Muchos piensan que los juegos a distancia en tiempo real son cosa del presente. Pues en los años 1840 y 1850 se puso de moda jugar al ajedrez a distancia usando el telégrafo para enviar las jugadas al otro oponente, llegando el servicio de telégrafos británico a ofrecer "packs" para los jugones de la época.
#8:
#6 Siento dejarlo a medias, pero tengo que irme y no puedo acabar la traducción. Aun así, creo que está lo más importante del artículo.
En la mañana del 8 de abril de 1845, un equipo de estrellas del ajedrez quedó en la estación de ferrocarril de Vauxhall, Londres. En lugar de tomar el tren, se sentaron junto a un tablero de ajedrez al lado de un telégrafo Cooke-Wheatstone, que el propio Charles Wheatstone les había reservado. Discutiendo movimientos ante una multitud de espectadores estaban el escritor George Walker, el matemático Henry Thomas Buckle, el inventor Walker Davies Evans, el respetado aficionado William Tuckett y George Perigal, veterano del ajedrez por correspondencia. Al otro lado de la línea, a 130 kilómetros en Gosport, en la costa sur de Inglaterra, dos formidables oponentes: el maestro británico del ajedrez Howard Staunton y el escritor ajedrecista Hugh Alexander Kennedy. Los tableros estaban dispuestos, y a las 11 de la mañana el juego comenzó.
Según los movimientos se transferían en notación estándar, el colega inventor de Wheatstone, William Fothergill Cooke, explicaba a los espectadores el funcionamiento del telégrafo. Su plan, según dijo, era permitir a la gente usarlo para transmisiones entre Londres y Gosport a cambio de una cantidad de dinero. Inmediatamente, uno de los espectadores solicitó una prueba. Tenía un amigo viendo la partida en Gosport, aseguró, y quería saber si estaría de vuelta en Londres para cenar esa noche. Cooke envió la consulta. "Sí, a las cinco", informaba la réplica tras una corta pausa, lo cual convenció a la multitud.
La partida se resolvió, tras siete horas y medias, en tablas, y Staunton y Kennedy perdieron el último tren de vuelta a Londres. En cualquier caso, el evento en sí resultó una gran noticia. Un reportero sopesó qué otras capacidades podría alcanzar el ser humano si pensamiento y acción no tenían podían hallarse a kilómetros de distancia. "En lugar de hacer explotar un barco a una distancia de seis millas (~10 km), deberíamos ser capaces de hacerlo a mil millas (~1500 km)", aventuró, antes de especular con usos menos bélicos: "
The match proved less decisive. After seven-and-a-half hours, it ended in a draw and Staunton and Kennedy missed the last train back to London. All the same, the event itself was big news. One reporter pondered what else could be achieved now that human thought and action could be effected from far away by wire. "Instead of blowing up a ship at the moderate distance of six miles by one of [our] projectiles, we shall be enabled to do so at a distance of a thousand miles," he ventured, before speculating on more peaceful uses: "Podría conseguirse que nuestra pianista, Madame Dulcken, interpretase una pieza... en cualquier parte, con tan solo unos pocos cables" (Tengo muchas dudas sobre esta frase, Original: "A galvanic arrangement might be made by which our accomplished pianist, Madame Dulcken, might [perform]... wherever a few wires could be conveniently transmitted.")
En diciembre de 1848, las oficinas de telégrafos en las estaciones de Paddington y Slough anunciaban líneas de alquiler para "Jugar a ajedrez y damas por telégrafo" con cualquier gran ciudad de Gran Bretaña. A medida que las líneas de telégrafos se difundieron, lo mismo hicieron las partidas entre clubs de ajedrez, primero entre Liverpool y Manchester en 1956, y más tarde incluso contra Estados Unidos y Australia. Un encuentro entre Londres y Dublín en 1865 alcazó los 646 movimientos en una tarde en 12 tableros, y un encuentro húngaro fue telegrafiado de ciudad a ciudad como una carta en cadena.
Pero el ajedrez por cable realmente llegó a su cúspide en 1896, cuando jugadores de Nueva York y Londres compitieron por un trofeo patrocinado por el parlamentario británico George Newnes. [...]
Sentados alrededor de ocho tableros en el Dime Savings Bank de Brooklyn estaban algunos de los mejores jugadores estadounidenses, incluyendo al joven genio Harry Nelson Pillsbury. Alrededor de 1500 espectadores presenciaron el encuentro. [...]
