaba con la pierna rota. Y el vecino dijo:
-¡Su hijo tiene mucha suerte!, a lo que el padre chino contestó:
-Puede ser...
Toda noche trae su día y todo día atrae la oscuridad. Sabiendo eso, el hombre sabio no se alegra con la dicha ni se ve perturbado por la desgracia.
Cuento chino
"El secreto del agitador es volverse tan estúpido como sus oyentes, de forma que estos se crean tan inteligentes como él."
Contra los periodistas y otros contras (Karl Kraus)
“Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.”
Jane Austen, “Orgullo y prejuicio”, (1813)
Una gran montaña cubre con su sombra una pequeña aldea. Por falta de rayos solares los niños crecen raquíticos.
Un buen día los aldeanos ven al más anciano de ellos dirigirse hacia los límites del pueblo, llevando una cuchara de loza en las manos.
–¿A dónde vas? –le preguntan.
Responde:
–Voy a la montaña.
–¿Para qué?
–Para desplazarla.
–¿Con qué?
–Con esta cuchara.
–¡Estás loco! ¡Nunca podrás!
–No estoy loco: sé que nunca podré, pero alguien tiene que comenzar.
Antiguo cuento chino
“La mayoría de la gente pasa por la vida gastando la mitad de las energías de que dispone en tratar de proteger una dignidad que nunca ha poseído.”
Raymond Chandler, “El largo adiós” (1953)
Andaban dos hombres perdidos por el desierto. Las horas pasaban y cada vez sentían más sed y más hambre.
De pronto, llegaron a una tapia muy alta. Tras ellas se podía escuchar con nitidez el sonido de una cascada y un arroyo. Y por encima de la pared asomaba alguna rama de un frondoso árbol frutal.
Uno de los dos hombres no se lo pensó y comenzó a trepar a toda velocidad y con mucha agilidad por la pared, hasta llegar a lo más alto y perderse más allá de la tapia.
El otro hombre, sin embargo, recogió uno de los frutos que habían caído de las ramas para tomar algo de alimento, dio media vuelta y se dispuso a buscar más personas perdidas en el desierto para indicarles el camino hacia aquel oasis.
Cuento zen sobre la solidaridad
"En el amor y en la guerra, todo vale menos arrastrarse. En la guerra se muere de pie, y en el amor, se dice adiós con dignidad".
Atribuida a Charles Bukowski
Hace mucho, mucho tiempo, en el lejano oriente, y más concretamente en Japón, vivía cerca de Tokio, un respetado samurái, que había llegado a ser reverenciado tras innumerables batallas ganadas con honor.
Su tiempo de guerrero en el campo de batalla había sido grande, y ahora, este sabio samurái, pensaba impartir sus enseñanzas a los más jóvenes, pese a que se seguía creyendo la leyenda de que era capaz de derrotar a cualquier adversario, por muy temido que fuese.
Una tarde de verano, apareció cerca de su casa un guerrero conocido por sus malas artes, su soberbia y su poca caballerosidad. Le conocían por buscar lo más fácil, ser provocador y no tener el más mínimo escrúpulo. Le gustaba molestar a su adversario, hasta que éste, movido por la ira, realizara un movimiento, lo que utilizaba para atacar por sorpresa.
Él decía que jamás había sido derrotado. Y esa tarde quiso probarlo con el respetado samurái para hacer más grande su fama.
A pesar de la oposición de los estudiantes, el sabio samurái aceptó el desafío, y la contienda comenzó.
El guerrero malvado, fiel a sus malas artes, empezó a insultar al sabio samurái, llegando a tirarle piedras e incluso escupirle en la cara, además de gritarle todo tipo de insultos e improperios dirigidos contra él y también contra sus ancestros.
Así se sucedieron los minutos y las horas, sin respuesta alguna del sabio samurái que permanecía impasible.
Pasada la tarde, ya exhausto y ciertamente humillado, el irreverente guerrero se dio por vencido y se fue.
Los aprendices de samurái, indignados por los insultos que había recibido el maestro y a los que no había respondido con iguales groserías, le preguntaron:
- Maestro, ¿Cómo habéis podido soportar toda esta indignidad? ¿Por qué no blandisteis vuestra espada contra todas esas mentiras, en vez de no luchar delante de nosotros?, preguntaron.
A lo cual, el maestro les cuestionó:
- Si alguien llega con un presente y no lo aceptáis, ¿a quién pertenece el regalo?, les inquirió.
– ¡A quien lo vino a entregar!, respondió un alumno.
Pues lo mismo vale para la rabia, las mentiras, los insultos y la envidia, respondió el maestro samurái. Cuando no son aceptados, siguen perteneciendo a quien los llevaba consigo, y ahora él lleva toda esa basura atravesada en su conciencia y en su estómago, por toda la eternidad, para siempre.
