Para algunos, la nueva ley es el resultado natural de la victoria de Israel en 1967 sobre sus vecinos, que se oponían a su existencia, y salvaguarda al pueblo judío dentro de sus fronteras con leyes que le dan preeminencia. Pero para otros, es un paso en la ruta que Ben-Gurión previó: comenzar con la ocupación y continuar con un conflicto eterno que podría corroer la democracia desde el interior, lo que pondría en riesgo una identidad nacional que se pensaba que surgía tanto de los ideales como de la demografía.
Comentarios
"La calidad democrática de Israel ha ido cayendo de forma constante desde el inicio de la década del 2000, según un índice reconocido llamado V-Dem, que realiza un seguimiento de la democracia en los países utilizando un conjunto de medidas. A la mitad de la década de los noventa, Israel calificó junto a las naciones de Corea del Sur y Jamaica de la actualidad. Hoy, esta considerado a la par de democracias africanas como Namibia y Senegal y muy por debajo de Túnez, la democracia mejor calificada del Medio Oriente".
#1 Desde que los halcones gobiernan Israel, vamos por ese camino. Y cuando hubo una oportunidad para la paz, no dudaron en acabar radicalmente con el problema asesinando a Isaac Rabin.
#1 Y genocida
#1 Túnez? Quieres decir que contrariamente a lo que dicen ellos, no son la única democracia de Oriente Medio?
Se dice estado Jodio. Y se acabaron las implicaciones.
El problema de Israel es que han entrado en una dinámica de cuesta abajo sin frenos en que cada gobierno intenta ser más radical que el anterior.
Supongo que según sus cuentas les compensa, pero dejan fuera de esta insensata línea a buena parte de su propia población y no digamos a una parte de la comunidad internacional que los mira con algo más que recelo.
Que ahora cuando hables malnde Israel te llamarán antisemita... Anda, coño, que eso ya no hacen!!
#9 Los Najus son también conocidos cómo los ninjas con tirabuzones.
Como leí por aquí, «Nacionaljudaismo» o algo así
#7 Son "najus".
estamos de naciones identitarias hasta las gónadas. Qué pesadilla de neo-fachismos