Responsabilizar a los mercados de la quiebra de Grecia o de la caída de Berlusconi es como culpar a la ley de la gravedad de la muerte de un niño que se cayó desde el cuarto piso. El mercado no es un juez inapelable y sin sentimientos: solo un mecanismo que separa lo eficiente de lo ineficiente, del mismo modo que viento separa el grano de la paja.
Noruega, aún sin pertenecer a la Unión Europea, es la nación con mayor bienestar del mundo Hay coincidencia en que La Unión Europea atraviesa la crisis más grave desde su fundación. La peligrosa encrucijada en que se encuentra Grecia -y, en menor medida, otros países europeos- para afrontar su futuro inmediato contrasta con la representación que se hace de Europa en la milenaria mitología griega: una matrona magníficamente ataviada que lleva en sus manos un cetro y el cuerno de la abundancia.
La corrupción política ha alcanzado niveles tales que al ir un paciente al hospital, no lo atienden si no entrega dinero a los funcionarios. No lo llaman soborno, le llaman propina.
Tras unos cuantos añitos con esta historia, (oficialmente tres, pero extraoficialmente muchos más), por fin nos cuentan que tenemos un problema inmenso con los bancos. Supongo que esto no ha sorprendido a nadie, pero ha de servirnos para sacar unas cuantas conclusiones que merecen ser puestas en claro. De paso, toca una pequeña recopilación de post.
Ahora que todo indica (salvo sorpresas) un cambio en el inquilino de Moncloa, es quizá un buen momento para realizar un balance de los años de gestión realizada por parte del gobierno del señor Rodríguez Zapatero. No me gustaría destacar como fallos el resultado de los mismos, ya que es algo que día a día se puede ver en cualquier medio. No son los 5 millones de parados una decisión política, sino el resultado de otras muchas, que quiero resumir en este Blog.
El pasado viernes 4 de noviembre arrancó oficialmente la campaña electoral, aunque mucha gente tenga la sensación de llevar toda la vida en campaña. El pistoletazo de salida de la campaña fue la tradicional pegada de carteles, algo obsoleto y básicamente simbólico, como la mayoría de los políticos que a las elecciones se representan. Resulta al menos curioso, ver tantas manos acostumbradas a embellecedores de Audi A8 y teléfonos iPhone ensuciarse de engrudo al pegar su cara en los muros de la ciudad.
La Europa en la que vivimos no se rige por un interés común si no por los intereses alemanes y franceses.