A pesar de la sorprenente derrota de Pillsbury, el equipo americano venció. Newnes prometió a sus compatriotas un nuevo encuentro al año siguiente, creándose así el primero evento regular de ajedrez por cable: la copa Newnes. [...]
Tras este primer encuentro de la copa Newnes, la revista humorística Punch publicó lo que decía ser una entrevista con el nuevo manager de "deportes por cable": tenemos fútbol por cable... un Campeonato de Hockey-En-Casa para mujeres... ahí está uno de nuestros editores, trabajando duro en ese sillón, está compitiendo en pesca contra Yale... pero si me disculpa, tengo que controlar una partida de billar, una regata y un partido de cricket contra toda Australia.
No obstante, la sátira de Punch no estaba tan lejos de la realidad, y en Estados Unidos se probó a realizar competiciones de bolos y de billar por telégrafo. No era tan horriblemente lento como intentos anteriores de jugar al billar por correo, pero aun así no satisfizo a mucha gente. [...]
[...] Habla de una serie de partidas de ajedrez entre políticos estadounidenses, británicos y australianos. [...]
Si el ajedrez por cable no obtuvo una mayor difusión fue sin duda por el precio. El coste de una partida de ajedrez de 50 movimientos podía llegar a los 30 dólares (prohibitivo para la época).
Con la guerra fría y la llegada de nuevas tecnologías, el ajedrez por telégrafo terminó por desaparecer, dejando lugar a partidas por teléfono o radio. [...]
#4:
"Jugar al ajedrez con un oponente sin estar cara a cara, aunque habitual hoy día, tiene una larga historia: los juegos por correspondencia datan de 1119, cuando Enrique I de Inglaterra jugaba contra Luis VI de Francia. El ajedrez por correo prosperó con la popularización de las Oficinas Postales (Uniform Penny Post en Gran Bretaña, 1840) en el siglo XIX, junto a la expansión de los imperios, que mandaba a los compañeros de juego a grandes distancias. Sin embargo, estos juegos tenían un problema considerable. Eran increíblemente lentos: una partida entre el maestro de ajedrez de Brooklyn Francis Brenzinger y su hermano Karl, que vivía en la ciudad alemana de Pforzheim, duró de 1859 a 1875. Así que los jugadores victorianos buscaron una solución en su más moderna tecnología: el telégrafo."
#2:
#1 Pues tambien probaron con el billar, pero era pateticamente lento y poco practico
"Jugar al ajedrez con un oponente sin estar cara a cara, aunque habitual hoy día, tiene una larga historia: los juegos por correspondencia datan de 1119, cuando Enrique I de Inglaterra jugaba contra Luis VI de Francia. El ajedrez por correo prosperó con la popularización de las Oficinas Postales (Uniform Penny Post en Gran Bretaña, 1840) en el siglo XIX, junto a la expansión de los imperios, que mandaba a los compañeros de juego a grandes distancias. Sin embargo, estos juegos tenían un problema considerable. Eran increíblemente lentos: una partida entre el maestro de ajedrez de Brooklyn Francis Brenzinger y su hermano Karl, que vivía en la ciudad alemana de Pforzheim, duró de 1859 a 1875. Así que los jugadores victorianos buscaron una solución en su más moderna tecnología: el telégrafo."
#6 Siento dejarlo a medias, pero tengo que irme y no puedo acabar la traducción. Aun así, creo que está lo más importante del artículo.
En la mañana del 8 de abril de 1845, un equipo de estrellas del ajedrez quedó en la estación de ferrocarril de Vauxhall, Londres. En lugar de tomar el tren, se sentaron junto a un tablero de ajedrez al lado de un telégrafo Cooke-Wheatstone, que el propio Charles Wheatstone les había reservado. Discutiendo movimientos ante una multitud de espectadores estaban el escritor George Walker, el matemático Henry Thomas Buckle, el inventor Walker Davies Evans, el respetado aficionado William Tuckett y George Perigal, veterano del ajedrez por correspondencia. Al otro lado de la línea, a 130 kilómetros en Gosport, en la costa sur de Inglaterra, dos formidables oponentes: el maestro británico del ajedrez Howard Staunton y el escritor ajedrecista Hugh Alexander Kennedy. Los tableros estaban dispuestos, y a las 11 de la mañana el juego comenzó.
