Las previsiones siguen siendo un hito imprescindible en la agenda económica. Sin embargo, los desaciertos son constantes, tanto por parte del FMI como de la Comisión o los Gobiernos. El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguraba esta semana que el FMI se iba a equivocar en sus negativas últimas previsiones sobre España, y que, de hecho, el organismo suele errar en sus vaticinios.“No hay nada en economía más difícil que hacer proyecciones”, aseguraba Guindos. “El Fondo Monetario Internacional se equivoca mucho, igual que se equivocan todos
Comentarios
Las previsiones no es que fallen o dejen de fallar, es que son un instrumento de propaganda.
#2 Y la prueba es que siempre fallan por pasarse de optimistas, nunca hacen peores previsiones de lo que luego resulta. Si el error es siempre para el mismo lado, no es error, es sesgo.
"No hay nada en economía más difícil que hacer proyecciones” Ni nada más fácil que hacer exigencias basándose en ellas...
Estamos descubriendo que esto que llaman economía en realidad se parece mucho a la astrología. La parte seria y metódica es la contabilidad, la economía es una variante de la filosofía que porque mete números piensa que es de ciencias.
http://www.calderodemurias.com/2013/06/necesitamos-nombre-para-una-nueva.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_caos teoría del caos. Grande #3
¿Pero alguien se cree que lo que dicen los economistas tiene alguna validez? Sobre todo porque lo que se dice está basado en ideologías estúpidas y no en hechos.
La fiabilidad de las predicciones de un economista, sobre todo de los de la cuerda neoliberal del mercao, está entre la de un chamán con alzheimer y la de un un retrasado mental, ciego, sordo y mudo.
Cualquiera diría que han acertado alguna vez: ¿acertaron acaso en la burbuja? ¿acertaron en las otras crisis acaso?
Pues ya está, jodelines, de esta crisis saldremos nosotros mismos y luego estos memos parásitos se colgarán las medallas, como siempre ha pasado.
Anda, pues claro, porque ése no es su trabajo. Su trabajo consiste en hacer ganar la mayor pasta posible a sus amigüitos de la CEOE (y su versión europea) y conseguir un retiro dorado en alguna gran multinacional.