Publicado hace 6 horas por Arariel a cartierbressonnoesunreloj.com

Fallecida en 1981, con tan solo 22 años, Francesca Woodman sigue siendo una de las fotógrafas más admiradas, replicadas y copiadas de la actualidad, y eso que han pasado ya 43 años desde que saltara al vacío desde lo alto de un edificio en Nueva York. Pero su obra tiene ese algo especial que solo los grandes artistas tienen y es que es eterna, y gracias a ello ha pasado con nota la prueba del más exigente de los jueces que un artista y creador puede tener: la del paso del tiempo.

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