Esto está ya completamente superado. Se ha demostrado de muy diversas maneras que eran una especie distinta (tanto como pueden serlo un buitre leonado y un buitre negro, por ejemplo). Homo floresiensis es el descubrimiento paleontológico más apasionante de los últimos años, y no precisamente por su estatura, algo anecdótico si se quiere, sino porque confirma la posibilidad de que más de dos especies humanas hayan coexistido en la tierra hasta tiempos muy recientes, dos de ellas (floresiensis y sapiens) en las mismísimas puertas de la historia. Y la Iglesia todavía no ha opinado nada de ello, por cierto.
Joer, la que está liando Zapatero...