#23 Exactamente. En cualquier caso, la decisión que tomen será correcta si va acorde a sus intereses/objetivos. Así que ahí, no me meto: que hagan lo que tengan que hacer.
En cuanto a Checoslovaquia 1970: igual que en cualquier época o cualquier lugar, con mayor o menor riesgo según lo sanguinario o totalitario del régimen. Unos te matan literalmente y otros socialmente. El humorista, en mi opinión, camina siempre por una cuerda floja. El humor, como cualquier otro arte humano, es subjetivo. Su comprensión depende tanto de la subjetividad del autor como del público. El humorista provocador lo es por una cuestión ideológica, y será provocador si va contra los cánones sociales, hacia un lado o hacia el otro. El humorista "blanco", el del humor para todos, es también subjetivo: conformista con los cánones sociales.
El humor requiere inteligencia y es una arma poderosísima para mandar mensajes. Por eso se le ataca: el humor que está más allá de los cánones es molesto para el poder. Aquí ya no entro en el buen o mal gusto que tenga el humorista, que eso, en mi opinión, es otro tema.
Así que si quieres saber cómo se sentiría un humorista en Checoslovaquia en los 70, puedes mirar cómo se sentía un humorista en la España de los 60-70, dónde el régimen de terror era igual, o peor, y dónde la libertad de expresión estaba absolutamente recortada. Puedes mirar cómo se sienten hoy, la diferencia es que hoy no son asesinados, pero sí atacados.
Los ataques al humor no sólo vienen del entorno "woke", palabra que me disgusta por su ridiculez. Vienen de todos los frentes. La cultura de la cancelación es general. Es cierto que hay épocas de mayor tolerancia, pero estamos en la parte no tolerante del ciclo, en la parte polarizada... Y hay que acabar de hacer la curva para que llegue un nuevo ciclo y volvamos a una parte de mayor tolerancia, de menor polarización.
#22 planteas una cuestión muy interesante de manera implícita: ¿cuál es el propósito principal del podcast de estas chicas? ¿se trata principalmente de una forma de ganarse la vida, de un negocio? ¿o es un instrumento de activismo y transformación social, de defensa de una ideología? si pesa más la cuestión mercantil, resulta razonable adaptarse a la audiencia y recular si te quieren linchar por haber invitado a herejes. Si tu misión era expresar una ideología propia en libertad, entonces acatar a la masa enfurecida ha de considerarse un fracaso en esa misión.
en la vida real, un creador cultural deberá situarse entre un punto de equilibrio entre su libertad ideológica y su necesidad de ganarse la vida. Si te mueves en el campo de minas del fanatismo woke, lo más normal será renunciar a la libertad.
Me pregunto cómo vivían los humoristas de Checoslovaquia en 1970.