#5 No es mala la exigencia de esfuerzo, pero no es buena la exigencia del mismo tipo de esfuerzo a todo el mundo sin tener en cuenta sus capacidades personales.
Igual, sobre un mismo tema, uno te hace un trabajo X basado en la recopilación minuciosa de datos y otro te hace un trabajo Y basado en su interpretación de esos datos y a lo mejor los dos están bien y el primer chaval es un coco para memorizar y el segundo chaval es la leche en bote resolviendo problemas o siendo creativo.
Hay que exigir esfuerzo, pero no creo que esté mal currárselo para que ese esfuerzo cueste menos.
#5 En países donde la mayoría de la población no puede ir a la escuela y, por tanto, no se aprende a leer o a contar difícilmente puedes diagnosticar alguna dificultad en el aprendizaje (una dislexia o una discalculia o una disgrafia, por ejemplo). Eso no quiere decir que no existan. Simplemente, no existen cuadros que se manifiesten con esos síntomas porque no hay forma de comprobarlo. Si que eisten cuadros clínicos con criterios muy bien definidos para establecer el diagnóstico de muchos transtornos que cursan con dificultades para el aprendizaje sin que en muchas ocasiones exista un retardo mental ni nada parecido. Por ejemplo, en los transtornos específicos del aprendizaje, como la dislexia -problema para aprender por la dificultad para entender el lenguaje escrito-, la disgrafia -problemas a la hora de escribir- o la discalculia -dificultad con las matemáticas- (por supuesto que estas definiciones no son nada correctas, sino solo una simplificación muy grande para que se entienda un poco la palabra)
Uno de los más estudiados es la dislexia y la mayoría conoce algún disléxico: si tú les lees un texto, lo comprenden perfectamente; pero al leerlo él, confunden algunas letras con otras y no son capaces de entender lo que lee. Les pasa un poco...como a los daltónicos: no ven las letras como nosotros, las confunden y se tienen que aprender otras formas de reconocerlas para sobrevivir. Eso, si se acompaña de una educación adecuada a su problema, no suele suponer ningún problema. Si el educador intenta arreglarlo con imposiciones y conductas dictatoriales, lo que conseguirá es, sumar a la dislexia, un déficit de atención y un montón de problemas psicológicos más.
Por supuesto que hay que exigir, pero también tener en cuenta las capacidades del niño y estar alerta por si su habilidad para unas determinadas taréas es totalmente incongruente con la habilidad que tiene para otras. Porque tal vez, ese sea el primer signo de que hay un problema que no se corrige con exigencia, sino con el cambio en la forma de enseñar a ese niño en concreto.
Ya se que en meneame se ensalza la imagen de Punset, pero de verdad que en esta acierta apartandose ligeramente y dejando hablar al entrevistado que habla de algo que como estudiante de ciencias nunca me habia planteado; la importancia del arte en una formacion de caracteristicas excluyentes de la creatividad.
Si el ser humano solamente tuviera las habilidades que se miden en los tests de inteligencia, la mayor parte de la cultura humana jamás habría existido.
La creatividad, la empatía...hay muchas facetas del ser humano que no se miden con los test.
Pues claro que sí, y si no que se lo digan a todos los chavales superdotados que fracasaron en los estudios porque se aburrían en clase.
O a todos los que tildaron de vagos y simplemente no estaban motivados o tenían problemas psicomotrices o disfunciones del aprendizaje. ¿A que nadie ha oído hablar de la discalculia? No, el chaval no le pone interés a las mates. El chaval no se esfuerza, el chaval no atiende, la culpa del niño, claro.
#3 ¿No será al revés? Antes, si no hacíamos la tarea o no avanzábamos en la lectura, escritura o aritmética, nos presionaban. Mucho. Incluso con violencia. Ahora no se tolera la más mínima presión, se le pone nombre al problema (hiperactividad, discalculia...) y se trata con muchísima paciencia, y un poco de desesperanza. El niño, finalmente, no lee, no escribe o no calcula. Yo creo que antes sí tenía éxito.
¿Son reales estas enfermedades? ¿Existen, por ejemplo, en el tercer mundo? (descreo de toda enfermedad que solo exista en los países ricos) ¿De verdad hay diagnósticos clínicos objetivos, o va a resultar que más del 50% de los afectados realmente no tienen nada?
A veces el niño sí tiene culpa, y hay que hacérselo notar. No todos los que no estudian son enfermos. Ni siquiera la mayoría. ¿Es mala la exigencia de esfuerzo? Yo diría, rotúndamente, que no, que lo que es malo es la indulgencia universal... y así nos va.
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Enlace relacionado: http://www.ted.com/talks/ken_robinson_says_schools_kill_creativity.html
#5 No es mala la exigencia de esfuerzo, pero no es buena la exigencia del mismo tipo de esfuerzo a todo el mundo sin tener en cuenta sus capacidades personales.
