#31 ¿El texto? Lo único que describe es la situación de este ambulatorio concreto, con evidencia y testimonios. Lo demás lo tienes en tu bulbo raquídeo al que llamas cerebro.
#31 ¿El texto? Lo único que describe es la situación de este ambulatorio concreto, con evidencia y testimonios. Lo demás lo tienes en tu bulbo raquídeo al que llamas cerebro.
#29 Desconocía que tuvieran dos horas de descanso a las 11 de la mañana. Se lo comunicaré a mi hermana, que es cardióloga.
#30 Y sigo sin haberla usado, lee el mensaje, fui a llevar a mi abuela. Mentira, no son todos. Con esto ya quedas desacreditado como mentiroso y manipulador. Podías haber dicho la amplia mayoría, pero te pudo la ambición del engaño.
#2 #3 #9 No se atiende por teléfono, nadie coge las llamadas, nadie llama cuando te aseguran que van a llamarte cierto día a cierta hora ni se pueden concertar citas por internet. Los trabajadores del centro de salud están charlando, fumando y bebiendo café. Quien no lo crea, que se persone allí. No es que se evite aglomeración, es que hay nadie allí. Leed las críticas en Google, a ver qué os parecen, que para algo he dejado el enlace.
Lo de este ambulatorio es inaceptable, y en lugar de apoyar la crítica para bien del ciudadano, defendéis vuestras porquerías corporativistas, así nos va.
#13 corporativista? Yo no soy sanitario y la administración de los recursos humanos y materiales depende de la junta. Tampoco soy votante de Vox, Cs o PP. Dios me libre.
#13 Aprende a criticar y encontrarás apoyo. Este artículo no es una crítica, es una mierda sensacionalista pinchada en un palo. Y encima te rebotas e insultas a varios meneantes que han comentado educadamente tu "artículo".
#13 Mi pregunta es: ¿cómo gestionan allí las citas? No sé como será en Andalucía, pero aquí en Galicia es a través de un 900 del SERGAS (Servizo Galego de Saude) o a través de internet, no llamando directamente al centro de salud.
En cuanto a la cantidad de gente de las fotos no tiene porque decir nada: recientemente he estado en mi CS prácticamente yo solo en torno a las 15:30h en el área de consultas (la atención es telefónica salvo que el médico estime que debe ser presencial, como fue mi caso), y sin embargo esa misma mañana la cola a la entrada del centro era de unas 20 personas.
#19 Puedes pedir cita a través de la app Salud Responde. Y te llaman, tanto mi pareja como yo hemos pedido cita y se nos ha llamado el día indicado. Si vas al hospital (estuve hace poco por un tema de rodilla), te encuentras la realidad. Sala de espera muy poblada y mucho ajetreo de ambulancias. Los pacientes Covid los tienen separados del resto de pacientes.
#13 revisando un poco tus mensajes, veo que eres un poco negacionista, prefieres que muera gente antes que afectar a la economía y en Septiembre dijiste esto:
edefakiel 27/09/2020 16:12
jamás he usado la sanidad pública, ni una sola vez.
El resto de mensajes son TODOS, absolutamente todos, citando a gente para discutir, faltando el respeto y creando polémica. No un par de ellos, ni unos pocos.. No. TODOS y cada uno de ellos.
Deberías relajarte un poco, te noto tenso, te gusta demasiado el conflicto y tocar los cojones a desconocidos por internet. Empieza a tomarte una tilita antes de entrar a Meneame. Lo agradecerás, creeme.
#13 por suerte no es así en todas partes, yo puedo conseguir consulta con mi médico de un día para otro si es telefónica y en tres días presencial, comprobado ahora mismo y anuladas después.
Además cuando he ido por diversos temas siempre hay gente currando.
Pero en el de mi chica y en el de otra amiga es imposible presencial y las telefónicas o no hay o son a 3 semanas vista.
Hay gente aprovechando para "hacerse valer" pero entiendo que esto hace que la gente acabe en urgencias para ser atendido, con el riesgo y la saturación correspondiente.
#33 están con su guerra. Huelga encubierta en muchos sitios
#13 en mi centro de salud, exactamente lo mismo. Para cualquier cosa tienes que ir e interrumpir el tocamiento de huevos de los administrativos que tienen los teléfonos desconectados en la recepción
#13 justo lo mismo que yo pensaba.
Es absurda y contraproducente la concepción que se tiene de que el republicano ha de ser de izquierdas. La monarquía es, por sus características, injusta; y no ha de tener cabida entre hombres libres y racionales. Estar contra la monarquía es estar a favor de la justicia; no se trata de un asunto ideológico, sino moral. Nadie pretextaría el ser de este u otro bando para apalizar a un niño porque le viniera en gana; nadie debería, por tanto, escudarse en sus preferencias políticas para defender lo que atenta contra los derechos de todos. ¿Por qué ha de forzarme alguien a ser vasallo? ¿Aceptaría quien fuera agresión semejante por mi parte si pudiera excusarme en una tradición o doctrina?
#84 ¿antes o después de que tú pilles el sarcasmo?
#31 se ríe de las conspiraciones el que cree que Nerón quemó Roma.
¡Ay, cuando se empiecen a elucidar las causas de la sobremortalidad de estos meses!
Hombre, que Largo Caballero fue un criminal es algo que sabe cualquiera que haya leído las transcripciones de sus discursos.
La edad media del fallecido está muy por encima de la esperanza de vida. Sin duda hay que arruinar el país.
#4 la verdad es que tiendo a a napioso.
#1 pero no cuesta seguirlo por eso, sino por el exceso de incisos.
#2 También. Ahora veo por dónde tirabas, creo. Me lo he pasado bien leyéndote -porque me hacía sentir como que descifraba un texto antiguo- y eso es lo más importante.
