La tradicional tinta para caligrafía japonesa, llamada tinta “sumi”, se comercializa en estado sólido. Se necesitan al menos cuatro años de envejecimiento antes de que estas barras de tinta sólida puedan venderse, e incluso más para las más caras. Una barra de tinta de alta calidad de 200 gramos, de un fabricante como Kobaien, cuesta más de 1000 dólares. Y los precios de otras marcas pueden llegar casi a los 2000 dólares. Sin embargo, la tinta china líquida comercial puede costar menos de 9 dólares por casi el doble de la cantidad.
Mercado reducido, escasez, artesanía protegida, prestigio. Los materiales o que se necesiten años de secado es lo de menos, es incluso barato. Se podría industrializar, probablemente. Pero los japoneses le echan un rollo trascendental a sus artesanías que no le echa nadie. Deberíamos aprender un poco de eso para que sobrevivan ciertos oficios artesanos, porque si no la industria moderna se los come.
#4 Siempre que con la excusa de la artesania, no se exponga a los trabajadores a riesgos laborables excesivos, como esos recolecteres de hollin, permanentemente en la sala llena de humo, protegiendose la cara con un trapo.
Comentarios
El video está to uapo.
La paciencia y dedicación para recolectar hollín, solo es comparable a la de mi madre en criarme.
alguna tinta de impresora en cartuchos originales es mas cara
Mercado reducido, escasez, artesanía protegida, prestigio. Los materiales o que se necesiten años de secado es lo de menos, es incluso barato. Se podría industrializar, probablemente. Pero los japoneses le echan un rollo trascendental a sus artesanías que no le echa nadie. Deberíamos aprender un poco de eso para que sobrevivan ciertos oficios artesanos, porque si no la industria moderna se los come.
De ahí la expresión sudar tinta china.
#1 No se cuantos cartuchos puedes llenar con una barra de 1000€, pero intuyo que no sale a cuento.
#4 Siempre que con la excusa de la artesania, no se exponga a los trabajadores a riesgos laborables excesivos, como esos recolecteres de hollin, permanentemente en la sala llena de humo, protegiendose la cara con un trapo.
Después de ver en trabajo que hay detrás lo veo hasta barato.