La araña occidental ha ido construyendo toda una red de instancias internacionales en las que ha basado su control absoluto del mundo (FMI, BM, OMC, la propia ONU y sus estructuras…) pero ahora hay dos de esas instancias, la Corte Internacional de Justicia (gracias a Sudáfrica) y la CPI, que permiten que la araña quede atrapada en su propia tela, aunque con las diferencias reseñadas entre la petición de la segunda y el fallo provisional de la primera.
Cada año, decenas de miles de personas como Timothy, Idiatou, Bella o François ―los tres últimos no dan su apellido por razones de seguridad― acaban desterradas en zonas desérticas o ciudades remotas en el norte de África. Es el castigo al que se somete a migrantes y refugiados que aspiran a llegar a Europa a bordo de una patera o saltando una valla. Arrojados en algún rincón del Sáhara, el mayor desierto cálido del mundo, sin móviles, sin dinero, sin agua y hasta sin zapatos, (...)
Cadáveres que se acumulaban y hasta 80 horas de espera para que alguien viniera a por ellos, trabajadores desbordados... Así describieron los bomberos la situación en algunas residencias en lo peor de la pandemia. Como un infierno en la tierra
¿Cómo pretende Juan García-Gallardo distribuir la propiedad exactamente? ¿Confiscando los bienes de los jubilados para entregárselos a los jóvenes?