Existe la disparatada noción de que los europeos no pertenecemos a "colectivos racializados". Bueno, en primer lugar, ¿qué diantres significa esa expresión, tan en boga al parecer, de "colectivo racializado"? ¿Quién es capaz de proporcionar una definición intelectualmente satisfactoria a tal manifestación lingüística de isquemia cerebral? En segundo lugar, está bien, observad mis rasgos semíticos y reverenciadme, oh, gentes europeas sin raza. Es palmario mi derecho a opinar sobre todos estos asuntos, mis narices me racializan y me hacen una víctima de vuestra opresión. Por último, ¿no evidencia justamente esto que los inmigrantes nunca serán europeos? ¿No muestra esto una contradicción en el pensamiento de los que creen "espiritualmente" en el proceso de nacionalización? Una persona de un colectivo racializado no podrá nunca compartir el estatus inherente de esta suerte de fantasma sin identidad al que se denomina "europeo". ¿Quizá el propósito es que el conjunto de la población acabe racializado, obteniendo su corporeidad, mediante el mestizaje? Así pues, dejad que este racializado hijo o, cuanto menos, sobrino de Judá disfrute de la inexistente y vacua cultura europea. Dejadme a Dostoyevski, a Nietzsche, a Prokofiev, a Bernini, a Brueghel, a Marco Antonio, a Beethoven y a todo otro semejante que emerja o haya emergido de entre los espectros del viejo continente; y, por supuesto, dejadme a mí a Helena, a Gretchen, a Katerina Alexandrovna y a toda otra semejante para que me haga la corte. Vosotros podéis ir a reverenciar los cantos rodados y los ídolos de barro y mierda seca entre las chabolas de paja que constituyen el culmen de la civilización y el progreso; y podéis revolcaros en los marjales con quien os venga en gana al ritmo de unos tambores destrozados por el fanatismo y la demencia. Por favor, no continuéis sufriendo en este mar de nada que es Europa, no os ahoguéis aquí, ahí afuera hay todo un mundo racializado para vosotros.
Siempre aborrecí a los cristianos, jamás imaginé que un ser humano pudiera aspirar a cotas de indignidad, fanatismo y estulticia superiores a las alcanzables mediante la profesión de la religión saulista. No obstante, el socialismo, la progresía, la ideología hegemónica dominante en los estados del bienestar, esta especie de relativismo extremo posmoderno incalificable, esta posbiología radical donde ninguna cosa es superior a la otra, este infierno de lo igual bajo la represiva tiranía de la tolerancia; es, en definitiva, lo más repulsivo, bajo, degradante y fruto del imbecilismo que yo haya tenido la desventura de tener que presenciar. Todas las personas que conozco parecen estar embarcadas en una cruzada para defender lo más degradado y miserable que hay en este mundo, y ¿con qué propósito? ¿El obtener una cierta aceptación entre los lobotomizados por la nueva y más rutilante iglesia: los medios de comunicación e instituciones de educación dependientes del estado? ¿El, como señalaba Kaczynski, no tener que soportar la realidad de que se es perdedor en la ineludible confrontación propia de lo que está vivo?Ya no existe una contracultura, todo es Leviatán, todo es maquinaria, todo es desierto de lo real. Ni un anclaje de verdad y probidad es consentido, todo ha de ser simulación. Las nuevas juventudes hitlerianas, las masas linchadoras y fanáticas que actúan como perros de presa de las élites, principalmente en internet, aquel lugar que empezó siendo un refugio, enarbolan las últimas banderas pretendidamente revolucionarias mientras afianzan con su violencia y acoso al status quo. Ya no hay realidad objetiva, ya no hay hechos, ya no hay conclusiones, no hay pasado, no hay historia; todo es una informe marea socrática de deliberaciones estériles y circunscritas a sí mismas donde nunca se alcanza una conclusión plena. Todo es diálogo carente de contenido, deficiente en la forma y desprovisto de trasfondo. Decía Ayn Rand, esa Nietzsche para las masas, que la única idea de valor que había surgido de la filosofía era la siguiente: A es A. Pues bien, digamos A es A. Honremos a Aristóteles. La fortaleza es superior a la debilidad. La inteligencia es superior a la estupidez. La cultura es superior a la ignorancia. Aseverar lo contrario es Orwelliano, es proclamar que la libertad es la esclavitud. La homosexualidad es un trastorno del desarrollo cerebral localizado en el tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior generado por la presencia de hormonas incorrectas durante el desarrollo del feto. Esto acontece fundamentalmente por culpa de los disruptores endocrinos a los que nos exponen una alimentación inadecuada y la contaminación. Haciéndoos amar la enfermedad, impiden que os rebeléis contra aquello que la causa. El feminismo no tiene razón de ser. La guerra de sexos ha sido creada artificialmente para sustituir a la guerra de clases. Extenuándoos en una pugna sin sentido, arrebatándoos aquello que más valor tenía: el amor, la seguridad, la familia; se sirven de vosotros y os emplean como esclavos desheredados y sin aspiraciones. A menudo he sostenido que la revolución es imposible mientras exista el entretenimiento. A través de las vidas subrrogadas que ofrecen los protagonistas de las series que todos consumen, es sencillo creerse inteligente, exitoso y libre. La realidad es que nacísteis para la servidumbre; y vuestra revolución consiste en lamer con fruición las botas de