#49 Yo he copiado literalmente su comentario...
#49 Yo he copiado literalmente su comentario...
#17 Sí, el padre Román (que era de quien te hablaba) salió absuelto.
Lo de que el obispado pusiera trabas a la acción de la justicia es indudable. De ahí a hablar como tú has hecho de una red de captación y prostitución de niñas por parte del obispado va un largo trecho. Y no hace ningún bien, más bien al contrario, lanzar ese tipo de acusaciones exageradas o directamente falsas, a la causa justa de la lucha contra los abusos sexuales a menores, sea en el seno de la iglesia o fuera de ella
#10 Caso del que, por cierto, salió absuelto y del que no se concluyó en absoluto que hubiera una red de prostitucion de obispos...
#12 No salieron absueltos, sino que, casualmente, prescribieron los delitos.
Obispos que, dicho sea de paso, pusieron mil impedimentos a la Justicia, hasta el punto de tener que pedir el Juez más de cuarenta veces que informasen.
A ver...
#17 Sí, el padre Román (que era de quien te hablaba) salió absuelto.
Lo de que el obispado pusiera trabas a la acción de la justicia es indudable. De ahí a hablar como tú has hecho de una red de captación y prostitución de niñas por parte del obispado va un largo trecho. Y no hace ningún bien, más bien al contrario, lanzar ese tipo de acusaciones exageradas o directamente falsas, a la causa justa de la lucha contra los abusos sexuales a menores, sea en el seno de la iglesia o fuera de ella
#12 Voyons: tampoco da para mucho que sea una red...
Como mucho un grupo de Whatsapp
" red de prostitucion de obispos...´"
#49 Yo he copiado literalmente su comentario...
#49 Pues pese a mi inveterada normatividad heterosexual o como coño se diga ahora, si hay obispos prostituyéndose, me apuntaba a que alguno me la chupase
#10 Pero es un caso diferente, y lo sabes...
El adjetivo «idiota» se usa principalmente como un insulto hoy en día, según el DLE para referirnos a alguien «tonto o corto de entendimiento» o «engreído sin fundamento para ello». Sin embargo, muy poco tiene que ver esto con el origen etimológico de la palabra, que llegó al español a través del latín idiota, desde el original griego ἰδιώτης [idiˈɔːtɛːs]
Sebastião Salgado, seguramente uno de los fotógrafos más reconocidos del planeta, comenzó realizando puro fotoperiodismo en agencias como Sygma, Gamma y posteriormente Magnum. Hoy, cuando contemplamos esos impactantes paisajes en blanco y negro que forman parte de su última serie “Génesis”, se nos hace difícil imaginarlo persiguiendo a un político, o retratando la vida diaria de una ciudad. Muchos de los que hoy tenemos como grandes nombres de la fotografía, fueron progresando en el oficio, trabajando como fotoperiodistas de calle.
A lo largo del siglo XX, la forma de hacer Historia tuvo una transformación imprescindible de la mano de la escuela de los Annales. Esta metamorfosis surgió a partir de la intención de Marc Bloch y Lucien Febvre de desafiar el paradigma positivista dominante hasta ese entonces. Esta nueva visión priorizó el análisis de las grandes trayectorias económicas sobre el estudio de los efímeros eventos políticos e incorpoó elementos propios de la metodología de las ciencias sociales como la geografía, la antropología y la psicología social.
Tanto el oleaje como el viento pueden tener distintas características e intensidades dependiendo del momento y la zona en que se produzca, pero, ¿cómo definir si hay mucho, o demasiado, o poco viento? Para clasificar el estado del mar, y del viento, en función de unas medidas estándares para todo el mundo se utilizan la escala de Beaufort (para el viento), y la escala Douglas (para el oleaje).
