Lo de Beatriz Talegón es un quiero y no puedo... Pero por qué no puede? Detesta las políticas de su partido, si fuera consecuente se marcharía, aunque, claro, perdería antigüedad y nunca se sabe cuándo saltará la liebre
La militarización del control de la inmigración y la conversión de la frontera de Estados Unidos con México en una zona casi de guerra beneficia a la industria militar privada y a las empresas que gestionan las cárceles. Luis Martín Cabrera, republicano errante, residente en Estados Unidos desde los años noventa, lo cuenta en su libro de crónicas Insurgencias invisibles: resistencias y militancias en Estados Unidos (La oveja roja).
Un pinchazo al inspector Javier V. le descubre pidiendo a un oficial retener ilegalmente a un individuo e imputarle ‘todos los palos que haya dado un tío’ de sus características. "Yo lo que quiero es quitarle de la circulación un día y medio. Vamos, lo que yo quiero es que se joda".
“Estamos saltando sin red. La gente no lo creerá, pero no hay nada ni cosido ni pactado ni pasteleado. Sólo la sensación de que tenemos la obligación de pelear hasta el final. Merece la pena el riesgo que hay que correr”. Así explicaba Tania Sánchez, en una entrevista con este diario, su renuncia a encabezar Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, su dimisión como diputada regional y su salida de la coalición para construir una candidatura de unidad popular.
El deporte está en todos sitios. Sólo hay que templar el oído y acerar la observación. En el paraje más inesperado pueden reverberar timbres de apariencia intrascendente que demuestran que el deporte, ajeno a nadie, es la droga más universal de nuestro tiempo y el ovillo más característico de nuestra crisis.
Dos seres componen al celebrado escritor estadounidense: uno de carne y hueso, histórico, “que lava los platos”; otro interior, que está solo en lo que escribe, y no entiende. Ahora, publica la historia de aquel “cuerpo”: heridas, barrios, cuartos, intemperie. Y con dos periodistas de Ñ habla de eso. Y de política y amor.
Llego tarde a La Rambla. Es cierto que en la noche de carnaval no existen las horas. Sé de mi retraso, sin embargo, porque el olor caldoso de las meadas inunda las zonas de baile y florecen en el suelo las primeras botellas abandonadas. Algún borracho se desvía de su grupo, comenta disfraces, balbucea bromas…
El cartel flota en la noche de Buenos Aires como el ala de una mariposa seca: Supermercado Express, letras rojas sobre fondo verde. En la vereda, una pizarra anuncia que se aceptan tarjetas de crédito y débito. Tomates y naranjas brillan lustrosos frente a los carritos de metal que se usan para llevar pedidos a domicilio. Desde adentro, detrás de su pequeño mostrador, Ale, el dueño del supermercado, me ve y me saluda con un gesto. No lo dice, pero es como si lo dijera.
Cuando veíamos una película de terror o fantasía, nuestros papás estaban ahí para decirnos que todo era una invención. Pero cuando empezamos a ver porno, nadie estuvo ahí para decirnos que no todo era verdad.Y nos lo creímos. 1. Nos creímos el cuento de que solo bastan un par de palabras, dos besos y una tocadita, para que las mujeres estén listas para una revolcada vibrante.
Un cocinero renunció a su trabajo en la cevichería La Mar de Gastón Acurio en San Francisco y dos meses después decidió convertirse en carnicero. Mientras estaba desempleado, tomó cuatro clases de carnicería, pagó tres mil quinientos dólares por una vaca muerta, consiguió que su maestro carnicero la comprara por él y que le prestara su taller para descuartizarla.
Uno se acerca a un niño para que le cuente su historia. Ese niño te pregunta: ¿alguien me va a ayudar?, ¿me va a servir de algo contarte mi historia? Y tú le dices, “no te prometo nada, pero ojalá”. Y pasa un año y te dice: “No sirvió de nada, nadie me ayudó”.
Lo de Beatriz Talegón es un quiero y no puedo... Pero por qué no puede? Detesta las políticas de su partido, si fuera consecuente se marcharía, aunque, claro, perdería antigüedad y nunca se sabe cuándo saltará la liebre
Los organismos nacionales e internacionales creen que con decir que algo es necesario para la sociedad hay suficiente. Los bancos, por ejemplo, dicen que habrá que revisar si avanzan en el tema de la dación en pago... Después callan y descansan.
#1 Si lees el artículo, verás que en ningún momento, absolutamente en ningún momento, critica a María León por mostrar su cuerpo. Lo que hace es resaltar el filtro machista del periodista, la forma de ningunear su carrera interpretativa y reducirla a un par de desnudos.
Veo muchos esfuerzos por ser la pared en que rebote el eco de Syriza, ¿cómo lo veis?
#1 jajajaja... Cómo amo al señor Apú.
#1 ¿Otro estómago? Por lo que veo en las fotos, Benegas tiene al menos cuatro estómagos como los rumiantes. Es de digestión lenta (unos 40 años).
#4 Que va,de chuletones,angulas y rioja.Que es de morro fino el muy cabron.
Soy yo, o este periódico siempre tiene un tufo sensacionalista que tira para atrás?
La gente está muy loca, Johnny
#3 En el artículo no lo pone, pero estoy segurísimo de que era así jajajaja
Interesante apunte histórico
#13 Claro, es que si la mujer hace eso en público, si se arroga el derecho a manejar así al otro y a anularlo delante de la gente, cómo será en su casa. Lo terrible es que, como dices, es una muestra de algo mayor. ¿Habrá gente que se encuentre a gusto con una persona así? Veo tantos casos que a veces me lo pregunto.
#14 He hablado de personas, eso engloba hombres y mujeres.
Puede que te resulte extraño y ajeno, pero entrar en una relación de dependencia, tóxica y/o dañina, nos puede pasar a cualquiera. Nadie se presenta, "hola, mi amor, soy maltratador/ra", es un proceso, lento e insidioso, que va anulando tu indentidad hasta dejarte al nivel del felpudo de la entrada, sin habilidades, ni recursos...
Ocurre constantemente: personas con mucho pronto y mucho 'carácter' se emparejan con seres pusilánimes y maleables. Es cuestión de puzzles.
#4 Sí, los opuestos a menudo se atraen.
#2 Nacho Vidal podría hacerlo sin necesidad de encorvarse.