vuestros amos que os aplastan el rostro. Cuando fui a Fnac a comprar una copia de El Manantial, con intención de regalarla, se me dijo, de muy malas maneras, que tal clase de libros no se vendían en aquella tienda. Aquí os dejo un fragmento de esta obra a modo de despedida:—¿Qué… desea…, Ellsworth? —El poder, Peter. —Usted siempre dijo… —empezó Keating estúpidamente, y al punto se calló. —Yo siempre he dicho eso, en efecto. Clara, precisa y abiertamente. No es culpa mía si usted no lo tomó en cuenta. Yo dije que quería gobernar, como todos mis predecesores espirituales; pero yo soy más afortunado que ellos. Yo he heredado el fruto de sus esfuerzos y seré el único que vea el gran sueño hecho realidad. Gobernaré. —¿A quién? —A usted. Al mundo. Sólo es cuestión de descubrir la palanca. Si aprendo a gobernar el alma de un solo hombre, puedo conseguir gobernar el resto de la humanidad. Se trata del alma, Peter, del alma. Ni látigos, ni espadas, ni hogueras, ni fusiles. He ahí la razón por la cual los Césares, los Atilas y los Napoleones resultaron tontos y no hicieron nada duradero. Nosotros lo haremos. El alma, Peter, es la que no puede ser gobernada. Tiene que ser rota. Métale una cuña, ponga sus dedos en ella, y el hombre es suyo. No necesita látigo; el se lo traerá y le pedirá que lo azote. Póngalo al revés, y su propio mecanismo obrará en favor suyo. Empléelo contra sí mismo. ¿Quiere saber cómo se hace? Fíjese si alguna vez le he mentido. Mire si no lo ha oído durante años; pero no le quiso prestar atención, y la culpa no es mía, sino suya. Hay muchos procedimientos. Éste es uno: haga que un hombre se sienta pequeño. Haga que se sienta culpable. Mátele su aspiración y su integridad. El peor de ustedes anda en busca de un ideal en su propia y retorcida manera. Mate la integridad por la corrupción interna. Predique el altruismo. Dígale al hombre que debe vivir para los otros. Dígale que el altruismo es el ideal. Ninguno lo ha realizado ni lo realizará. Su instinto viviente grita contra eso. Pero ¿no ve lo que consigue? El hombre se da cuenta de que es incapaz de realizar lo que se acepta como la más noble de las virtudes, y esto le da un sentimiento de culpa, de pecado, de su propia indignidad fundamental. Desde el momento en que el ideal supremo es ir más allá de lo que él puede aferrar, desiste de todo ideal, de toda aspiración, de todo sentido de su valor personal. Se cree obligado a predicar lo que no puede practicar. Hay que librar una batalla difícil para poder preservar la propia integridad. ¿Para qué preservar lo que uno sabe que ya está corrompido? Su alma desiste del propio respeto. Entonces estará contento de obedecer, porque no puede confiar en sí mismo, se siente inseguro, se siente impuro. Ése es un camino. “Hay otro: destruya en el hombre el sentido del valor. Destruya la capacidad para reconocer la grandeza o para realizarla. Los grandes hombres no pueden ser gobernados. No queremos ningún gran hombre. Neguemos la concepción de la grandeza. Ensalce tipos de obras accesibles a todos, a los más ineptos, y detenga el ímpetu y el esfuerzo de todos los hombres, grandes y pequeños. Ríase de Roark y tome a Peter Keating como a un gran arquitecto, y habrá destruido la arquitectura. Eleve a Lois Cook, y habrá destruido la literatura. Vocifere el nombre de Ike, y habrá destruido el teatro. Glorifique a Lancelot, y habrá destruido el periodismo. No se ponga a destruir todos los santuarios; eso asustaría a los hombres. Conserve a la mediocridad como santuario. Hay todavía otro procedimiento: destruir por medio de la risa. La risa, exponente de la alegría humana; aprenda a usarla como arma de destrucción. Es sencillo: diga a la gente que se ría de todo. Dígale que el sentido del humor es una virtud ilimitada. No deje que quede nada sagrado en el alma del hombre, y habrá destruido al héroe.” »Y hay, finalmente, otro procedimiento. Éste es el más importante: no permita que los hombres sean felices. La felicidad es un contenido en sí misma y es suficiente por sí misma. Los hombres felices no tienen tiempo y no le sirven a usted. Los hombres felices son hombres libres. De manera que debe destruirles la alegría de vivir. Quíteles todo lo que les sea grato e importante. No les permita nunca que tengan lo que quieren. Hágales sentir que el mero hecho de tener un deseo personal es malo. Condúzcalos a un estado en que decir «yo quiero» no constituya ya un derecho natural, sino algo vergonzoso. El altruismo es una gran ayuda para esto. Los hombres desdichados irán hacia usted. Irán en busca de consuelo, de apoyo, de fuga. La naturaleza no permite el vacío. Vacíe el alma de un hombre, y el espacio queda a merced de usted para ser llenado. Esto es lo más viejo que hay. Mire hacia atrás, en la Historia. Mire cualquier gran sistema de ética que haya surgido del Oriente. ¿No predicen todos el sacrificio de la alegría personal? ¿Bajo todas las complicaciones de la verbosidad, no tienen todos un mismo motivo: sacrificio, renunciación, negación de sí mismo? Mire la atmósfera moral de nuestros días. Todo lo que es motivo de gozo, desde los cigarrillos al sexo, desde la ambición al provecho, todo es considerado como depravado y pecaminoso. Demuestre que una cosa hace feliz al hombre, y ya la habrá condenado. Hemos uncido a la felicidad con la culpabilidad. Y hemos agarrado al género humano por el cuello. Arroje el primogénito al horno, yazca