#15 Parece que empleas el término filosofía como una suerte de antítesis de la ciencia. Estás bastante equivocado, es más, las ciencias naturales son una corriente filosófica. En su enfoque más difundido las ciencias naturales se apoyan en una metodología concreta que viene a ser una mezcla entre el positivismo filosófico, el empirismo filosófico y cierta perspectiva (filosófica también) acerca de la realidad, comúnmente el materialismo. Es más, el primer intento serio por fundamentar cognoscitivamente las ciencias naturales se lo debemos a Kant y, desde entonces, y hasta Popper y más allá el ahínco fundamentador ha sido aportado siempre por filósofos en sentido estricto. La sociología, a su vez, es una disciplina que bebe profundamente de la filosofía y, ampliamente, es un modo filosófico de concebir la realidad social, cuestión más acusada en unas perspectivas sociológicas que en otras pero presente en todas. Es por ello que en muchas ocasiones es difícil tildar a un teórico como sociólogo o filósofo, por ejemplo, Foucault, Marx, Weber, etc etc, siendo éstos teóricos que han realizado aportaciones "cruzadas". Por otra parte, pese a estudiar sociología (sic) pareces omitir drásticamente uno de los desarrollos teóricos más excitantes de los últimos años; eso que se ha dado llamar "sociología de la ciencia" pero es que, además, omites el método científico en sus rasgos más elementales que te permitirían observar que las teorías de Wilson no son más que pseudociencia, si hemos de entender la ciencia desde una perspectiva "fuerte".
La filosofía no son los desvaríos que uno prorrumpe cuando está borracho o, en otras palabras, eso no es filosofía seria. Con respecto a Zizek se vale de sus propias armas para iniciar la reflexión: una concepción materialista y dialéctica de la realidad, apoyada en el psicoanálisis lacaniano, etc., y, finalmente, grosso modo, un enfoque posmoderno que "relativiza" la dicotomía entre ciencias duras, ciencias blandas y no-ciencias.
Para terminar, en el aire queda un asunto aún problemático. La crítica puede apoyarse en la ciencia, es más, los logros de la ciencia son un azote para algunas ideologías ya sean religiosas o políticas pero no está clara la cuestión de si las cuestiones de hecho pueden ser un buen inicio para una reflexión sobre las cuestiones morales, es decir, si del "ser" se puede extraer el "deber ser" o, por emplear la etiqueta común, si la "falacia naturalista" es tal falacia o no lo es. Lo que es claro es que partiendo de enunciados estrictamente empíricos, esto es, los propios de la ciencia natural no puede darse un salto hacia enunciados morales siguiendo el método propio de las ciencias naturales, siendo toscos, la ciencia puede servir como guía para obtener conclusiones morales pero ella misma, mediante su proceder descriptivo, no puede obtener enunciados preceptivos.
#28 Magnífico comentario. Sin embargo, me gustaría hacer un par de apreciaciones.
En primer lugar, no se puede afirmar que la ciencia esté disociada de la filosofía estrictamente. La filosofía trata un conjunto de temas que, por desgracia, no han podido abordarse desde la perspectiva de las ciencias naturales, al menos, en lo que concierne al sentido. Pero eso no significa que no existan tentativas por abordar las cuestiones filosóficas valiéndose de la metodología propia de las ciencias naturales. Desde Carnap hasta el presente, con las neurociencias, han existido corrientes de "filosofía científica".
