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Esas historias del "soldado desconocido", los "héroes anónimos" tienden a desaparecer porque por lo menos serán de algun modo conocidos y perderán el anonimato, gracias a Internet.

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Los países católicos son más pobres que los países protestantes. Hay un derrotismo implícito en el crucifijo. El católico lleva colgado del cuello la imágen de un Dios humillado y muerto. Si mi Dios ha sido garroteado y crucificado, cómo yo -humilde mortal- puedo vencer los retos que me da la vida. Por otro lado, a los conquistadores españoles acompañaron catequistas franciscanos que hacían de la pobreza, una virtud premiada con el reino de los cielos. Es profundo el tema.