Según los movimientos se transferían en notación estándar, el colega inventor de Wheatstone, William Fothergill Cooke, explicaba a los espectadores el funcionamiento del telégrafo. Su plan, según dijo, era permitir a la gente usarlo para transmisiones entre Londres y Gosport a cambio de una cantidad de dinero. Inmediatamente, uno de los espectadores solicitó una prueba. Tenía un amigo viendo la partida en Gosport, aseguró, y quería saber si estaría de vuelta en Londres para cenar esa noche. Cooke envió la consulta. "Sí, a las cinco", informaba la réplica tras una corta pausa, lo cual convenció a la multitud.
La partida se resolvió, tras siete horas y medias, en tablas, y Staunton y Kennedy perdieron el último tren de vuelta a Londres. En cualquier caso, el evento en sí resultó una gran noticia. Un reportero sopesó qué otras capacidades podría alcanzar el ser humano si pensamiento y acción no tenían podían hallarse a kilómetros de distancia. "En lugar de hacer explotar un barco a una distancia de seis millas (~10 km), deberíamos ser capaces de hacerlo a mil millas (~1500 km)", aventuró, antes de especular con usos menos bélicos: "
The match proved less decisive. After seven-and-a-half hours, it ended in a draw and Staunton and Kennedy missed the last train back to London. All the same, the event itself was big news. One reporter pondered what else could be achieved now that human thought and action could be effected from far away by wire. "Instead of blowing up a ship at the moderate distance of six miles by one of [our] projectiles, we shall be enabled to do so at a distance of a thousand miles," he ventured, before speculating on more peaceful uses: "Podría conseguirse que nuestra pianista, Madame Dulcken, interpretase una pieza... en cualquier parte, con tan solo unos pocos cables" (Tengo muchas dudas sobre esta frase, Original: "A galvanic arrangement might be made by which our accomplished pianist, Madame Dulcken, might [perform]... wherever a few wires could be conveniently transmitted.")
En diciembre de 1848, las oficinas de telégrafos en las estaciones de Paddington y Slough anunciaban líneas de alquiler para "Jugar a ajedrez y damas por telégrafo" con cualquier gran ciudad de Gran Bretaña. A medida que las líneas de telégrafos se difundieron, lo mismo hicieron las partidas entre clubs de ajedrez, primero entre Liverpool y Manchester en 1956, y más tarde incluso contra Estados Unidos y Australia. Un encuentro entre Londres y Dublín en 1865 alcazó los 646 movimientos en una tarde en 12 tableros, y un encuentro húngaro fue telegrafiado de ciudad a ciudad como una carta en cadena.
Pero el ajedrez por cable realmente llegó a su cúspide en 1896, cuando jugadores de Nueva York y Londres compitieron por un trofeo patrocinado por el parlamentario británico George Newnes. [...]
Sentados alrededor de ocho tableros en el Dime Savings Bank de Brooklyn estaban algunos de los mejores jugadores estadounidenses, incluyendo al joven genio Harry Nelson Pillsbury. Alrededor de 1500 espectadores presenciaron el encuentro. [...]
A pesar de la sorprenente derrota de Pillsbury, el equipo americano venció. Newnes prometió a sus compatriotas un nuevo encuentro al año siguiente, creándose así el primero evento regular de ajedrez por cable: la copa Newnes. [...]
Tras este primer encuentro de la copa Newnes, la revista humorística Punch publicó lo que decía ser una entrevista con el nuevo manager de "deportes por cable": tenemos fútbol por cable... un Campeonato de Hockey-En-Casa para mujeres... ahí está uno de nuestros editores, trabajando duro en ese sillón, está compitiendo en pesca contra Yale... pero si me disculpa, tengo que controlar una partida de billar, una regata y un partido de cricket contra toda Australia.
No obstante, la sátira de Punch no estaba tan lejos de la realidad, y en Estados Unidos se probó a realizar competiciones de bolos y de billar por telégrafo. No era tan horriblemente lento como intentos anteriores de jugar al billar por correo, pero aun así no satisfizo a mucha gente. [...]
[...] Habla de una serie de partidas de ajedrez entre políticos estadounidenses, británicos y australianos. [...]
Si el ajedrez por cable no obtuvo una mayor difusión fue sin duda por el precio. El coste de una partida de ajedrez de 50 movimientos podía llegar a los 30 dólares (prohibitivo para la época).
Con la guerra fría y la llegada de nuevas tecnologías, el ajedrez por telégrafo terminó por desaparecer, dejando lugar a partidas por teléfono o radio. [...]
#7 en blade runner no se menciona a internet... de hecho, el trozo que sale en la películo lo juegan por intérfono. Ah!, la partida es conocida como la inmortal, si no recuerdo mal.