En segundo lugar, la "relativización" de los resultados obtenidos por las ciencias naturales no provienen únicamente desde el enfoque estrictamente socioeconómico sino también desde el flanco epistemológico. Desde los cambios paradigmáticos de Kuhn hasta la actualidad. La metodología actual de las ciencias naturales son el mejor método cognoscitivo que poseemos pero eso no implica que estén fundamentadas en lo referente a criterios de verdad. El criterio de validez actual viene siendo el siguiente: la teoría ha de tener poder descriptivo correspondiéndose estrictamente con los fenómenos, la teoría ha de poseer poder predictivo (para lo cual habitualmente requiere un aparato matemático o, en otras palabras, necesita de la abstracción de "matematizar la realidad" que, de entrada, no posee una matematización inmanente como es lógico), la teoría ha de poder prestar una explicación correcta de los fenómenos en su regularidad. En alguna ocasión, algún popperiano, añadiría que ha de ser falsable. Sin embargo, y en esto me adhiero a la propuesta de Quine la teoría "siempre está subdeterminada por los hechos", es decir, un elenco potencialmente infinito de teorías puede dar cuenta predictiva, explicativa y descriptiva de los mismo fenómenos. Así, por ejemplo, en muchos aspectos, no en todos, la física newtoniana es predictiva, explicativa y descriptiva de manera casi perfecta pero, y aquí viene lo importante, no es cierta desde criterios de verdad. Una teoría posterior, pongamos, la relatividad de Einstein o lo que sea puede dar cuenta preditiva, explicativa y descriptiva de los mismos fenómenos y acertar en estos aspectos pero ser totalmente dispar con respecto a la primera, y así podrían existir muchas más. Dado que no pueden existir "dos verdades, ni tres, ni cuatro, ni más de una", las teorías válidas predictivamente, explicativamente y descriptivamente pueden solaparse, dar cuenta perfecta, incluso no ser falsables y, sin embargo, no ser ciertas. Y al no ser ciertas implica que, al menos, la explicación (que es donde se contiene el sentido) está equivocada. Esto es así para todas las teorías científicas. Lo habitual en este punto es que se aplique, a la hora de seleccionar una teoría, la "navaja de Occam" (o Ockham, según como plazca escribirlo): frente a dos teorías que predicen, explican y describen con igual acierto se escoge aquella que es, de entrada, más sencilla por ser, a su vez, la más verosímil. La lucha en terrenos como la "física teórica" (que es una "ciencia dura") se juega en este terreno: los científicos saben que pueden exponer teorías que se correspondan con la realidad, incluso varias teorías para un conjunto dado de fenómenos, pero todas no pueden ser verdad. Es por este motivo, que se terminan produciendo los cambios de paradigmas; todas las "verdades" actuales se verán, al menos explicativamente, radicalmente modificadas con el paso de los siglos. Eso es absolutamente seguro. Con esto quiero ejemplificar que una teoría no es "verdadera" únicamente porque se corresponda con los hechos de la manera más exacta y ello porque varias teorías pueden corresponderse con la realidad de forma exacta en un mismo momento dado.
Siendo todo esto así en lo relativo a las ciencias "duras" se hace claro cuán lejos están las ciencias "blandas" (como la sociología) de lograr un estatus reputado desde la perspectiva de la metodología científica. Es más, con el método científico actual no me parece posible abordar todas las parcelas de la realidad y, con esto quiero decir, "hoy por hoy" es imposible tratar la sociología como una "ciencia". Entonces surge una cuestión, ¿esperamos a que la metodología científica se afine tanto como para poder tratar con total holgura cuestiones filosóficas, sociológicas y, si se me permite, psicológicas o avanzamos aunque sea necesario valerse de la especulación?. En otras palabras que, aún siendo cientificistas, las ciencias humanas siguen necesitando de métodos de argumentación racionales-especulativos hasta tanto las ciencias naturales no lo abarquen todo y, aún abarcándolo todo, las cuestiones morales y, probablemente, tampoco las que atañen al sentido (filosóficas) podrían ser tratadas sin desviarse de la ciencia hacia la especulación. No en vano, muchos grandes científicos reputados pasaron sus últimos días haciendo filosofía en el sentido más estricto de la palabra.
Para cerrar. No cabe duda que los criterios pragmáticos tienen primacía en la sociedad actual; de una teoría se espera rendimiento y en lo que atañe a la ciencia se espera, especialmente, rendimiento tecnológico. Sin embargo, cegarse en la mera pragmática más inmediata tiene, al menos, dos problemas: en muchas ocasiones el rendimiento que se espera de una teoría científica es un rendimiento determinado por un modelo socioeconómico (de física nuclear se pueden requerir desarrollos armamentísticos, de la ...... se puede requerir ...., y así hasta el infinito) fomentando ese modelo, muchas veces, injusto pero, especialmente, cegarse en el rendimiento pragmático de las cosas nos hace insensibles frente al trasfondo: el ser humano quiere conocer, es un ser curioso, porque anhela darle un sentido a lo que le rodea y el enfoque radicalmente pragmático termina por hacer del ser humano un "ser vacío" cegado por los medios y no por los fines.