A finales de 1994, hace casi treinta años, una consola con un nombre que parecía fruto de la brainstorming más perezosa del mundo se estrenó en Japón. El cacharro era grisáceo y había sido facturado por una compañía que apenas tenía experiencia previa en videojuegos: Sony, los de las cintas de vídeo Betamax, los Walkmans y las teles Triniton. Una empresa japonesa cuya relación con el sector lúdico pixelado se limitaba a vender piezas a otras compañías para fabricar consolas. Y a poseer un equipo en California, llamado Sony Imagesoft, que...
Comentarios
Lo que más odiaba de ps1, y sigo odiando, es la mierda de cajas que tenían que se rompían con mirarlas, la de fifas que he comprado a granel para darles una casita a los videojuegos de cajas rotas...
#2 Una cosa no está reñida con la otra, si Nintendo hubiese apostado por Sony ahora tendría un monopolio.
Uno de los mayores errores de la historia de los videojuegos es que Nintendo se aferrara a los cartuchos y no viera el potencial que estaba por venir de parte de Sony
#1 Le ha ido fatal a nintendo desde eso.
#2 No le ha ido fatal gracias al mercado portátil que la mantuvo a flote durante varias generaciones, pero tras la aparición de Sony, Nintendo en sobremesa ha tenido que hacer grandes sacrificios cómo por ejemplo salir de la batalla por el musculo gráfico precisamente para evitar competir en la misma liga.
#4 y yo que me alegro de esa decisión.
Sony lo peto con la psx porque de aquellas con un chip de 4 soldaduras tenias la consola pirateada, y con un cdr de 250 pesetas tenias un juego que original costaba entre 5000 y 10000 pesetas.
Los que no somos fanáticos hemos disfrutado de ambas compañías.
Todo lo demás es historia.