¿Por qué tu taza rota no se recompone? ¿O una baraja de cartas desordenadas no se coloca? No hay una ley Física que prohíba esas cosas, pero hay algo más profundo en todo eso, el concepto de irreversibilidad.
La Homeopatía es un método terapéutico que utiliza medicamentos homeopáticos para restablecer la salud del paciente. Recientemente varios estudios confirman que la Homeopatía tiene casi el rango de Ciencia, pues estudia la influencia que tiene en el ser humano ciertas sustancias con propiedades excepcionales. Hoy vamos a explicar cómo funciona uno de los principales mecanismos que sustentan la Homeopatía: el agua tiene “memoria”.
Para combatir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares es imprescindible reducir el consumo de azúcar, especialmente del azúcar invisible que se esconde en las bebidas refrescantes. Por desgracia, subir los impuestos no funcionará.
Fumemos. Fumemos hasta que nos muramos de un cáncer de pulmón, o de garganta, o de lo que le dé la gana al cuerpo. Pero fumemos, que no es gratis, pero es placentero. Fumemos hasta que no podamos parar de toser, hasta que nuestras cuerdas vocales no consigan dar con la frecuencia exacta, pero fumemos, que al fin y al cabo la vida son dos días y un cáncer se pasa más rápido que deprisa, ya lo verás.
Bajo mi punto de vista este producto es la quintaesencia del caradurismo. Según los principios de la homeopatía lo similar cura lo similar y por lo tanto se pueden eliminar síntomas usando cantidades extremadamente pequeñas de sustancias que producen un efecto parecido al que se quiere frenar. En el caso del Oscillococcinum no es que el ingrediente que ‘cura’ no esté presente, es que ni siquiera existe.
Un día cualquiera, por ejemplo hoy, te despiertas. Te levantas de la cama y subes la persiana de tu habitación. Te parece que el mar se ha mudado al cielo. Desayunas. Escuchas la radio o ves la televisión o lees el periódico: “la gente en general está muy preocupada por el clima y dicen que cada día va a peor por eso de que no hay gobierno”. Vuelves a mirar por la ventana para corroborarlo, pero sigues viendo que el mar cubre el cielo.
El problema viene cuando en tu entorno, te vas encontrando con los típicos aliados de pega, que no son más que machistas camuflados de feministas.
No importa que ese alto funcionario sea un licenciado o graduado universitario, con una dura oposición ganada limpiamente, en la mayoría de los casos (no en todos), que esté allí por sus méritos, y no por haber engañado a la gente en una elecciones en las que les prometió el oro y el moro.
No voy a preguntarme si nos hemos vuelto gilipollas, porque la respuesta ya la conozco. Y buena parte de ustedes, también. En efecto, nos hemos vuelto gilipollas. Y vamos a más. Pero incluso en la gilipollez hay grados y matices. Y en esto de la dureza de las imágenes televisadas, como en tantas otras cosas, nos estamos pasando varios pueblos y una gasolinera.
La cosa era que, como en Europa todo hijo de vecino andaba haciéndose un imperio colonial, España, empeñada en que la respetaran un poquito después del 98, no quería ser menos. Así que Marruecos era la única ocasión para quitarse la espina: se mantenía ocupados a los militares; por otra, participábamos junto a Inglaterra y Francia en el control del estrecho de Gibraltar; y en tercer lugar se reforzaban los negocios del del rey Alfonso XIII y la oligarquía financiera con la explotación de las minas de hierro y plomo marroquí.
Sobre una de las mesas del salón, Javier Marías (Madrid, 1951) acumula varias pistolas: un Colt, una Magnum, una Luger… Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) le regaló estos hierros en sucesivos cumpleaños. A la contra, Marías responde con primeras ediciones y antigüedades varias (un catalejo de ballenero del siglo XVIII, por ejemplo). Así dejan rastro de amistad entre ambos. De complicidad. De afecto.
Desde que el verano pasado saltaran las alarmas debido a la avalancha de refugiados intentando entrar en Europa, mucho se ha oído y muy contrapuesto. Resulta sorprendente ver la rapidez con la que las opiniones han cambiado en Europa y se han transformado radicalmente en tan sólo unos meses.
