#37 A ver si puedo resumirlo. A mi solo me interesan las cosas reales:
- Si ves a un bebé, no debes decir "qué fuertote se le vé", ni "pero que bonita es", aunque no sé tampoco qué se logra con eso cuando lo único que se intenta en estos casos es ser amable con los padres.
- Los chicos no deben entrar en las discotecas donde están las chicas (porque ahí entran gratis), aunque ir a las discotecas donde las chicas no están me temo que no es igual de atractivo.
- no comprar cositas "for woman" y, por ejemplo, usar colonia para hombres, que es más barata. Podría funcionar. Si todas las mujeres la usan dejerá de ser "para hombres" sin duda.
Pero no me parece un cambio profundo de la sociedad. Para este viaje no hacen falta alforjas En realidad me parecen chorraditas que son directamente prescindibles, y si prescidimos de ellas nos ahorramos el discurso. No creo que los bebés se enfaden por los colores, eso si se permite que chicos y chicas se conozcan, porque alguien tiene que fabricar los bebés.
#36 Bueno, en primer lugar no es "lo que hay" que cambiar, pues como ya he dicho se trata de aplicar y no de imponer, quizá mejor hablar de "qué queremos cambiar". Esto aparte, y considerando a la sociedad desde una perspectiva relacional, el cambio se opera en ese aspecto. También hay que observar distintos niveles: micro, el de la interacción personal y cotidiana; meso, a niveles grupales; y macro, a nivel social. Ahora bien, y según mi paradigma, el cambio toma fuerza en el primer nivel, si bien puede afectar en mayor o menor medida a los demás niveles.
En mi caso, no distingo actividades, temas de conversación o concepciones de las personas según su género. Esto es, si me caes bien o mal, o si disfruto contigo haciendo X cosa no tiene nada que ver el género, yo voy a los mismo sitios y hablo de las mismas cosas con mis amigos y mis amigas; si alguien se incomodara, lo siento, pero ya te digo que esto no me ha pasado nunca. Parece muy chorra así explicado, pero conlleva pasar al plano consciente algo que hacemos sin pensar dada nuestra socialización y la importancia que tiene en ella la diferencia de género (hay tela de estudios comparativos sobre el desarrollo de grupos de discusión dependiendo de las personas que participen en él, su género y el tema a tratar en el grupo, o de diferencias en los comentarios que reciben unos mismos bebés dependiendo de los colores con que se vistan, etc.). Otro ejemplo a un nivel mayor, rechazar las diferencias exógenas: esto es tan fácil como no ir a la discoteca que deja entrar gratis a las chicas (para consguir la atención de los chicos que finalmente pagan la entrada), no comprar cositas "for woman" cuya única diferencia es el color rosa ("pink tax" y ese rollo), y así hasta hartarte.