Esta semana he visto con mis alumnos de bachillerato la película “Las invasiones bárbaras”, de Denys Arcand. Siempre he sido un tipo de costumbres, una especie de gato en un cuerpo equivocado, y ésta quizá sea, de entre todos mis hábitos y rutinas adquiridos tras años de docencia, la que mayores satisfacciones me ha dado tanto a nivel personal como profesional. No ha pasado un solo año desde que me dedico a la docencia del francés en que no haya elegido esta película canadiense para usarla como muestra de la variedad de acentos y particularidades del idioma (el francés québécois tiene un timbre muy marcado), pero sobre todo, como excusa para fomentar el debate (y la competencia oral) entre mis alumnos.En este sentido, la película es realmente generosa e invita, y casi empuja, a la reflexión en torno a asuntos que, de una u otra manera, nos tocan e interesan a todos: la drogadicción, la eutanasia, el uso de drogas ilegales como remedio paliativo frente al dolor, la enfermedad, las relaciones paterno-filiales, la amistad, el paso del tiempo, el derrumbe de las certezas, el sentido de culpa, en fin, la vida y lo que queda en nosotros de ella cuando estamos a las puertas de abandonarla.Pudiera parecer que los adolescentes, de los que presuponemos un escaso interés por temas o asuntos que a los adultos nos parecen relevantes, no fueran capaces de mantener durante dos horas la atención requerida para el disfrute de un film tan poco convencional y, a priori, escasamente atractivo desde el punto de vista de un cuerpo sometido a los azarosos y violentos vaivenes de las hormonas. Craso error. Año tras año, acabo llegando al convencimiento de que no todo está perdido, de que todavía hay esperanza, y de que soy un agonías y un viejo gruñón cuyos prejuicios son derribados de manera inmisericorde tras cada visionado.“Las invasiones bárbaras” es la segunda parte de una trilogía inicada con “El declive del imperio americano” (1986), y cerrada con “La caída del imperio americano” (2018). De todas ellas, mi favorita sigue siendo “las invasiones”, una película redonda, inteligente y emotiva como pocas. Tanto como para que se me encoja el corazón y deba reprimir los lagrimones cada vez que llego a la escena final, al igual que me ocurre con la maravillosa “Cinema Paradiso”. En el caso de la película de Arcand, el desencadenante son las primeras notas de la canción de cierre, y la cálida y envolvente voz de Françoise Hardy. Ni sé la de veces que habré escuchado “L’amitié” pero, a buen seguro, podría contarlas por miles, pues forma parte de la banda sonora de mi infancia, y la buena de Françoise permanece en mi memoria como primer amor platónico de mi vida.Dentro vídeo:En realidad mi artículo no versa sobre la película de Arcand. De hecho no es más que la excusa que he encontrado para que confesemos nuestros pecados de juventud, y el lastre que hemos ido soltando en el transcurrir de nuestras pequeñas existencias. Y para ello, a modo de guía, nada como la inolvidable escena en la que Rémy y sus amigos, copa de vino en mano, hacen un rápido y elocuente tour ideológico a lo largo de las suyas.Sirvan pues estos dos minutos escasos de metraje para confesar y rendir cuentas ante la soberana comunidad de menantes. Sed valientes hermanos, desnudad vuestras vergüenzas a ojos de vuestros semejantes. No temáis, contáis con nuestra complicidad y comprensión. Al fin y al cabo, ¿quién no ha dejado algún “-ismo” por el camino?A modo de ejemplo y para romper el hielo, he aquí mi confesión:-ismos (abrazados y abandonados):Marxismo-Leninismo, Trotskismo, Socialismo libertario, Teoría crítica del Marxismo, Existencialismo, Nosédecirnoismo (éste me costó lo suyo), Priapismo (de los primeros en abandonarme), e incluso Pablismo (todos tenemos un pasado. En mi descargo diré que me pilló con las defensas bajas...)-ismos (que aguantan contra viento y marea)Escepticismo, Agnosticismo y, como no, Onanismo…
Sobre el papel los nazis habían ocupado ese remoto territorio de soberanía francesa a escasas 14 millas de la gran isla de Terranova (Canadá). En junio de 1940 toda Francia, sus departamentos extraterritoriales y colonias, quedaban bajo dominio del III Reich alemán o del gobierno títere de Vichy. Este último fue el que administraría al archipiélago de Saint Pierre y Miquelón, porque su gobernador, Gilbert de Bournat, se mostró fiel seguidor del gobierno de Pétain. Aunque eso iba a cambiar pronto por el plan de «liberación» de esas islas...
La palabra vermut viene del alemán wermut (ajenjo), tradicionalmente el principal producto botánico en participar en su elaboración. Esta planta amarga y aromática se utilizaba para luchar contra problemas de estómago y como conservante natural. Por eso se utilizó en la cerveza antes de que se impusiera el lúpulo. Pero lo que nos interesa aquí es su uso con vino ya que es importante no olvidarse que un vermut siempre tiene una base vínica.
El “Philobiblon” es una colección de ensayos sobre la adquisición, preservación y organización de libros escritos por el bibliófilo medieval Richard de Bury poco antes de su muerte en 1345. Escrito en latín, como era la costumbre del día, se divide en veinte capítulos. , cada uno cubriendo un tema diferente relacionado con la recolección de libros. En la obra utiliza el lenguaje del fuego del infierno y la condenación para expresar su devoción por los libros, especialmente los de ciencia e historia. El resultado es maravillosamente entretenido.
En un anterior artículo ya tuvimos ocasión de referirnos al apartado octavo de la Orden del Ministerio de Industria y Comercio de 23 de abril de 1941 por la que se prohibió la proyección cinematográfica en otro idioma que no sea el español. En esa misma línea, aquella disposición tuvo su precedente un año antes, cuando el Ministerio de la Gobernación publicó la Orden de 16 de mayo de 1940 por la que se dispone queda prohibido en rótulos, muestras, anuncios, etc. el empleo de vocablos genéricos extranjeros
Desde su condición de rareza, incluso para los estándares helenísticos, el Galo Capitolino parece pensado para contentar por igual a todos los paladares de cualquier tiempo: los amantes del clasicismo se veían seducidos por su belleza masculina, mientras que los románticos exaltados no podían resistirse a la lírica del héroe derrotado. Tanto fue así que hasta bien entrado el siglo XX su fama no estaba por debajo de la que hoy pueda tener la Gioconda.