en un lecho de clavos, vaya al desierto y mortifique su carne; no baile, no trate de enriquecerse, no fume, no beba. Todo es la misma línea. La gran línea. Todo sistema de ética que predicó el sacrificio tuvo un gran poder humano y gobernó a millones de seres. Dicen a las personas que alcanzarán una felicidad superior sí dejan todo lo que las hace felices. No tiene que ser demasiado claro en esto. Emplee grandes palabras vagas: «Armonía universal», «Nirvana», «Paraíso», «Supremacía racial», «Dictadura del proletariado». La corrupción interna, Peter. Ése es el camino más antiguo. La farsa ha continuado durante siglos y los hombres caen en ella todavía. El hombre que habla de sacrificio, habla de esclavos y amos. Y piensa ser el amo. Pero si alguna vez oye hablar a un hombre que le dice que debe ser feliz, que ése es su derecho natural, que es su primer deber para usted mismo, es porque ese hombre no anda detrás de su alma. Los hombres tienen una arma de defensa: la razón. Córteles ese soporte con cuidado. Pero no niegue francamente. No niegue nada francamente; si no, le descubrirán el juego. No diga que la razón es mala, aunque algunos hayan ido tan lejos con sorprendente éxito. Diga sólo que la razón es limitada. Que hay algo por encima de ella. ¿Qué? Tampoco tiene que ser demasiado claro: «Instinto»,«Sentimiento»,«Revelación»,«Intuición», «Dialéctica materialista». Si llega a un punto crucial y alguien le dice que su doctrina carece de sentido, tiene que estar preparado para contestar. Dígale que hay algo por encima de los sentidos. De ahí que no debe tratar de pensar, sino de «sentir». Él debe «creer». Suspenda la razón y juegue a su manera. La cosa marcha de cualquier manera que usted lo desee y cuando lo necesite. Ya lo ha conseguido. ¿Puede gobernar a un hombre de pensamiento? No queremos a ningún hombre de pensamiento. Keating se había sentado en el suelo, junto al tocador. Quería sentirse más seguro apoyado en él, como si todavía estuviera allí guardada la carta que había entregado. —Peter, ya lo ha oído. Me ha visto a mí practicando durante diez años. Habrá visto que todo el mudo lo practica. ¿Por qué está disgustado? No tiene derecho a estar sentado ahí y clavarme la vista con la virtuosa superioridad de un ser ofendido. No lo está. Usted ha tenido su participación. Tiene temor de ver hacia dónde va. Yo no temo. Se lo diré. Conduce al mundo futuro. A un mundo de obediencia y de unidad. A un mundo en que el pensamiento de cada hombre no sea su propio pensamiento, sino un intento de adivinar el pensamiento del cerebro del vecino, que no tendrá pensamiento, sino el deseo de adivinar el pensamiento del vecino más próximo, que no tendrá pensamiento…, y así sucesivamente, Peter, en todo el globo. Un mundo donde ningún hombre tendrá un deseo para sí mismo, sino que dirigirá sus esfuerzos a satisfacer los deseos de un vecino que no tendrá deseos, salvo para satisfacer los deseos de otro vecino que tampoco tendrá deseos. Un mundo con un solo corazón, al cual se le dará impulso a mano. Con mi mano y las manos de unos pocos, muy pocos hombres como yo. Aquellos que saben qué es lo que los mueve a ustedes. ¿Conoce el destino de las criaturas que son traídas a la luz desde el fondo del mar? Eso en cuanto a los futuros Roark. El resto sonreirá y obedecerá. ¿Se ha dado cuenta de que los imbéciles siempre sonríen? El primer fruncimiento del entrecejo es el primer toque de Dios en nuestra frente. Es el toque del pensamiento. Pero nosotros no tendremos ni Dios ni pensamiento. Solamente votación por sonrisas. Palancas automáticas…Que todos digan sí… Ahora, si usted fuera un poco más inteligente, como su ex esposa, por ejemplo, me preguntaría:«¿Qué será de los gobernantes? ¿Que será de mí, Ellsworth Monkton Toohey? Y yo diría: «Sí, tiene usted razón. Yo no haré nada más que su deseo. No tendré propósitos, salvo el tenerlo contento. Mentirle, halagarlo, alabarlo, inflar su vanidad. Hacer discursos sobre el pueblo y el bien común.» Peter, mi pobre amigo, yo soy el hombre más altruista que usted haya jamás conocido. Yo tengo menos independencia que usted, a quien he forzado a vender su alma. Usted ha empleado a la gente, al menos, por el provecho que podía sacar para usted mismo. No quiero nada para mí. No tengo propósitos personales. Quiero el poder. Quiero mi mundo futuro. Que todos vivan para todos. Que todos se sacrifiquen y que ninguno se aproveche. Que todos sufran y que ninguno goce. Que el progreso se detenga. Que todo se estanque. Que en el estancamiento haya igualdad. Todos subyugados al deseo de todos. La esclavitud universal, sin siquiera la dignidad de un amo. La esclavitud por la esclavitud. Un gran círculo y una igualdad total. El mundo futuro. —Ellsworth…, usted está… —¿Loco? ¿Teme decirlo? Ahí está sentado usted, y la palabra está escrita encima, como una última esperanza. ¿Loco? Mire en torno suyo. Tome cualquier diario y lea el encabezamiento. ¿No está llegando? ¿No está ya aquí? ¿No se lo dice cada cosa? Todo lo que yo he dicho está contenido en una sola palabra: colectivismo. ¿Y no es ése el dios de nuestro siglo? Actuar juntos. Pensar juntos. Sentir juntos. Unirse, estar de acuerdo, obedecer. Obedecer, servir, sacrificarse. Dividir y conquistar, primero. Unir y gobernar, después. Al fin hemos descubierto esto. ¿Recuerda al emperador romano que quería que la humanidad tuviera una sola cabeza para cortársela? La