Igual, sobre un mismo tema, uno te hace un trabajo X basado en la recopilación minuciosa de datos y otro te hace un trabajo Y basado en su interpretación de esos datos y a lo mejor los dos están bien y el primer chaval es un coco para memorizar y el segundo chaval es la leche en bote resolviendo problemas o siendo creativo.
Hay que exigir esfuerzo, pero no creo que esté mal currárselo para que ese esfuerzo cueste menos.
#6 #7 Buenos argumentos, que no puedo rebatir. Gracias por vuestra respuesta.
#5 En países donde la mayoría de la población no puede ir a la escuela y, por tanto, no se aprende a leer o a contar difícilmente puedes diagnosticar alguna dificultad en el aprendizaje (una dislexia o una discalculia o una disgrafia, por ejemplo). Eso no quiere decir que no existan. Simplemente, no existen cuadros que se manifiesten con esos síntomas porque no hay forma de comprobarlo. Si que eisten cuadros clínicos con criterios muy bien definidos para establecer el diagnóstico de muchos transtornos que cursan con dificultades para el aprendizaje sin que en muchas ocasiones exista un retardo mental ni nada parecido. Por ejemplo, en los transtornos específicos del aprendizaje, como la dislexia -problema para aprender por la dificultad para entender el lenguaje escrito-, la disgrafia -problemas a la hora de escribir- o la discalculia -dificultad con las matemáticas- (por supuesto que estas definiciones no son nada correctas, sino solo una simplificación muy grande para que se entienda un poco la palabra)
Uno de los más estudiados es la dislexia y la mayoría conoce algún disléxico: si tú les lees un texto, lo comprenden perfectamente; pero al leerlo él, confunden algunas letras con otras y no son capaces de entender lo que lee. Les pasa un poco...como a los daltónicos: no ven las letras como nosotros, las confunden y se tienen que aprender otras formas de reconocerlas para sobrevivir. Eso, si se acompaña de una educación adecuada a su problema, no suele suponer ningún problema. Si el educador intenta arreglarlo con imposiciones y conductas dictatoriales, lo que conseguirá es, sumar a la dislexia, un déficit de atención y un montón de problemas psicológicos más.
Por supuesto que hay que exigir, pero también tener en cuenta las capacidades del niño y estar alerta por si su habilidad para unas determinadas taréas es totalmente incongruente con la habilidad que tiene para otras. Porque tal vez, ese sea el primer signo de que hay un problema que no se corrige con exigencia, sino con el cambio en la forma de enseñar a ese niño en concreto.
Ya se que en meneame se ensalza la imagen de Punset, pero de verdad que en esta acierta apartandose ligeramente y dejando hablar al entrevistado que habla de algo que como estudiante de ciencias nunca me habia planteado; la importancia del arte en una formacion de caracteristicas excluyentes de la creatividad.
Si el ser humano solamente tuviera las habilidades que se miden en los tests de inteligencia, la mayor parte de la cultura humana jamás habría existido.
La creatividad, la empatía...hay muchas facetas del ser humano que no se miden con los test.
Si, por ejemplo, Einstein se hubiera sometido a los métodos de la escuela secundaria de Munich en la que estudió, tal vez la teoría de la relatividad habría tardado más tiempo en ser postulada. (Se aburría allí y odiaba sus métodos de memorización y su falta de imaginación en los métodos de enseñanza).
http://www.profesorenlinea.cl/biografias/Einstein.htm
http://blogdetijuana.blogspot.com/2010/09/la-educacion-escolar-de-einstein.html
Pues claro que sí, y si no que se lo digan a todos los chavales superdotados que fracasaron en los estudios porque se aburrían en clase.
O a todos los que tildaron de vagos y simplemente no estaban motivados o tenían problemas psicomotrices o disfunciones del aprendizaje. ¿A que nadie ha oído hablar de la discalculia? No, el chaval no le pone interés a las mates. El chaval no se esfuerza, el chaval no atiende, la culpa del niño, claro.
#3 ¿No será al revés? Antes, si no hacíamos la tarea o no avanzábamos en la lectura, escritura o aritmética, nos presionaban. Mucho. Incluso con violencia. Ahora no se tolera la más mínima presión, se le pone nombre al problema (hiperactividad, discalculia...) y se trata con muchísima paciencia, y un poco de desesperanza. El niño, finalmente, no lee, no escribe o no calcula. Yo creo que antes sí tenía éxito.
¿Son reales estas enfermedades? ¿Existen, por ejemplo, en el tercer mundo? (descreo de toda enfermedad que solo exista en los países ricos) ¿De verdad hay diagnósticos clínicos objetivos, o va a resultar que más del 50% de los afectados realmente no tienen nada?
A veces el niño sí tiene culpa, y hay que hacérselo notar. No todos los que no estudian son enfermos. Ni siquiera la mayoría. ¿Es mala la exigencia de esfuerzo? Yo diría, rotúndamente, que no, que lo que es malo es la indulgencia universal... y así nos va.