Ya lo había dicho, pero lo copio, hubo un día en su vida de mierda en que sopesaba si quitarse de en medio o venirse a más, como el moho de una ciruela al sol decidiendo si se pudre o se seca. Se vino a más con fuerza, rechazando violentamente la irrelevancia de su existencia.
Ahora hay dos cuestiones relevantes, dicha inutilidad sigue latente, de ahí la violencia permanente del rechazo y otra que, alguien que estuvo tan tan cerca de arrojarse al abismo, es capaz de cualquier locura consigo y con los demás.
En tiempos necesitaba ayuda, ahora necesita un rescate y protección contra sí mismo.
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Que devuelvan el golpe y les pongan más de treinta mil vídeos a la contra.