gente se rió de él durante muchos siglos. Pero la risa ha terminado. Hemos cumplido lo que él no pudo cumplir. Hemos enseñado a los hombres a unirse. Esto hace que el cuello esté listo para la soga. Hemos encontrado la palabra mágica: colectivismo. Un país está dedicado a cumplir la proposición de que el hombre no tiene derechos, que lo colectivo es todo. A lo individual se lo considera como el mal, a la masa como a Dios. Ésta es una versión. Hay otra. Un país está dedicado a cumplir la proposición de que el hombre no tiene derechos, que el Estado lo es todo. Ningún motivo, ninguna virtud se permite, salvo que sirva a la raza. O estoy desvariando, o es la fría realidad de dos continentes ya. Observe el movimiento de pinzas. Si está harto de una versión, acuda a la otra. Están bajo nuestro dominio. Hemos cerrado todas las puertas. Hemos fijado la moneda Cabezas-colectivismo, y colas-colectivismo. Combata la doctrina que degüella al individuo con otra doctrina que degüella al individuo. Entregue su alma a un concilio o entréguesela a un líder. Pero entréguela, entréguela, entréguela. Mi técnica, Peter, ofrecer veneno como alimento y veneno como antídoto. Deles a los tontos una elección, déjelos que tengan sus diversiones, pero no olvide el único propósito que tiene que cumplir. Destruya al individuo. Destruya el alma del hombre. El resto seguirá automáticamente. Observe el mundo en el momento presente. ¿Cree todavía que estoy loco, Peter? Keating estaba sentado en el suelo con las piernas abiertas. Levantó una mano y se observó las yemas de los dedos; después se llevó uno de ellos a la boca y se arrancó un pellejo. Toohey se hizo cargo de que no debía esperar ninguna respuesta; dio una palmada de resignada conclusión sobre el brazo del sillón. —Gracias, Peter —dijo gravemente—. La sinceridad es algo difícil de desarraigar. He pronunciado discursos ante grandes auditorios en mi vida. Éste ha sido el que nunca tuve ocasión de pronunciar.
Esos muchachos de incipiente mostacho que, en las últimas filas de la clase, guardaban silencio e, intentando que no resultara muy evidente, se masturbaban abatidos hasta que la lefa les resbalaba por los tobillos, dejando escapar acaso en el proceso un contenido jadeo de infinita desolación, gozaron de demasiados privilegios.Es cierto que sus compañeras, inalcanzables, aparecían semidesnudas cada mañana, sus labios vaginales se marcaban jugosos en la tela negra de los leggins en que embutían tan asombrosamente abotagados coños, quizá inflamados por el perpetuo roce con el falo antropomórfico precoz e ilegalmente motorizado y tatuado que, entre canutos, las transportaba de las grises callejuelas del gueto a la escuela, pero magníficos a los ojos del virginal púber en definitiva; y nada podían observar o hacer al respecto, ya que la mínima insinuación era considerada imperdonablemente lasciva y digna de castigo y ostracismo; en no pocas ocasiones fueron emplazados de urgencia los progenitores en el despacho de la directora para avergonzar al joven que hubiera osado propasarse en lo más mínimo, que atreverse se hubiera a hundir su rostro en las dulcísimas manzanas que a su vista y hambre eran tendidas, sabiendo prohibido el bocado de tal almíbar que le arrojaban a los labios.Verdad es que las féminas con que compartían clase debían esforzarse menos, obtenían más comprensión y apoyo por parte de todos, padres y profesores; cada obstáculo lo salvaban derramando tantas lágrimas como simiente se desperdiciaba en los asientos más apartados de la pizarra. Verdad es que nunca conocieron el rechazo, ni la frustración; que jamás hubieron de superarse ni mejorarse; pues nacieron con el don supremo, la dicha más absoluta, la más acusada de las superioridades: ser mujer. Pero ¿cómo se atreven esos ahora hombres a no permitir que vengan estas diosas a apoderarse de aquello poco que aún no poseían? ¿Cómo es que quieren mantener sus infantiles refugios, esos en que olvidaban la fatalidad de sus días? Sí, aquellas ninfas, estos ángeles perfectos se mofaban de tales entretenimientos. ¿Cómics, películas, libros, ajedrez, ciencia? ¿Acaso servía eso para llevarlas en moto a pillar hachís? Pero ahora, cuando sus parpados aparecen perpetuamente entrecerrados por el resabiamiento y la desilusión de quien a los catorce años ya había hecho y visto todo, claman contra los hombres, contra aquellos que tienen una esfera privada en la que se han visto obligados a recluirse para conservar la salud mental, claman y aborrecen, porque aún gozan de demasiado privilegio, aún se les considera casi seres humanos y se les permite tener cierta libertad; y eso es inaceptable, porque todo ha de estar rendido a la femineidad, todo le debe ser sacrificado, todo debe oscilar en torno a ella, siempre. ¿No aprendieron lo más básico en la escuela? Ellos son sucios, son imperfectos, son torpes, son poco inteligentes; no importan sus buenas acciones ni su talento; deben rendir lo poco que tengan a la hembra, a la vagina, deben plantarlo a sus pies; pues ellas son puras, divinas y perfectas, no importa que cada delincuente marrón y violento del pueblo hayan restregado su polla repleta de papilomas por hasta el último rincón de sus pieles, han nacido con la belleza y la inocencia; el repulsivo macho que niegue esta verdad goza de una ventaja excesiva, hay que arrancarle la lengua y el falo, hay que abrirle el pecho y llenárselo de piedras.