Fábula china (autor desconocido)
Pensando en las estrellas, noche tras noche, comencé a comprender. “Las estrellas son palabras” y todos los innumerables mundos de la Vía Láctea son palabras, y este mundo lo es también. Y me doy cuenta de que esté donde esté, ya en un cuartito lleno de pensamientos, o en este universo infinito de estrellas y montes, todo está en mi mente. La soledad no es necesaria. Por lo tanto, hay que amar la vida en si, y no dejar que se formen preconceptos en mente de uno.
“Hay gente dispuesta a defender la libertad hasta que no quede de ella el menor vestigio”.
Puritanismo: El miedo inquietante de que alguien, en algún lugar, pueda ser feliz.
Henry Louis Mencken
“Cada palabra, expresión facial, gestos, o acción por parte de un padre, le da al niño un cierto mensaje sobre la autoestima. Es triste que muchos padres no se den cuenta de los mensajes que están enviando”.
Virginia Satir
Cuentan que un hombre ya mayor, se retiró un buen día a vivir en soledad, en lo más alto de una montaña. Hasta allí acudían muchas personas que querían consultar alguna cosa, pero el ermitaño siempre decía estar ocupado.
Un buen día, un caminante le preguntó:
– No veo que tengas nada a qué dedicarte. No tienes más que tu ropa y una cama hecha con hojas de los árboles. ¿En qué inviertes todo el tiempo? ¿Por qué dices estar tan ocupado?
El anciano se volvió y respondió con serenidad:
– Tengo muchos animales que cuidar y vigilar. Tú no los ves, pero debo entrenar dos halcones y dos águilas, tranquilizar constantemente a dos conejos, disciplinar a una serpiente, motivar día tras día a un burro y domar a un fiero león.
– Pero, ¿dónde están todos esos animales? - volvió a preguntar el hombre.
– Dentro de ti- dijo el ermitaño señalando con su dedo al visitante-. Y dentro de mí…
Ante la cara de asombro del hombre, el ermitaño le explicó:
– Mis dos halcones se lanzan sobre todo lo que ven, son muy curiosos, pero debo impedir que se lancen sobre lo malo y se queden solo con lo bueno. Son mis ojos.
Y las águilas tienen unas garras muy poderosas. Podrían hacer mucho daño, por eso debo entrenarlos para que no hagan mal a nadie… son mis manos.
Y sí, mis dos conejos son muy asustadizos. En cuanto se encuentran con una dificultad, intentar dar media vuelta o buscar un camino alternativo para no enfrentarse al problema. Se ponen muy nerviosos y debo tranquilizarlos. Son mis pies.
Ahora bien, el animal que más quebraderos de cabeza me trae es la serpiente… La tengo encerrada en una jaula, y en cuanto sale de ella, intenta morder a alguien ante el menor descuido. Tengo que tener mucho cuidado porque su mordedura es venenosa. Es mi lengua.
El pobre burro anda todos los días quejándose. Es muy tozudo porque dice estar cansado y tengo que convencerle cada día de que puede seguir con su trabajo. Es mi cuerpo.
Y por último, pero no menos importante… está el león. Es muy fiero y cuesta domesticarlo. Llevo años intentándolo, pero en cuanto creo que ya está conseguido, vuelve a rugir con fuerza. Es vanidoso y siempre piensa que es el rey. Es mi ego.
Ya ves, no me queda tiempo para nada más… por eso estoy tan ocupado.
Fábula
"La mente crea su propia lugar,
y en él puede hacer un cielo del
infierno y un infierno del cielo"
“Desde Auschwitz, sabemos de lo que es capaz el hombre. Y desde Hiroshima, sabemos lo que está en juego.”
Viktor Franki, "El hombre en busca de sentido" (1946)
"Cobarde es el hombre que humilla al débil y se humilla ante el poderoso. Pero si a ese hombre le eligieron los débiles, no solo es un cobarde, es un traidor”.
Alberto Vázquez-Figueroa
"No puedo concebir ningún desastre vital sucediendo a este buque. La construcción naval moderna ha superado eso". Edward John Smith, New York Times (1907)
“Si por «libre albedrío» entendemos la libertad para hacer lo que deseamos, entonces sí, los humanos tenemos libre albedrío. Pero si por «libre albedrío» entendemos la libertad para escoger qué desear…, entonces no, los humanos no tenemos libre albedrío.”
Yuval Noah Harari, “21 lecciones para el siglo XXI”
“Teniendo en cuenta la naturaleza humana, ejercer el poder sobre el sustento de un hombre, equivale a ejercer el poder sobre su voluntad”.
Ves cosas y dices, "¿por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, "¿por qué no?".
George Bernard Shaw
menéame