AstraZeneca ha ofrecido a la Unión Europea 8 millones de dosis más de su vacuna contra la covid este trimestre, lo que la UE ha considerado inadecuado porque aún dejaría un gran déficit de lo que se esperaba originalmente, dijo a Reuters un funcionario de la UE.
La mezuzá es un rollo de pergamino que contiene escritos los dos primeros párrafos de la Shemá (una de las principales plegarías de la fe judía y que se debe recitar al levantarse y al acostarse). La mezuzá se colocaba y se sigue colocando en la parte superior derecha de la jamba de la puerta principal de la casa para indicar que sus moradores son judíos.
Algunos problemas de matemáticas tienen sus orígenes en las historias más antiguas. Eso es algo que ya sabíamos o que, al menos, podíamos imaginar.
Lo que igual no conocíamos es que algunos de esos problemas tienen su origen en mitos clásicos, como el de la búsqueda del guardián perfecto.
Sirva esto como presentación del vídeo que ha creado la gente de TEAMCO, de la Universidad de Cantabria, para hablarnos de Argos Panoptes y el mito de Zeus e Io y su relación con el siguiente problema de matemáticas:
Antiguamente, las carasses eran figuras colocadas bajo el órgano de las iglesias, y el propio organista les hacía mover los ojos y echar golosinas por la boca. Los niños se colocaban debajo y recogían todo lo que podían. Había carasses por toda Cataluña, y solo en Barcelona destacaban la de Santa Maria del Mar, la de la Catedral —que data del siglo XVI— y la de Sant Just, que todavía se puede ver en la sacristía. Actualmente podemos encontrar algunas carassas, aunque su función era bien distinta a la de tirar golosinas por su boca…
La Alemania nazi construyó una serie de edificaciones militares y civiles que se adelantaron una década al estilo brutalista, posteriormente adoptado por la Unión Soviética (URSS). De entre estas edificaciones, eminentemente militares, se destacaron las Flakturm, o Torres Flak, una suerte de fortalezas del siglo XX que se levantaron en cinco importantes núcleos urbanos del III Reich, generando un fuerte contraste visual al mezclarse con viviendas de estilo Haussmann.
Estas coloridas postales en cromolitografía del dibujante español Pedro de Rojas reimaginan las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza para el siglo XX. Vemos al Caballero de la Triste Figura enfrentándose en globo a molinos de viento, peleando con lo que parece ser un guardabosques (la leyenda lo identifica como el Caballero del Bosque), entrando en un gran hotel con un paraguas bajo el brazo y justas mientras viaja en automóvil.
En junio de 1932 el folclorista y musicólogo John Avery Lomax visitó las oficinas de la editorial McMillan en Nueva York. Su meta era crear una antología de baladas y canciones folk americanas, haciendo especial hincapié en la música afroamericana. Su primer expedición tuvo lugar en junio de 1933, acompañado de su hijo Alan Lomax. Juntos recorrieron miles de kilómetros con el fin de recopilar en las granjas-prisión de Texas canciones de trabajo, baladas, espirituales y blues.
Cuenta la leyenda que quienes pasaban junto al sarcófago del zar Iván IV en la catedral de San Miguel Arcángel oían gritos y se santigüaban para que no resucitara nunca. Puede que sea solo una leyenda, pero explica porqué se le conoció con el apodo de “el Terrible”. Iván IV fue coronado Gran Príncipe de Moscú a los tres años y hasta el día de su muerte fortaleció el poder de la monarquía y expandió las fronteras hasta el mar Caspio, los montes Urales y la costa del Báltico. Para conseguirlo sometió a nobles y al pueblo con inusitada furia.
En los estertores de la Guerra Fría, al otro lado del telón de acero, se extendía una galaxia de videojuegos difícilmente imaginable por aquellos entonces. Siempre se ha tenido el erróneo concepto de que los videojuegos fueron algo exclusivo del mal llamado “mundo occidental”, siendo uno de los máximos exponentes del ocio y, por lo tanto, del estado de bienestar. Pero la historia de Rusia -anteriormente URSS- y los videojuegos es interesante, rica y desconocida.
De muchos platos actuales de la cocina española se dice, que son de origen árabe. En esto los dulces se consideran emblemáticos, pero no falta quien afirme con aplomo que también tenían ese origen la paella o las migas, sin aducir otros argumentos que la introducción del cultivo del arroz en la península ibérica en época andalusí o que en la cocina tradicional árabe hay un plato que se hace con migas de pan (el tharid). ¿Qué criterios se han de seguir para establecer un nexo verificable entre un plato andalusí y otro español?.
Debo ser muy lerdo, pero no he conseguido acceder a las imágenes en línea... me envía directamente a la tienda...