Cuando un ser es repulsivo al extremo, cuando lo connatural a él es que cada rasgo que dota de identidad a su persona sea fruto de la abigarrada excreción de lo pésimo, en lugar de la armoniosa acreción de lo sublime, y su mera presencia es motivo de náusea y padecimientos para quienes compungidos lo arrostren: ¿no es obligación ineludible del contrariado, si exquisito y prepotente, oponérsele con el total de sus fuerzas y perseguir su destrucción?Esto colegí yo al dar con Óscar: que había de ser mi enemigo; que, pese a hallarme yo en las alturas, en lo empíreo, debía afanarme en la eliminación de su ser. Este nombre, que a partir de ahora sólo traerá escalofríos de repulsión a las espaldas e infamantes voces a los oídos, fue dado al sujeto más despreciable que jamás pudiera uno imaginarse.Si encubertados por el luto os parecen los placeres de la vida, si extenuados se os antojan ahora los colores y desabrido el gusto, y triste el tacto; sabed que sufrís por la existencia de este individuo miserable, puesto es él quien agosta la vida y drena el júbilo incluso allí donde más boyante y generoso fluyera.Pero ¡basta ya de digresiones! Circundadme, oh, Greas, impregnad temporalmente de vuestra bajeza a mis palabras, es posible que así logre abandonar al fin mis tan interminables como primorosos circunloquios, quizás pueda de esta manera describir a quien en verdad debería ser cercenado por las Moiras del olvido sin que otro interfiriera, mas ¿cómo soportar la dilatada espera de los años mientras es tal el grandor de su daño?Óscar, que ha sido visitado ya por treintaiséis primaveras, reside junto a sus padres en un pueblo barcelonés cuyo nombre mi memoria falla en evocar, es allí donde practica su pasión, nuestro castigo: el dibujo. Iniciose en semejantes artes, tal y como él mismo confesara, en el año del Señor de 1998...Siendo adolescente obeso y tan escasamente dotado para el trato social como agraciado, fracasado en el estudio y sin haber conocido mujer, situación que aún se mantiene, entregose a fantasías y elucubraciones deshonestas con las que abstraerse de su desesperanzadora realidad. Consistían éstas en el disfrute de la gloria, la fama y la abundancia de féminas que atesoraría en un futuro como artista de éxito. A modo de congraciarse en lo inmediato con sus compañeros, que lo resentían, cuando no lo escarnecían con hirientes ludibrios; centróse en elaborar viñetas pretendidamente humorísticas.Tan falto de talento como de confianza en el resto de estudiantes, tras haber dedicado arduo esfuerzo a la elaboración de su infame obra, él mismo se envanece de consagrar al dibujo entre ocho y nueve horas diarias, suplicó a sus padres, de quienes jamás se ha desprendido, acudir a registrar sus garabatos para evitar que otros chavales pudieran apropiárselos. Ellos intentaron hacerle entrar en razón; mas, como amorosos progenitores que, conscientes de las especiales características de su hijo, sin lugar a dudas son, acabaron cediendo a sus exigencias de niño enrabietado y derrocharon el honrado salario en registrar las porquerías del miserable hijuelo.La acogida que sus páginas cosecharon es la que hubiera cabido esperar, si algunas carcajadas suscitaron fueron de mofa o de nerviosa incredulidad, si algún apoyo obtuvo fue por lástima, que pronto quedó marchita al hacerse manifiesta la actitud mezquina del autor, quien a todos increpaba y denunciar quiso a los que satíricamente imitaron sus escarabajos con ánimo de mejor befarse.Aquí hubiera de hallar conclusión nuestra historia, mas existe una razón por la cual aún es que nos ocupa. Lejos de rendirse, movido por un rencor sobrehumano, durante estos últimos diecinueve años no ha cejado Óscar de expeler su ponzoña. Casi todas las horas diurnas las ha empleado en intoxicar el mundo y en entristecer la existencia de cuanto lo ocupa. Condenado al merecido ostracismo en numerosísimas ocasiones, finalmente ha logrado este Maldoror moderno atrincherarse en un triste rincón que él mismo envilece.[code]http://zonaforo.meristation.com/topic/2358001/[/code]¿Cómo es esto posible si el clamor popular lo repudia y no existe quien, asqueado inevitablemente por su presencia, no quiera apartarlo de sí lo antes posible? Pues porque aquellos que debían salvaguardar la delicadeza y el goce del edén han sido seducidos por la pérfida serpiente, moralmente corruptos, a imagen y semejanza del malhechor primigenio, ensucian idénticamente la paz de la vida.Como ya dijera al inicio, la obligación de todo hombre recto y prepotente es la de oponerse heroicamente a quien es tan miserable que el resto de males palidecen en su presencia. Si sois nobles, si gustáis de llevar la frente bien alta y no soportaríais la humillación de ser llamados cobardes, ¡Luchad! ¡Luchad, pues se os necesita! ¡Acabemos con la oscuridad!
