Creo que la diminuta, pero democrática, Islandia ha dado una lección al resto de países al negarse su presidente a que sus ciudadanos pagasen los desmanes de los bancos privados. La subsiguiente, e inevitable en una democracia, convocatoria de un referéndum deparó un resultado abrumador en contra de la nacionalización de las deudas privadas y de las medidas antisociales que todos conocemos.
Las organizaciones sociales se movilizaron con rapidez y consiguieron en poco tiempo las firmas de un ¡25%! de la población en favor del referéndum. Éste debería ser el camino que nuestras organizaciones sociales deberían seguir, ya que, evidentemente, ni nuestro presidente ni ningún político de la oposición, que yo sepa, ha, ni siquiera, mencionado la posibilidad de enfrentarse al golpe de estado que estamos sufriendo.
¡Insisto! Que alguna organización social convoque a las demás para organizar una recogida masiva de firmas en pro de un referéndum y en contra del golpe de estado que nos imponen.