Y eso ocurre con los políticos que se escandalizan de la prostitución. Lo ven como un pecado de gente que no tiene su nivel intelectual y sobretodo moral. Especialmente entre los que están dentro de una secta que ya todos conocemos y que forma parte de una España que sigue anclada en la época franquista. Son unos hipócritas.
A Rosa Díez y compañía se les empieza a ir la pelota...