El matrimonio y la fidelidad limitan el acceso a la mujer a aquellos cuyo apetito es naturalmente insaciable. La constitución de este antedicho sacramento, así como la moralidad implícita que conlleva, y que se extiende a esferas relativas, vino dada por la necesidad de preservar el orden social. La naturaleza dispar de las tendencias sexuales masculinas y femeninas, poligamia frente a hipergamia, conducía irremisiblemente a la formación de harenes y a una masa importante de hombres insatisfechos que, en su desesperación, se batían y atentaban contra la integridad física de sus competidores, amenazando la extinción del constructo colectivo, y causando periódicas crisis de legitimidad; pues el sujeto plenamente frustrado ha perdido todo y es, salvo prodigio, que parece estar alcanzándose plenamente sólo en esta era, ingobernable. En la cultura del serrallo por antonomasia, la musulmana, toda una elaboradísima fantasía de vírgenes como recompensa escatológica en favor de la sumisión plena en vida hubo de ser constituida para la efectiva doma del varón. Actualmente, sólo mediante el condicionamiento que se inicia en la infancia, donde se inculca que todo lo masculino es ridículo, primitivo y tóxico; la pornografía y la relación subrogada y virtual, que se consigue emular mediante ciertos artículos de consumo cultural, es posible aplacar el ímpetu masculino, y postergarlo a un rincón en que no resulte particularmente amenazante para la élite*. Dada pues la existencia innegable de próceres, destacados en aptitudes bien de dominio de las naciones, bien mercantiles, intelectuales o incluso artísticas; esto es, de individuos preclaros, con mentes desarrolladas y suficiente poder y talento como para crear un sistema, o al menos dirigirlo y modificarlo, según sea preciso; y la naturaleza consabida del hombre**: polígama, es razonable el creer que nada acontece que, en su conjunto, se oponga enteramente a la realización de sus intereses, al menos cuando mayoritariamente homogéneos, como es en el caso de lo tocante a lo sexual.Establecido todo lo anterior: Primero, ¿qué mayor óbice en la persecución por los placeres de la carne podría existir para aquel cuyas posesiones, aptitudes y posición le hacían, al menos en su opinión, merecedor de la atención femenina, en grado prácticamente ilimitado, que el de una moralidad impuesta para refrenar y distribuir los apetitos de la femineidad? Segundo, ¿qué peligro asimismo debía inspirarle un temor cerval más profundo que el de la liberación de las pulsiones del hombre y el desarrollo en éste de un entendimiento global de la situación? La impudicia desmesurada que se inculca y aplaude en la mujer, la procacidad a que se la incita desde todos los ámbitos en el marco de la doctrina denominada feminismo, la necesidad de trocar a cada mujer en meretriz deseosa de procurarse una enorme cantidad de vivencias o posesiones carentes de valor objetivo***, que sólo los más potentados pueden otorgar; el esfuerzo, en definitiva, por volverla más primitiva, menos dueña de sí, y más manipulable bajo las condiciones adecuadas, es realizado para que su desprecio por el hombre corriente, incluso si superior a ella, sea insalvable, y para que sus necesidades sólo puedan ser satisfechas por quienes poseen todo, por quienes dirigen la sociedad y por quienes usan como prostituta a la mujer, aun pagando el precio de dejarla rota por siempre cuando su carne se aja y surge una nueva que las reemplace en la orgía.El hombre, que, frustrado, ve que pese a mejorarse, salvo caso excepcional, dado el alto grado de inmovilismo social, a lo sumo se hace merecedor de algo muy inferior a lo que le se sería merecido**** y, a menudo, demasiado tarde, sólo tiene como salida entregarse al escapismo, ya que cualquier intento efectivo de cambiar su situación sería machista, tóxico e inaceptable.* Ha de ser tenido en cuenta que las élites han de estar constituidas por aquellos que tienen el poder, los medios, particularmente tecnológicos, si bien secundariamente monetarios, y la inteligencia, o la capacidad de reclutar inteligencia, y que la existencia de tal élite es constatable, cuanto menos en influencia sobre las corrientes de pensamiento mediante el control de los medios de comunicación y en potencial económico.** Tomándose en consideración que los individuos más destacados son, por motivos en que no ahondaremos en esta ocasión, casi invariablemente varones.*** Viajes intrascendentes a playas a miles de kilómetros de distancia, que en poco se diferencian de las que tiene más próximas, una fama artificial y momentánea o alhajas y adornos que, incluso si caros, reportan nada a quien los luce. **** Los desechos, las mujeres insuficientemente atractivas, desequilibradas o demasiado viejas como para ser aceptadas en los círculos a los que su torcida y reeducada hipergamia las dirige.
Hasta hoy, trabajaba como ilustrador en una pequeña editorial independiente que, principalmente, se encarga de publicar a los distintos colegios de la zona en que se emplaza, es decir, libros de poesía y cuentos cortos escritos por niños; lo más atroz que puede leer uno, si no se tiene en cuenta lo puesto sobre blanco por Stephenie Meyers o JK Rowling.Gozaba yo de una libertad considerable en esta ocupación que, además, estimaba muchísimo; la oficina se encuentra bastante cerca de donde vivo, y no se me exigía estar presente a todas horas, si bien es cierto que prefiero encontrarme allí; en casa no logro evitar ponerme porno de mujeres musculosas, tengo como una adicción a esto, y no dejo de preguntarme si acaso soy homosexual en el fondo, en lugar de concentrarme en trabajar.Pero me pierdo en ambages.Cuando me personé el primer día, resultó que una de las secretarias ya me conocía, puesto habíamos coincidido en el colegio. Ella era, según recuerdo, siempre el centro de atención, ya que, no por tener el cuerpo desarrollado hasta lo exquisito de una escultura griega, sino en la dulce manera de las fabulosas niñas de trece años, resultaba bastante atractiva.A mí me habían pasado un curso y ella me aborrecía sin motivo alguno; es cierto que eyaculé una vez en el interior de su bolsa de deporte, pero nadie me vio hacerlo; estoy bastante convencido por tanto de que no es por este único "mal" que alguna vez le hice que me detestaba. Cuando nos reencontramos en mi tan querida ocupación, descubrí que su odio había mudado en deseo, para mi desgracia, ya que parecía haber sólo crecido a lo ancho, apenas a lo