[c&p] En 1903 el filósofo George Edward Moore le puso el nombre de “falacia naturalista” a la creencia de que “todo lo natural es necesariamente bueno”. Esta creencia sigue teniendo adeptos, con independencia de que resulte difícil saber con exactitud qué es “natural” o “artificial” (incluso qué es “bueno” y “malo”). En el caso del consumo de leche por individuos adultos, las cosas son bastante más complejas, a varios niveles. He aquí una explicación. Relacionado:
meneame.net/story/como-aprendimos-rapidamente-usar-lactosa