A mí me hace gracia que para ti la última verdad resida en la posesión de una clave de acceso a una cuenta, y que agitándola delante del mundo sea prueba irrefutable de la identidad de quien la sostiene, y que nada más en el mundo tiene valor al respecto de determinar la identidad. Eso es vivir con los ojos cerrados.
Y lo más gracioso es que por lo que comentas ni siquiera te das cuenta de toda la confianza incuestionada que depositas en los que han forjado la narrativa que defiendes de "el código es ley".
#67 no, no quiero comentar ese video porque me parece una distracción irrelevante, y no me parece inspirado mirar con lupa cada error que pueda haber cometido para extrapolar conclusiones interesadas. Ha cometido muchos sí. Sin embargo si quieres comentar alguno de los materiales que he compartido a lo mejor sigo un rato más por aquí.