Hace 14 años | Por se30 a opengarden.es
Publicado hace 14 años por se30 a opengarden.es

En el rectángulo donde cabe justo un coche, hay una alfombra de césped artificial, una bicicleta con las ruedas para arriba y un niño, Carlos, que lee a Asterix sentado en una silla plegable. El conductor para, mira el hueco ocupado, se resigna y se va a dar otra vuelta. Por unas horas, una decena de plazas de estacionamiento regulado no son para los coches, sino para las bicis.

Comentarios

D

Mira que sn cansinos con las bicis, pero en cuanto tienen pasta para un coche se lo compran. Luego, dejan el coche y se van en la bici los fines de semana a hacer Kms por las cercanías de la ciudad, a mitad paradita, almuerzo y cerveza y como consecuencia el tripon tipico de todos los amantes de la bici treintañeros y cuarentones.