largo, y no en carne magra precisamente. Como no podía ser de otro modo, la rechacé de manera en que no pudiera quedar resquicio de duda, porque sé que estas cosas se eternizan si uno deja que en el que bebe los vientos por uno remanezca un atisbo de esperanza.Pues os comunico que esta fémina se ha dedicado a hablar mal de mí desde entonces, incluso contactó con mi última pareja para vilipendiarme de todas las maneras imaginables, llegando a propalar turbios asuntos de mi juventud que mejor estarían en el olvido. Después de un encontronazo que tuve con su pastor alemán, al que me vi obligado a patear varias veces en el hocico para que no me mordiera, y de que me negase yo a pagar la factura del veterinario que ella me presentaba, toda la oficina tomó partido por su causa. No dejaba de repetir falsamente en presencia de quien se detuviera a escucharla que el violento animal sólo intentaba juguetear; sí, con mis tuétanos, putísima gorda.Ayer hice para mi disfrute personal un dibujo que pensaba yo que pasaba por ser bastante bueno. Se trata de un hombre negro cuyo ojo ha sido arrancado por una lechuza blanca. Hoy lo subí a mi cuenta de Instagram con este título: "Europa". Llevaba tanto tiempo sin realizar sino trabajos con el público infantil en mente, que el placer que hallé en la realización de esta obra más adulta no resultó pequeño.Iba pues esta mañana al trabajo tan felizmente, que silbaba a Prokofiev, y por suerte no a Wagner, por las calles. No obstante, en la puerta la encontré a ella, que paradójicamente tiene nombre, pero no cara, de pájaro, y a otro compañero; con sendos cigarrillos, que eran llevados mecánicamente a sus respectivos labios, pues ese mal vicio comparten, y con él castigan al que simplemente quiere realizar su función en la sociedad. Miraban algo en el teléfono de ella y bisbiseaban en un tono ominoso.Como soy tan poco ducho en eso de las buenas costumbres, nunca me detengo a saludar, ni soy de hablar cosas sin importancia como el tiempo ni la salud de cada persona que pasa frente a mí. Las pocas veces en que converso sin una finalidad evidente es porque me he puesto nervioso y necesito combatir el silencio como sea; por ejemplo, durante el sexo, si éste se alarga más de lo previsto. Me introducía ya en el edificio, preocupado únicamente por mis propios pensamientos, cuando una voz masculina me detuvo:
Hasta hoy, trabajaba como ilustrador en una pequeña editorial independiente que, principalmente, se encarga de publicar a los distintos colegios de la zona en que se emplaza, es decir, libros de poesía y cuentos cortos escritos por niños; lo más atroz que puede leer uno, si no se tiene en cuenta lo puesto sobre blanco por Stephenie Meyers o JK Rowling. Gozaba yo de una libertad considerable en esta ocupación que, además, estimaba muchísimo; la oficina se encuentra bastante cerca de donde vivo, y no se me exigía estar presente a todas horas, si bien es cierto que prefiero encontrarme allí; en casa no logro evitar ponerme porno de mujeres musculosas, tengo como una adicción a esto, y no dejo de preguntarme si acaso soy homosexual en el fondo, en lugar de concentrarme en trabajar. Pero me pierdo en ambages. Cuando me personé el primer día, resultó que una de las secretarias ya me conocía, puesto habíamos coincidido en el colegio. Ella era, según recuerdo, siempre el centro de atención, ya que, no por tener el cuerpo desarrollado hasta lo exquisito de una escultura griega, sino en la dulce manera de las fabulosas niñas de trece años, resultaba bastante atractiva. A mí me habían pasado un curso y ella me aborrecía sin motivo alguno; es cierto que eyaculé una vez en el interior de su bolsa de deporte, pero nadie me vio hacerlo; estoy bastante convencido por tanto de que no es por este único "mal" que alguna vez le hice que me detestaba. Cuando nos reencontramos en mi tan querida ocupación, descubrí que su odio había mudado en deseo, para mi desgracia, ya que parecía haber sólo crecido a lo ancho, apenas a lo largo, y no en carne magra precisamente. Como no podía ser de otro modo, la rechacé de manera en que no pudiera quedar resquicio de duda, porque sé que estas cosas se eternizan si uno deja que en el que bebe los vientos por uno remanezca un atisbo de esperanza. Pues os comunico que esta fémina se ha dedicado a hablar mal de mí desde entonces, incluso contactó con mi última pareja para vilipendiarme de todas las maneras imaginables, llegando a propalar turbios asuntos de mi juventud que mejor estarían en el olvido. Después de un encontronazo que tuve con su pastor alemán, al que me vi obligado a patear varias veces en el hocico para que no me mordiera, y de que me negase yo a pagar la factura del veterinario que ella me presentaba, toda la oficina tomó partido por su causa. No dejaba de repetir falsamente en presencia de quien se detuviera a escucharla que el violento animal sólo intentaba juguetear; sí, con mis tuétanos, putísima gorda. Ayer hice para mi disfrute personal un dibujo que pensaba yo que pasaba por ser bastante bueno. Se trata de un hombre negro cuyo ojo ha sido arrancado por una lechuza blanca. Hoy lo subí a mi cuenta de Instagram con este título: "Europa". Llevaba tanto tiempo sin realizar sino trabajos con el público infantil en mente, que el placer que hallé en la realización de esta obra más adulta no resultó pequeño.Iba pues esta mañana al trabajo tan felizmente, que silbaba a Prokofiev, y por suerte no a Wagner, por las calles. No obstante, en la puerta la encontré a ella, que paradójicamente tiene nombre, pero no cara, de pájaro, y a otro compañero; con sendos cigarrillos, que eran llevados mecánicamente a sus respectivos labios, pues ese mal vicio comparten, y con él castigan al que simplemente quiere realizar su función en la sociedad. Miraban algo en el teléfono de ella y bisbiseaban en un tono ominoso. Como soy tan poco ducho en eso de las buenas costumbres, nunca me detengo a saludar, ni soy de hablar cosas sin importancia como el tiempo ni la salud de cada persona que pasa frente a mí. Las pocas veces en que converso sin una finalidad evidente es porque me he puesto nervioso y necesito combatir el silencio como sea; por ejemplo, durante el sexo, si éste se alarga más de lo previsto. Me introducía ya en el edificio, preocupado únicamente por mis propios pensamientos, cuando una voz masculina me detuvo:
#42 yo sólo sé lo que pasa en este centro, y si no crees mi versión, mira los comentarios que deja sobre él la gente en Google.