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Y ahora vendrá la lapidación, claro. Adelante, adelante...

Ahora bien, cuando estén, ustedes o un familiar suyo, hospitalizados, y tengan una flebitis el la zona de punción de la vena, o se les infecte la herida quirúrgica, o tengan una cistitis estando sondados, o tengan una úlcera de presión por estar acostado, o no les den la medicación pautada, o se la den tarde, o el suero no pase en el horario establecido, o les dejen en ayunas siendo diabéticos, o les den leche siendo intolerantes a la lactosa, o de repente varias enfermeras se arremolinen ante su bolsa de suero (señal inequívoca de que han metido la pata), en todos estos casos y muchos más, deberían denunciar a enfermería, porque esa y mucha más es su responsabilidad. Pero nadie lo hace, y si se quejan de alguien, siempre se quejarán del médico, aunque este no tenga nada que ver.

En fin, pues eso, tirénseme al cuello, está abierta la veda...

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Todas las denuncias que se han hecho sobre precariedad laboral, falta de preparación y demás cuestiones, puede que tengan sentido, pero desde luego, en este caso, NO

Se puede rebatir, punto por punto, todos y cada uno de los argumentos esgrimidos para defender a la enfermera en este desgraciado caso. Porque resulta que ninguno de ellos es cierto.

1. La enfermera no era novata. Llevaba trabajando dos años, lo que parece tiempo más que suficiente para haber adquirido al menos los conocimientos básicos de la profesión en el caso de que no los tuviese (que, además los debería tener, que para eso su carrera es eminentemente práctica y tiene casi un año de prácticas hospitalarias supervisadas)

2. Respecto a la especialización, resulta que la enfermera en cuestión había trabajado en la Unidad de Cuidados Intensivos (de adultos, sí, pero la sofisticación en cuanto a soporte ventilatorio y/o circulatorio, que es de lo más importante que tiene esta unidad es bastante común entre adultos y niños) Y además, también había trabajado en pediatria. Si no hay enfermeras en neonatología, no concibo un bagaje mejor que la de esta enfermera para ir a trabajar a la UCI de neonatos.

3. No había falta de personal en neonatología, las ratios de enfermeras y auxiliares eran las legales y las recomendadas por las sociedades científicas. Antes al contrario, en previsión de que algún día tuviese que trabajar allí, ya que en el puesto en el que estaba (nefrología infantil) no hacía falta porque solo hay un niño y dos enfermeras para atenderle, se le envía a neonatos, y atención al dato, para que aprenda, no se le asigna ningún niño a su cargo, en el turno tiene que dedicarse a observar y aprender. Todas las actividades que realiza a lo largo de la tarde las hace supervisada por enfermeras expertas. Esta medida, estupenda y lógica, da al traste con la queja de que a las enfermeras se les pone a trabajar a pelo, sin ningún tipo de preparación, en unidades que desconocen. Al menos en este caso, no fue así.

4. Y aquí viene el punto realmente interesante. El detalle que ha sido omitido, ocultado y esquivado en todos y cada uno de los cientos de reportajes de prensa, radio y televisión, en todos y cada uno de los miles de comentarios vertidos por los internautas, sean legos o expertos en la materia: la enfermera, cuando dió la alimentación a los dos neonatos (y lo hizo sola y sin supervisión porque, no lo olvidemos, ingresó un niño grave al que se le estaba haciendo una punción lumbar que necesita varias personas para realizarse) la enfermera, repito, estaba sustituyendo y realizando el trabajo de ¡Una auxiliar de enfermería! Si, señores, en la UCI de neonatos, la alimentación de los bebés, como tarea simple y sencilla que es, en general está asignada a las auxiliares de enfermería, categoría profesional de formación profesional de primer grado y que, aún a día de hoy, puede obtenerse el título estudiando unos textos a distancia y pasando un test sencillísimo de 80 preguntas. Es más, cualquiera que conozca este mundillo sabrá que a veces se deja que las propias madres de las criaturas lo hagan.

O sea, ni novata, ni falta de personal, ni falta de especialización porque para ese procedimiento no hace ninguna falta, ni vainas en vinagre.
Lo que este caso debería brindar es la oportunidad para hacer justo lo contrario de lo que se está haciendo, revisar a fondo el trabajo, la preparación y la responsabilidad no asumida de la enfermería española ¿Saben ustedes que el 90% de los errores y mala praxis hospitalaria los comete enfermería? Claro que no lo saben, la prueba es que casi nadie denuncia a enfermería, siempre se tira contra el médico que es el malo, malísimo de la muerte, y enfermería siempre sale impune. Por cierto, no sé si saben que una enfermera, a igualdad de horas trabajadas, cobra el 80 % de lo que cobra un médico, que no crea nadie que las pobrecitas enfermeras son mileuristas. Y con responsabilidad, cero pelotero.