#23 Te has leìdo entero lo que he escrito verdad? Me acuerdo que la jugaban por el interfono del ascensor, pero también tenìa el tablero en casa cuando estaba con Roy. Es de suponer que usaban seguramente algùn otro tipo de comunicaciòn. Evidentemente el haber escrito, sin internet en mi comentario en #7 era una ironìa...
Comentarios
Como mola
#1 Pues tambien probaron con el billar, pero era pateticamente lento y poco practico
.--- .- --.- ..- . -- .- - .
"Jugar al ajedrez con un oponente sin estar cara a cara, aunque habitual hoy día, tiene una larga historia: los juegos por correspondencia datan de 1119, cuando Enrique I de Inglaterra jugaba contra Luis VI de Francia. El ajedrez por correo prosperó con la popularización de las Oficinas Postales (Uniform Penny Post en Gran Bretaña, 1840) en el siglo XIX, junto a la expansión de los imperios, que mandaba a los compañeros de juego a grandes distancias. Sin embargo, estos juegos tenían un problema considerable. Eran increíblemente lentos: una partida entre el maestro de ajedrez de Brooklyn Francis Brenzinger y su hermano Karl, que vivía en la ciudad alemana de Pforzheim, duró de 1859 a 1875. Así que los jugadores victorianos buscaron una solución en su más moderna tecnología: el telégrafo."
Fijo que tenía mucho ping...
No entiendo una mierda porque está en inglés, pero meneo!
En Blade Runner si no recuerdo mal todavìa seguìan jugando una partida J.F. Sebastian y Tyrell, sin internet...
#6 Siento dejarlo a medias, pero tengo que irme y no puedo acabar la traducción. Aun así, creo que está lo más importante del artículo.
En la mañana del 8 de abril de 1845, un equipo de estrellas del ajedrez quedó en la estación de ferrocarril de Vauxhall, Londres. En lugar de tomar el tren, se sentaron junto a un tablero de ajedrez al lado de un telégrafo Cooke-Wheatstone, que el propio Charles Wheatstone les había reservado. Discutiendo movimientos ante una multitud de espectadores estaban el escritor George Walker, el matemático Henry Thomas Buckle, el inventor Walker Davies Evans, el respetado aficionado William Tuckett y George Perigal, veterano del ajedrez por correspondencia. Al otro lado de la línea, a 130 kilómetros en Gosport, en la costa sur de Inglaterra, dos formidables oponentes: el maestro británico del ajedrez Howard Staunton y el escritor ajedrecista Hugh Alexander Kennedy. Los tableros estaban dispuestos, y a las 11 de la mañana el juego comenzó.
Según los movimientos se transferían en notación estándar, el colega inventor de Wheatstone, William Fothergill Cooke, explicaba a los espectadores el funcionamiento del telégrafo. Su plan, según dijo, era permitir a la gente usarlo para transmisiones entre Londres y Gosport a cambio de una cantidad de dinero. Inmediatamente, uno de los espectadores solicitó una prueba. Tenía un amigo viendo la partida en Gosport, aseguró, y quería saber si estaría de vuelta en Londres para cenar esa noche. Cooke envió la consulta. "Sí, a las cinco", informaba la réplica tras una corta pausa, lo cual convenció a la multitud.
La partida se resolvió, tras siete horas y medias, en tablas, y Staunton y Kennedy perdieron el último tren de vuelta a Londres. En cualquier caso, el evento en sí resultó una gran noticia. Un reportero sopesó qué otras capacidades podría alcanzar el ser humano si pensamiento y acción no tenían podían hallarse a kilómetros de distancia. "En lugar de hacer explotar un barco a una distancia de seis millas (~10 km), deberíamos ser capaces de hacerlo a mil millas (~1500 km)", aventuró, antes de especular con usos menos bélicos: "
The match proved less decisive. After seven-and-a-half hours, it ended in a draw and Staunton and Kennedy missed the last train back to London. All the same, the event itself was big news. One reporter pondered what else could be achieved now that human thought and action could be effected from far away by wire. "Instead of blowing up a ship at the moderate distance of six miles by one of [our] projectiles, we shall be enabled to do so at a distance of a thousand miles," he ventured, before speculating on more peaceful uses: "Podría conseguirse que nuestra pianista, Madame Dulcken, interpretase una pieza... en cualquier parte, con tan solo unos pocos cables" (Tengo muchas dudas sobre esta frase, Original: "A galvanic arrangement might be made by which our accomplished pianist, Madame Dulcken, might [perform]... wherever a few wires could be conveniently transmitted.")
