Hace 2 años | Por Horus a nytimes.com
Publicado hace 2 años por Horus a nytimes.com

En 2012, Savita Halappanavar, una dentista casada de 31 años, se presentó en el Hospital Universitario de Galway, en Irlanda, con dolor. Estaba embarazada de 17 semanas y había tenido un aborto espontáneo. Según relató el marido de la doctora Halappanavar, el personal del hospital le dijo que no era posible salvar el embarazo, pero se negaron a intervenir porque el feto aún tenía latido. Le dijeron que su única opción era esperar. Tuvo fiebre. Para cuando el latido del feto se desvaneció, ella tenía un fallo orgánico.

Comentarios

RojoRiojano

Putos retrasados meapilas de mierda, mecagüendios.

Spirito

#1 Yo tambien me cago en el puto Dios de los dogmáticos.

oceanon3d

En Irlanda....no en un país del tercer mundo. Para los meapilas bíblicos/provida que no pasan de la entradilla.

Y ojo con los ultras nacionalcatolicos que tocan a la puerta en España que traen regalos de estos bajo el brazo

p

Es que hay mucho ignorante para darse cuenta que los abortos no se hacen por capricho y claro si lo prohibes sin más luego pasan cosas como lo que dicen el artículo, a veces por querer salvar una vida de acaban condenando varias vidas y probocando el sufrimiento de muchas más vidas.

c

En circunstancias mucho más adversas hay gente que mantiene la decencia profesional :https://es.wikipedia.org/wiki/Gisella_Perl

D

Prefirieron intentar salvar a un ser por formar que a uno ya formado...

Creo que muchos de los anti vacunas también son anti abortistas

l

No debería ser necesaria una muerte de alto perfil para revelar lo mucho que se arriesga cuando la medicina es obstaculizada por la política, la religión o la cultura.

No se puede decir más claro.

D

Tengo la esperanza en que las dos Irlandas terminen por dejar atrás la lacra de la religión más temprano que tarde... Muchos de sus problemas serían menos graves y mucho HDP perdería su impunidad por llevar sotana.

aupaatu

A Estos talibanes irlandeses, con sus funcionarios religiosos y feligreses ,con sus arcaicas costumbres tendrían que recordarles que vivimos en el siglo XXI en Europa, aunque sean mayoría en las urnas.
A ver para cuando legisla que los dechos individuales prevalecen sobre los religiosos.