Quitarle la personalidad a una Nación es arrancarla de su esencia patriótica y de su historia, para inestabilizar a sus ciudadanos abandonándolos en el exilio dentro de su propia tierra.

Todos garantizan que cierta crisis económica y financiera inundo las economías de los países democráticos, pero si la evaluamos con la dinámica trivial del hogar, no se percibe que la austeridad refleje la coyuntura ostentada.

Descubrimos que sólo nos disfrazamos de adultos, cuando la realidad íntima es el comportamiento espontáneo y veraz, con matices infantiles al recurrir a la compra consumista, junto a posturas encumbradas cuando la adquisición de dinero se avecina, el cual pagamos con horas de vivencias y salud laboral.

Concretar la unidad personal en la manera de ser resulta el primer escalón para ascender a la libertad, asumiendo la propia existencia con la potencia que nos pertenece, sacrificando la opinión ajena en pos de la expresión ecuánime y adulta al momento de su vocalización.

Logramos todo lo que queremos que se logre, pero no logramos enfocar lo que realmente haga sublime a la existencia humana dentro de una equidad de conceptos.

Pensar en que resolver una economía nacional implica consumir una parte importante de la hegemonía patriótica, concientizaría a los gobiernos a dejar de lado su ambición personal para dedicarse para lo que son pagados... buscar la libertad dentro de los marcos democráticos elegidos por los que les abonan sus salarios!

Descubrimos en un análisis práctico que las diferencias sociales se basan en sectorizar los beneficios, aplicando su generosidad sólo a quienes retribuyen con el voto la estabilidad en el trono, ganado con falacias y vanalidades en las palabras proselitistas.

No siempre está claro de quién organiza las huelgas, si los damnificados o los operativos de la solución; si realmente el motivo de su gestación es igual a las palabras de la voz reclamante y si el volumen es el apropiado a la dimensión de la problemática... quién dirige la orquesta?

Un simple análisis de la institución matrimonial, basándose en acontecimientos recientes, demuestra la insignificancia de la realidad ante la monetización de las relaciones humanas. Cosificar los sentimientos es la realidad del devenir, donde el laboratorio elaborador de la píldora reemplazará a las decisiones trascendentales, para revestirlas con los colores de la irresponsabilidad y en la enajenación de las culpas.

No siempre podemos demostrar nuestro sentimientos, obligándonos a encubrirlos para sobrellevar la impotencia de su existencia, sacrificando su impulso de compartir para incluirlo en la gaveta de la intimidad. Lo mismo sucede con el ánimo que nos invade, pero su control se encuentra en la voluntad de la acción.

Cuál es la verdad relacionada con el cambio climático? Realmente el hombre influyó en su degeneración, o el simple trasncurrir de la edad planetaria genera la circunstancia novedosa? Y los descreidos... que aportan?

Que un ciudadano no entrenado se desoriente ante la exuberancia de la problemática social resulta aceptable, pero que un Jefe de Gabinete, responsable -y remunerado- de conducir determinados aspectos del conjunto de habitantes, implica que su ubicuidad y perspectiva no puede nublarse ante la consecuencia de las falencias básicas.

Se analiza el funcionamiento económico de los laboratorios, cuando su relación con los gobiernos permite aumentar sus ingresos con el amparo de la ley. Esta duda sobre su accionar redirecciona a los consumistas hacia las medicinas alternativas, dejando abierto el camino hacia prácticas que no siempre respaldan su efectividad, o bien son más objetivas y sin residuos colaterales.

Se destaca la realidad que implica la existencia de medicamentos genéricos, ya que su sóla presencia en el mercado vocifera que el poder adquisitivo del dinero se ha derrumbado hasta el piso de las antiguas pociones caseras. Esto deja un pequeño márgen de conversación habilmente manejado por los laboratorios... se han adaptado al consumidor para continuar en vigencia!

La nota desarrolla la posición analítica que adoptamos cuando nos transportamos de ida o de vuelta, tomando el tema desde un punto de vista perspicaz, adoptando alternativamente la posisición de observador y de observado, permitiendo al lector ubicarse donde le plazca el ánimo... desde el trono de su registro!

La idea de ésta nota es saber diferenciar entre compartir y comprometerse. Si bien una encadena a la otra, el compartir es la base de todas las relaciones humanas, mientras que comprometerse implica relacionarse asumiendo compromisos sociales o de costumbre. No todos estamos dispuestos a mezclar ambos contenidos... pero sí confusos a la hora de asistir a ciertas vivencias en común!

Una de las pautas clásicas de la maduración es el control mesurado del uso de la expresión, donde la palabra toma parte junto con la modalidad en que se la emite.