#2 Yo lo de que sea opcional (sin contar para la media, claro) me parece que tiene un pase, pero lo de que la iglesia diga que hay que ofrecer una alternativa no sea que los chavales se queden en el patio me parece la hostia.
Que los padres quieren que sus hijos se traguen un sermón, pues vale, allá ellos. Pero si otros padres prefieren que los suyos estén en la biblioteca estudiando, o tocándose los cojones en el patio, o jugando al baloncesto, ¿quién coño es la iglesia para exigir que esos chavales estén en alguna alternativa? Claro, porque si la alternativa a religión no es otro tostón iba a cogerla su puta madre.
La asignatura de religión debería estar prohibida, pero ni como optativa, y la educación enfocada a prepararse para la vida real. Si luego uno decide alabar a un dios, sea cual sea, ya tendrá tiempo.