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Julio de 2008

Hemos madrugado. Estos días son los más calurosos, con diferencia, del que traemos de verano. Con mi hermano y una pareja de amigos del pueblo hemos querido seguir el rastro de la batalla en estos cerros. Los habíamos buscado, igual que hemos hecho con otros escenarios de la batalla, pero estos son especialmente difíciles de encontrar si no te trae alguien que los conozca.

Tenemos un buen motivo por ir. Dentro del demencial proyecto de instalar un frente de 200 molinos de viento altos como la Torre Agbar a la Terra Alta, desde Horta de Sant Joan en la Fatarella, se han empezado a hacer “catas” sobre estos cerros por instalar algunos de estos molinos gigantescos.

Esta masificación trinchará la comarca. Pero es que además, y por el que nos ha explicado gente del pueblo preocupada por la memoria histórica, ahora trincharán estos espacios, estas cotas aisladas y solitarias dónde ahora hace 70 años se vivieron unos combates infernales, y que dejaron aquella zona convertida en un enorme cementerio al aire libre. Centenares, millares, de combatientes fueron mal enterrados, de cualquier manera, o ni esto. Y sus restos reponen aquellos cerros. Y ahora están amenazadas por las escavadoras de los enormes aerogeneradores.

Encontrar restos humanos al pueblo no es ninguna sorpresa. Siempre que alguien rehace un margen, allana un trozo… salen. Igual que restos de material bèlico. Pero nos han dicho que en aquella zona es terrible.

No sin dificultad y perder-bocado varias veces, vamos encontrando la manera de entrar a las diferentes cotas. Pasamos por un camino al lado de un campo de almendros, y de tierra, 70 años después, parece que esté con el saampión, es lleno de pequeños trozos de metralla, como una uña. No había visto nunca nada igual. Continuamos andando y entramos al bosque.

El bosque parece un infierno. Los cuatro adelantamos separados unos metros uno del otro, buscando el rastro de la batalla. Y de pronto… detrás unos arbustos… se me hiela el corazón. Me sube un nudo a la garganta. Casi no puedo decir nada. Finalmente consigo articular un “venír aquí”. Pero casi simultáneamente mi hermano y la pareja de amigos empiezan a decir lo mismo “y aquí”, “venír aquí”.
Nos vamos acercando los unos a los otros. Ante nuestro se extienden, al aire libre, en medio del bosque, semicolgados entre las hojas del bosque, centenares de restos humanos: cráneos, mandíbulas, caderas, fémurs…
Se hace un silencio de lágrimas entre nosotros, y vamos fotografiando en silencio todo lo que vemos. Algunos cráneos tienen bien visible el impacto de la batalla, el impacto y el agujero de la bomba o la metralla.

El dolor se hace insoportable. El espectáculo es dantesco, vamos andando poco a poco, con mucho cuidado, y por todas partes emergen los restos de los combatientes. Estas son las más superficiales, las que quizás nunca nadie pudo hacer cabeza otra cosa que tirar cuatro piedras encima del cadáver, y que el paso del tiempo y las lluvias, deja a cuerpo descubierto. Pero bajo nuestros pies, lo sabemos hay centenares de cadáveres de soldados. Sólo en una de las cotas sabemos que hubo 300 muertes, y que los van poniendo ahi mismo.

Los restos de soldados, en este pequeño triángulo, se deben contar por millares. Soldados que fueron dados por desaparecidos. Soldados las familias de los cuales nunca jamás no supieron nada. Pero que en cambio sí que saben, por las unidades en qué combatían y las últimas cartas, en qué sector estaban.

Y hoy, 70 años después, todavía la vergüenza que las restas de estos pobres soldados, que lo dieron todo por nuestra libertad… están desperdigadas como si fueran broza.

Y hoy, 70 años después, todavía, la avaricia sin límites y la absoluta neciedad de los políticos nos han traído a que sobre estas restas se hayan de levantar unos enormes aerogeneradores. Si no hacemos nada por evitarlo, en nada, y sobre estos restos, y a precio alzado, unos enormes bulldozers irán abriendo camino por medio del bosque y unas enormes excavadoras empezarán a trinchar el terreno.

Por la tarde vienen al pueblo en Montilla y en Saura a inaugurar el centro de acogida del proyecto de museo de los espacios de la batalla del Ebro. Vamos con la gente de la Plataforma en Defensa de la Terra Alta. Traemos pancartas contra la masificación eólica y fotos ampliadas de las restas de estos combatientes. Debajo hemos escrito “Vergüenza”.

Cuando llega la comitiva gritamos “vergüenza”. Una vez adentro, sentimos en Montilla hacer una defensa enconada de la energía eólica, y decir que echarán adelante los proyectos de parques eólicos.

Pero no me puedo creer que haya tanta insensibilidad hacia esta situación. No me puedo creer que, 70 años después, ante un episodio tan grave, no se haga nada. Tenemos un deber muy grande, enorme, por tratar con dignidad las restas de estos soldados que reponen en estos cerros.

No me puedo creer que el proyecto de museo de los espacios, que es muy importante y al que doy apoyo total, no tenga en cuenta, de manera preferente, salvaguardar, de verdad, la memoria y la dignidad de los combatientes que dejaron la vida. No me puedo creer que ahora, 70 años después, sus restos sean trituradas bajo’la oruga de un bulldozer o la pala de una excavadora para instalar un molino de viento.

Hace falta, de manera inmediata, fulminante, parar el proyecto de aerogeneradores en estas zonas señaladas, que todo el mundo sabe cuáles son, dónde reponen los restos de los combatientes. Hace falta, de manera inmediata, un proyecto para la recuparación de estos restos, para su adecuada clasificación y ordenación, a la espera que puedan ser identificadas a través de las familias.

Hace falta, y por esto os pido también vuestra ayuda, hacer una difusión por todas partes de esta situación y presionar y sensibilizar las instituciones porque paren esta barbaridad. Creo que las fotos que pudimos hacer y que acompañan este artículo son la denuncia más grande que podía hacer. Lamento su dureza, de verdad. Pero esto lo hemos de parar!

Hagámoslo entre todos! Hacer difusión de esta situación! No a la instalación de los aerogeneradores gigantes a los espacios de la batalla del Ebro!

DIFUNDIR LA DENÚNCIA!!!