#164 El aragonés y el asturiano no son dialectos históricos, son lenguas que nunca obtubieron reconocimiento oficial, pero nacieron y continúan existiendo como lenguas independientes.
Por lo demás, te recomiendo leer mi cometario #163 acerca de la supuesta liberdad que se ejerce cuando se deja de hablar un idioma.
#134 Te lo creas o no, las cosas funcionan así. Quizá te sorprenda porque te falta formación en sociolingüística, pero está sobradamente demostrado que las lenguas se extinguen por decisiones políticas que influyen en la presión social. Un hablante jamás abandona su lengua si no es tras ser sometido a una gran pesión social, política, etc. Los hablantes que cambian de lengua lo hacen porque, antes las presiones, empiezan a sentirse avergonzados de ella. Repudiar la propia lengua es algo patológico, algo que crea sufrimiento y complejo de inferioridad en el propio hablante. Estos hablantes necesitan que se les enseñe a valorar su lengua, igual que una chica anoréxica necesita aprender a valorar su cuerpo y esto la ayuda a dejar de sufrir.
No me acuerdo de qué escritor gallego se trata, pero contaba que cuando era un chaval le gustaba mucho una chica y se avergonzaba tanto de su gallego (no sabía siquiera castellano) que, cuando su madre le habló en presencia de ella, él ni siquiera contestaba para evitar que la chica lo oyese hablando gallego. Su madre le dijo "por qué no contestas, eres tonto?" (la madre se lo decía en gallego) y él prefería seguir sin contestar porque para él era mejor quedar de tonto antes que ella descubriese que hablaba gallego. Imagínate lo acomplejado que hay que estar para comportarse así.
Te cuento un ejemplo muy ilustrativo de presión política sobre los usos lingüísticos, es el caso de una familia como tantas otras de Alsacia, en Francia. Allí se habla alsaciano, una variedad dialectal del alemán. En la misma familia, los bisabuelos hablaban en alemán alsaciano, los abuelos francés, los padres alemán y los hijos francés. La explicación? Los bisabuelos y los padres vivieron su juventud en la Alsacia que pertenecía a Alemania, mientras que los abuelos y los padres vivieron en la que pertenecía a Francia.
Cada persona es un fósil viviente de la lengua y variedad dialectal de su juventud. Esto es así en cualquier parte del mundo, también en España, por eso cuando se habla de los típicos hablantes de una lengua a punto de extinguirse, éstos son todos viejos (fósiles, gente que simplemente continúa hablando la lengua que era habitual de su juventud). Por eso cada generación continuó hablando la lengua de su juventud a pesar de los cambios políticos y las nuevas presiones sociales.