En diciembre de 1848, las oficinas de telégrafos en las estaciones de Paddington y Slough anunciaban líneas de alquiler para "Jugar a ajedrez y damas por telégrafo" con cualquier gran ciudad de Gran Bretaña. A medida que las líneas de telégrafos se difundieron, lo mismo hicieron las partidas entre clubs de ajedrez, primero entre Liverpool y Manchester en 1956, y más tarde incluso contra Estados Unidos y Australia. Un encuentro entre Londres y Dublín en 1865 alcazó los 646 movimientos en una tarde en 12 tableros, y un encuentro húngaro fue telegrafiado de ciudad a ciudad como una carta en cadena.
Pero el ajedrez por cable realmente llegó a su cúspide en 1896, cuando jugadores de Nueva York y Londres compitieron por un trofeo patrocinado por el parlamentario británico George Newnes. [...]
Sentados alrededor de ocho tableros en el Dime Savings Bank de Brooklyn estaban algunos de los mejores jugadores estadounidenses, incluyendo al joven genio Harry Nelson Pillsbury. Alrededor de 1500 espectadores presenciaron el encuentro. [...]
A pesar de la sorprenente derrota de Pillsbury, el equipo americano venció. Newnes prometió a sus compatriotas un nuevo encuentro al año siguiente, creándose así el primero evento regular de ajedrez por cable: la copa Newnes. [...]
Tras este primer encuentro de la copa Newnes, la revista humorística Punch publicó lo que decía ser una entrevista con el nuevo manager de "deportes por cable": tenemos fútbol por cable... un Campeonato de Hockey-En-Casa para mujeres... ahí está uno de nuestros editores, trabajando duro en ese sillón, está compitiendo en pesca contra Yale... pero si me disculpa, tengo que controlar una partida de billar, una regata y un partido de cricket contra toda Australia.
No obstante, la sátira de Punch no estaba tan lejos de la realidad, y en Estados Unidos se probó a realizar competiciones de bolos y de billar por telégrafo. No era tan horriblemente lento como intentos anteriores de jugar al billar por correo, pero aun así no satisfizo a mucha gente. [...]
[...] Habla de una serie de partidas de ajedrez entre políticos estadounidenses, británicos y australianos. [...]
Si el ajedrez por cable no obtuvo una mayor difusión fue sin duda por el precio. El coste de una partida de ajedrez de 50 movimientos podía llegar a los 30 dólares (prohibitivo para la época).
Con la guerra fría y la llegada de nuevas tecnologías, el ajedrez por telégrafo terminó por desaparecer, dejando lugar a partidas por teléfono o radio. [...]
No descartéis que tuvieran sexo virutal a través del telégrafo
chessmaster!
Por carta tenia que ser una batalla encarnizada a más no poder.
Los primeros gamers
#3 - ..- --. .- -. .- ...
#3 Lo siento, pero #13 acaba de hacer jaque mate.
Seguro que acababan con una partida totalmente diferente el uno y el otro
#14 No, fue al revés
Pues tenían suerte, por telégrafo el lag no es tan bestial como por correo.
#12 y los primeros clanes.
#13 #18 Echamos un counter por telégrafo? para recordar viejos tiempos eh!
#5 Y encima no subia ni a 20kbps...
Jesucristo tenía un monton de lag tarzo 3 días en respawnear.ajajajajja
#9 Eso ya salía en padre de familia
Joder, cobraban 1 movimiento ("1 Kt 1 to KB 3") como 6 palabras... ¡Vaya jeta!
Ya sabeis de donde salen las tarifas abusivas, telefónica no ha inventado nada nuevo.
#7 en blade runner no se menciona a internet... de hecho, el trozo que sale en la películo lo juegan por intérfono. Ah!, la partida es conocida como la inmortal, si no recuerdo mal.
#3 #13 .... . .. .... .- -- --- ... --- - .-. .- ..--..
En la película Calabuch el cura del pueblo y el científico jugaban al ajedrez por teléfono. Había un teléfono en la parroquia y otro en el faro.
#8 Menos mal que tenias poco tiempo !
#23 Te has leìdo entero lo que he escrito verdad? Me acuerdo que la jugaban por el interfono del ascensor, pero también tenìa el tablero en casa cuando estaba con Roy. Es de suponer que usaban seguramente algùn otro tipo de comunicaciòn. Evidentemente el haber escrito, sin internet en mi comentario en #7 era una ironìa...