El tratamiento que La 1 y el Canal 24 Horas han realizado del escándalo de corrupción que afecta al PP de Valencia ha deparado fuertes críticas dentro de Televisión Española. Su Consejo de Informativos denuncia que los responsables de los telediarios hayan considerado este tema como “menor” y lo hayan relegado a los “minutos de la basura” de los telediarios.
Como cada mes, aparecen en la prensa la interpretación de los datos del paro en España. El mes de diciembre, los datos parecen buenos. Es verdad que la calidad del empleo generado es muy bajo, los sueldos no acaban de repuntar pero el incremento de personas trabajando siempre es buena noticia.
Hace unos días un famoso torero subía una imagen con su hija en brazos toreando a un toro que fácilmente pesaba diez veces más que ellos dos juntos. Obviamente no ha pasado nada, pero negar que el bebé corría peligro es como negar que 2+2 son 4: una gilipollez.
Hoy en día la Ciencia se encuentra en una paradoja. Por una parte, los políticos no quieren ni oir hablar de ella cuando les dicen que tienen que invertir más dinero en investigación. Los políticos se hacen los sordos. No obstante, cuando padecen una enfermedad, o necesitan un medicamento, o cuando alguna entidad científica española hace un descubrimiento relevante, no tardan en llenarse la boca con palabras bonitas, rutilantes de belleza.
Gracias a una pura casualidad, he descubierto recientemente un documental sobre Irán que me tiene totalmente fascinada. Su nombre en español es “Irán en el corazón” y parte de la historia de dos mujeres iraníes que realizan un viaje desde París y Berlín respectivamente hasta su país de origen para enseñar a los espectadores diferentes aspectos sobre la historia, la cultura, la gastronomía y la forma de pensar de los habitantes Irán.
Ahora los políticos se han convertido en hechiceros y agoreros a los que la virgen les ha iluminado nada más levantarse. Se diría que les falta un pelo para ser omnipotentes ya que ¡Atención! saben qué es lo que quieren. O mejor dicho, saben lo que tu vecino, tu madre o tú, queréis.
Repartir: “Entregar a personas distintas lo que han encargado o deben recibir”. Por ejemplo cuando compras con los vecinos una docena de botellas de vino, y os las repartis. O cuando el profesor reparte los exámenes (y luego los suspensos). O cuando los socios de una empresa se reparten las ganancias. O cuando los países se reparten refugiados.
Aunque ni Podemos ni sus socios abandonan todavía al derecho a decidir y al reconocimiento de la plurinacionalidad, desde hace días han dejado a un lado el tema y se centran en exigir al PSOE que mueva ficha para negociar la investidura de su candidato.
El siglo XIX había sido en España -lo era todavía, en aquel momento- un desparrame de padre y muy señor mío: una atroz guerra contra los franceses, un rey (Fernando VII) cruel, traidor y miserable, una hija (Isabel II) incompetente, caprichosa y más golfa que María Martillo, un rey postizo (Amadeo de Saboya) tomado a cachondeo, la pérdida de casi todas las posesiones americanas tras una guerra sin cuartel, una primera insurrección en Cuba, una guerra cantonal, una Primera República del Payaso Fofó que había acabado como el rosario de la Aurora
Un estudio demuestra que sus relaciones de amistad están basadas en la confianza y que, como nosotros, están dispuestos a arriesgar cuando todo depende de un amigo.
Hoy, mientras tecleo estas líneas, después de haber visto a un montón de animales con garrotes destrozar a golpes el humilde coche viejo de un infeliz marroquí, oigo que alguien en la radio dice que somos un país de racistas y de xenófobos. Pero eso es mentira. Lo que somos es un país de hijos de puta.
Un día cualquiera te levantas y notas tu voz como ronca. Sientes un leve dolor de cabeza: has cogido algo, deduces con éxito. Ahora bien, ¿qué tendrás?. Enumeras las posibilidades “gripe, resfriado…”. Llegas a otra conclusión brillante: no eres médico. Así que decides pedir cita. Te la dan. Estás en la consulta de espera 2 horas, esperando, esperando, esperando. Entras a la consulta. te hace un diagnóstico. Te receta y te recomienda un medicamento.
#5 Muy de acuerdo. La historia se aprende a la edad que sea en el momento que sea, pero la Ciencia se debe comprender, tener una mínima base, si no es imposible.